jueves, 12 de marzo de 2015

5AMORES, 5 HISTORIAS Alejandro & David 4

David y Alejandro Seguían viéndose, salían al cine, a cenar, pasear, buen sexo, esta vez en hoteles pues ir al apartamento con el señor ahí no era muy cómodo y sólo hay una habitación, el dueño duerme en una hamaca, es, Alemán pero duerme en una hamaca. Ha recorrido Venezuela y sabe de su gastronomía, cultura, costumbres, artesanías, etc. Su casa es un museo de artesanías de barro, cerámicas y madera.  A David le da un poco claustrofóbia el apartamento con tanto coroto junto.

Alejandro estaba de vacaciones y David dio una excusa en el trabajo para pasar un día con él. Fueron al parque del este, pasearon, vieron los animales y se montaron en los botes. Luego se fueron rumbo al parque El Calvario, un espacio público  ubicado en el casco central de Caracas al  Tiene una gran extensión  que ocupan áreas verdes, jardinerías, monumentos y plazas. Querían conocerlo y estaba en plena restauración pero igual se acercaron.

Como era día de semana no había absolutamente nadie ahí.  Caminaron, estaban fascinados con aquel parque-plaza enorme y descuidado, tomaron fotos, aprovechando la soledad se besaban y se tomaban de las manos. Lograron subir un poco más para ver otro sector del parque que también estaba en restauración. Se fueron más al fondo a ver que había, era un lugar hermoso a pesar del abandono, un reloj antiquísimo reposaba dentro de una fuente, estaba dañado pero era una belleza.
Habían obreros cortando el monte concentrados en su trabajo sin percatarse de nada. De repente aparecen de la nada como ocho personas, malandros todos, se venían hacia ambos, no había más nadie. Por un momento quedaron petrificados ahí, a los segundos corrieron con todas sus fuerzas, sintiendo el miedo  y la respiración de los tipos en la nuca. Como pudieron llegaron a las escalinatas que dan a la calle. Lograron escapar de un asalto y quien sabe que otra cosa. Los embargó la sensatez y salieron del centro de Caracas hacia Altamira en La Estancia, algo más tranquilo y seguro.

De ahí se pusieron creativos y fueron a un sexshop a comprar – como si lo de Alejandro no fuera suficiente – un consolador. Con la pena que caracteriza a Alejandro revisaban el más adecuado. Vieron uno de 20 cms, grueso y fucsia traslúcido. Aquello se veía enorme pero igual lo compraron.
Aprovechando que Peter - el dueño del apartamento – no estaba, fueron a estrenar el juguete nuevo. Antes de hacer acto de presencia el nuevo objeto, hubo besos y caricias. Alejandró tomó el juguete de goma y comenzó a introducirlo cada vez un poco más hasta que entró completo. David gemía sin saber que ya lo tenía completamente adentro y ahí se quedó, adentro mientras que Alejandro recorría otros lugares. con su boca y lengua.
No aguantó más, sacó el consolador y entro él, no quería que David se acostumbrara al intruso de dimensiones envidiables.

Al terminar se ducharon rapidísimo, se vistieron y salieron. Alejandro le dijo a David que estaba impresionado de como el juguete grueso de 20 cms había entrado sin pausa y completo. David sólo dijo: –Estaba excitadísimo–.  El nuevo amigo lo. acompañó en varios encuentros. Luego pasó al olvido.
Los días seguían pasando y  la relación iba bien! Ya se acercaba diciembre pero esas fechas navideñas las pasarían cada quien con su familia.

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