A
Cheo lo llamaron de una agencia de publicidad para trabajar como
creativo, llamó a David emocionado para contarle y por supuesto
celebraron en la noche la noticia. Tendría que sacrificar algunas cosas
como sus trabajos independientes pero esto era algo que lo llenaba más
profesionalmente.
Dos
días después David cambia de celular pues el que tenía se dañó, Cheo le
dijo que le entregara el viejo para dárselo a su sobrina mientras
compraban uno nuevo. Así hicieron y en la noche se lo entregaba, fueron a
cenar sushi en un restaurante de La Castellana.
Apenas
se sentaron David le entregó el celular, una vez en manos de
Cheo, lo enciende para verlo, se mete en los mensajes y justamente
ve uno que le dispara las alarmas y la molestia a niveles insospechados. David no
había borrado los mensajes completos sólo los contactos, no tenía nada
que ocultar, pero en estas cosas de interpretación personal de lo que
uno lee pues pasa lo que pasa.
–<Quería
verte> Un mensaje que David le envió a un amigo que no veía desde hace
tiempo, simplemente no se pudieron ver el día que habían cuadrado y le
escribió eso. A Cheo le cambió el rostro completamente, David molesto
porque se repetía la historia de Alejandro.
–Quién es ese Aitor ¿y por qué querías verlo?.
David
no quería dar explicaciones pero le dijo que era un pana que habían
cuadrado para verse después de muchos meses sin verse y no se pudo,
–…y le coloqué eso, quería verte, ¿qué tiene de malo?
Cheo se levantó de la mesa y se fue al baño, pasaron unos segundos y regresó a la mesa, David se quería ir, ya no quería cenar.
–¿Por qué tengo esta inseguridad contigo? Este miedo, tú no has hecho
nada para que yo este así pero veo ese mensaje y me pone mal.
Se
calmaron las cosas luego de discutir un poco más. La cena estuvo bien,
cambiaron de tema, todo estaba más relajado. Esa espinita quedó ahí
clavada, pues al salir del restaurante regresó el tema y las
explicaciones. Cada quién tomo un taxi para su casa e iban
monitoreándose vía chat para ver como iban.
David invitó a Cheo a pasar el fin de semana en Higuerote y así de una vez conocía a su “suegra”.
El viernes en la tarde se fueron a hacer el mercado para llevar a la playa, de eso se encargarían ambos, Maribel la madre de David solo tenía que preocuparse de llegar a la playa.
Estando
en el automercado, David intentó sin mucho éxito apegarse a lo que
estaba en la lista de las cosas para comprar, Cheo metía en el carrito
cuanta cosa le gustaba, David devolvía algunas, otras no había remedio,
se relajó y dejó que hiciera desastres. Compró unas flores para
regalárselas a su suegra.
La cuenta salió fue una grosería pero Cheo la pagó, David mudo.
–¿Viste que este es nuestro primer mercado juntos? je, je, je.– Le dijo a Cheo, este se sonrió y le acarició la cabeza.
Buscaron
un taxi y montaron el mercado, rumbo a Guarenas. Llegaron a casa y
estaba la señora que limpia y la mamá, ambas los recibieron. Cheo que ya
había visto a la mamá de David en fotos, le entregó las flores a
Josefina la señora que
limpia
–¿Cómo está señora Maribel?
limpia
–¿Cómo está señora Maribel?
David saltó.
–Ella no es mi mamá es la de allá al fondo.
Cheo se puso rojo, fue directo a saludarla y darle las flores,
bajaron el mercado y se rompió el hielo de una manera distinta.
A
las 10 de la mañana del sábado ya estaban en Higuerote, los recibió el tío de
David, hermano de su mamá. Bajaron todo, acomodaron y fueron a ocupar la
habitación donde dormirían ambos. Casualmente la misma cama donde
Cristóbal y David durmieron aquella primera noche. Esto lo pensó David pero no
le dijo nada a Cheo por razones obvias.
Ya
en la playa se instalaron con cava y sombrillas los cuatro. Mientras
terminaban Cheo se puso a recolectar pelotas y figuras redondas para
luego tomarse una foto con las distintas figuras de varios tamaños y
colores.
De
ahí fueron a caminar por la orilla viendo que conseguían, iban hablando
de la casa, de la playa, de lo que conseguían en la orilla. Cuando ya
estaban lejos de la vista de la gente, Cheo se bajó el traje de baño
dejando al descubierto una erección.
David sin esperar mucho se acercó e introdujo el pene su boca y
Cheo disfrutando al máximo. Hasta que llegó el momento clímax y derramó
todas esas ganas en el pecho de David. Se fueron al mar y estuvieron un
rato bañándose.
–Amor
yo te estoy amando y mucho, no se que me hiciste David pero me tienes
enamorado, me echaste una brujería, no quiero apartarme de ti.
David
sentía lo mismo y se lo dijo, que lo amaba, que no importa si era poco tiempo o si eso duraría
6 meses o 6 años pero está feliz de tenerlo al lado. –Cheo es el
hombre, este es el carajo que quiero que esté conmigo–.
En
la noche Cheo y su “suegra” se encargaron de cocinar, juntos, mientras
David acomodaba la mesa para cenar. Ambos en la cocina estaban conversa
que conversa, fue
a buscar su celular y les tomó una foto cocinando, esa imagen había que
inmortalizarla. David estaba contento, ver a su novio compartiendo con
su mamá era algo maravilloso.
–A mi me da pena tirar aquí sabiendo que tu mamá y tu tío están allá afuera.
David
le dijo que no importaba que ya estaban durmiendo, no había problema. Y
tiraron y movieron la cama y David gemía y se escuchaba pero en ese
momento a quién le importaba eso. Una vez terminado David salió a ducharse
y se encontró al tío en la sala. Por supuesto que escucharía todo pero
como nadie dijo nada y al día siguiente menos pues a fingir demencia.
Al
día siguiente fueron un rato a la playa, para luego regresar temprano
al apartamento, almorzar y regresar. Ese domingo Cheo se quedó a dormir
en Guarenas, subieron juntos al día siguiente. Cheo a su trabajo, David
al suyo.
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