sábado, 21 de marzo de 2015

SERENDIPIA Capítulo 5


–Bueno aquí tenemos al primer sospechoso; Carlos Hernández.

–¿Qué conseguiste?

–En el bolso que dejó en el carro del occiso estaba una identificación, ropa, un paquete de chicharrón, unas llaves, medicinas y una cámara, te vas a sorprender las fotos que hay.

–Ahora las vemos. Me dijo tu compañero que hallaron en el piso del carro el celular de la víctima.

–Así es, pero él se está encargando de averiguar los números que están ahí y las últimas llamadas y mensajes.

–Quiero ese informe a más tardar a final de semana.


Ya eran casi las cinco de la tarde y Roberto aún seguía trabajando en la oficina. Chequeba con el administrador la nómina y el pago de un nuevo bono para los empleados.

–Llévate todo esto, haces los ajustes y me lo traes de nuevo incluyendo la razón del nuevo bono, aunque ya  todo el mundo sabe pero para que quede claro. Déjame firmar unos documentos para que te los lleves luego.

Roberto se quedó solo y recibió una llamada por su celular.



<<Sí buenas tardes>>

<<Buenas tardes ¿Roberto?>>

<<¿Quién es>>

<<Es Sebastián, nos conocimos en el cementerio>>



Roberto se emocionó al escuchar el nombre.

<<¿Cómo estás vale?>>

<<Todo bien, te llamaba para ver si nos podíamos ver hoy>>

<<Si…si..claro, yo salgo en una hora, estoy en Guarenas, pero llego a Caracas en 20 minutos>>

<<Vamos a vernos en el café que está cerca de La Plaza Isabel La Católica, ¿sabes cuál es?>>

<<Si, perfecto, nos vemos ahí a las siete en punto>>



A la hora acordada se vieron. Sebastián ya estaba sentado esperando cuando llegó Roberto. Pidió un café y se fue a la mesa.



–Que bueno verte de nuevo.

–Si…yo quería verte también…quiero contarte…

–Primero te cuento yo…estuve averiguando y tu hermana tenía dos meses saliendo con mi hermano, al parecer todo iba bien pero me imagino que sabes que…

–No quiero hablar de eso.

–Disculpa…es que estoy con lo de mi hermano y he ido averiguando cosas…en su computadora consiguieron imágenes y videos de sadomasoquismo, creo que mi hermano estaba metido en eso en secreto, pero además con hombres. Mi hermano era gay o bi. Mi mamá está en shock. ¿qué me querías contar?

–“¿Le digo todo? ¿le cuento quien soy en realidad?

–¿Te sientes bien?, estás sudando, ¿tienes fiebre?–Roberto lo fue a tocar en el cuello y Sebastián se echó para atrás–.

–No, no, estoy bien, estoy bien.

–Ok, pero tranquilo, cuéntame.

–Quiero tirar contigo–Roberto se estremeció y se le erizó la piel– Sebastían era bien atractivo, sin tener un cuerpo de gimnasio, en conjunto era un hombre que llamaba la atención–.

–Yo también quiero, pero primero quiero repetir lo del cementerio. Te espero en el baño.–Se levantó–.

–No, ya va, ¿aquí?–Roberto lo ignoró y se fue al baño–.



Entró al baño y dejó la puerto sin pasarle el pestillo, a los segundos llegaba Sebastián que entró y si cerró la puerta.

Roberto estaba sentado en la poceta, le bajó el cierre del pantalón, metió la mano y bajando el interior sacó el pene aún flácido y comenzó la felación.

Tocaron la puerta y Sebastián hizo un movimiento para guardarse el pene pero Roberto no lo dejó haciendo un gesto con el dedo índice para que guardar silencio. Siguió con el sexo oral.



Sebastián tenía sus manos en la cabeza de Roberto, mientras este introducía todo el pene en su boca lubricándolo de manera excesiva con su saliva, tanto así que se escurría por las comisuras de los labios.

Estaba muy excitado y comenzó a empujarle la cabeza hacia su pene para que lo tragara por completo, algo que a Roberto lo excitaba más y se aferró a a las nalgas de Sebastían.

 Robertó se desabrochó el pantalón, sacó su pene y empezó a masturbarse. Ya estaba a punto cuando le dijo:

–Me vengo, me vengo, ¿te la tragas?–No hubo respuesta, simplemente Roberto terminó de introducir todo el pene en su boca y esperar la descarga. Tragó y se separó.



Sebastián se acomodó el pantalón y salió, dejando la puerta abierta.Roberto se lavó las manos y la boca. Entraba un señor.

–Ah disculpe, pense que estaba solo.

–Tranquilo, ya salgo.



Regresó a la mesa, ambos estaban agitados.

–Wao…que rico estuvo eso–Dijo Sebastián–.

–Te gusta el peligro, eso me excita.

–Cambiando el tema…¿ya la policía sabe lo que pasó en realidad con tu hermano? ¿tienen sospechosos?

–Yo lo que sé es que quiero acostarme contigo, que me cojas.

–Yo también quiero eso.

–La policía se va a comunicar con nosotros mañana, hay nuevas pistas. Mi hermano como te dije estaba metido en un peo de sadomasoquismo, y eso le causó la muerte, bueno, no eso precisamente, pero en eso andan, investigando y yo también. Cuando sepa quien lo hizo quiero tenerlo frente a mi y matarlo a golpes.

–“Ya lo tienes en frente” ¿Tanto así? ¿Eras muy pegado a tu hermano?

–Normal, pero era mi hermano, mi familia y creo que pude haberlo ayudado a aclararse en muchas cosas, no sé por qué nunca me habló de eso y de sus gustos. Me tuve que enterar de todo después de muerto.

–Esa gente debe ser profesional, no creo que la atrapen tan fácilmente.

–Ya hay pistas y al parecer importantes. ¿Cómo sabes que son profesionales?

–Bueno, me imagino yo, no creo que trabajen así a lo loco, sabrán que hacer, en fin disculpa que me meta en asuntos que no me incumben.

–Tranquilo, cualquier detalle u opinión creo que servirá para dar con el asesino. Yo ahora lo que quiero es que me mates de tanto cogerme. ¿te quieres quedar en mi casa?

–¿Ya? ¿hoy? No nos conocemos..

–Ya creo que hoy nos conocimos. Además te estoy invitando a mi casa el que estaría asustado sería yo. Paguemos y nos vamos, quédate conmigo.

–Mañana trabajo y no tengo ropa.

–Yo te presto algo, somos de la misma talla más o menos



Pagaron los cafés y ambos se montaron en su carros. Sebastían seguía a Roberto.

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