El viernes siguiente se quedaron juntos en un hotel para el sábado conocer a la otra parte de la familia de David.
Estando
en el hotel Cheo ya venía con malestar de gripe, compraron en la farmacias unas cosas
para detener la gripe. Pidieron comida en la habitación y vieron televisión
abrazados. Cheo quería tener sexo pero David no y menos él con gripe.
David lo consentía, lo besaba, lo tapaba, le buscaba las cosas.
Luego
de cenar vieron un poco más de televisión y se acostaron. Cheo estaba
indeciso si ir el sábado, antes de ir a casa de la tía de David, a una
reunión que a veces va para sus problemas de alimentación. Estuvo
varias horas en que si, que no, que vamos otro día, mejor si vamos. La
verdad que David quería acompañarlo a ese lugar, le interesaba el tema.
Pero al final decidieron irse a casa de la tía.
Previo
a eso fueron a un bodegón para comprar vino. Luego no estaba convencido
de lo que tenía puesto, que quería cambiarse, que mejor me quedo así,
no, me veo gordo, se me pega la chemise, en fin, entró a una tienda y
compró una camisa de las que él usa y lo identifican: de rayas y manga
corta. Ya más cómodo con lo que compró emprendieron el camino.
Llegaron,
Cheo con pena entró a la casa, estaban la tía, dos de los primos con
sus esposas y los niños y la mamá de David que ya se conocían. No tardó
en hablar y soltarse con todo el mundo, la gente animada conversaba con
ambos. Llegó la comida y seguía la charla, todo marchaba estupendo! David
de nuevo satisfecho que todo fluía y todos contentos.
De vez en cuando Cheo se acercaba a David.
–Te amo, ¿cómo va todo? ¿No he sido imprudente, no he dicho nada fuera de lugar?”
–Tranquilo, todo bien.
Llegó
la hora de marcharse y David le dice a Cheo que se quedara en casa, el
aceptó. Cuando llegaron la mamá de David le dice –¿por qué mejor no
duermen en el cuarto de tu hermana? La cama es más grande, hay aire y
estarán más cómodos– Una vez en el cuarto Cheo le dice a David:
–Definitivamente tú mamá es Suiza– David se rió–.
–Sii, ella está clarita.
A
los pocos minutos hicieron el amor, se relajaron, luego se pusieron a
ver televisión y David que no lo había preguntado nunca, le dijo “–¿Te
gustó? –si –David
le dice –¿Repetimos? –Contestó que no, normalmente es David el que no
quería, más por razones de cansancio que por otra cosa, se abrazaron y vieron la televisión juntos–.
El
lunes en la mañana quedaron en no verse en la tarde pues ya se habían
visto el fin de semana. Ya en la oficina David ve en el muro de Cheo: =Cheo Torres Santos ahora es amigo de Eduardo Piña= se lo comenta a Cheo
pues David lo conoce y le dice que si que se conocen. No era raro pues
trabajan en lo mismo desde hace años y en ese mundo de la publicidad
todos se conocen.
El día se pasó entre llamadas y mensajes de texto, en la noche hablaron, se mandaron besos y felices sueños.
Al
día siguiente si se verían en la noche, así que durante el día estarían
escribiéndose. Antes del mediodía Cheo le dice que va a almorzar con
Eduardo. –<¡Qué bien! Mándale saludos!>–
–<Con gusto>
–<Con gusto>
La
tarde se le complicó a David pues su jefe montaba un informe y había
que quedarse, entre una cosa y otra seguían escribiéndose y llamándose.
Cheo le dijo que lo esperaría pero ya eran pasadas las siete de la noche. David le
dijo que le daba cosa que esperara más tiempo, que no sabía a que hora
se iba.
Cheo
le dijo que entonces se iba a casa, que un compañero de trabajo le
daría la cola, que en la noche hablaban. Efectivamente en la noche
hablaron un ratico pues le dijo que tenía que hablar con su sobrina
Beatriz de unas cosas que luego lo llamaría de nuevo. Nunca ocurrió la
llamada y David se fue a dormir.
Lo que ocurriría al día siguiente a las 5:45 am de la mañana, dejaría a David con la mente en blanco.
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