viernes, 2 de abril de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 82

 


Jorge llegaba de su trabajo. Se quitó la ropa se duchó, se puso un interior limpio y fue a buscar una cerveza en la nevera. Se acercó a la ventana del balcón a ver la ciudad.

En eso se escuchan unas llaves y la puerta se abre. Era Oto.

-¡Epa!
-Hola...-Oto se lanzó en el sofá.
-¿Quieres una birra? Tienes una cara...
-Estoy arrecho, cansado, ladillado. Ya hoy cerré mi ciclo en el bufete con una discusión con mi ex. Si dame una por fa.
Jorge la buscó, se la destapó y se la entregó sentándose al lado de él.
-Salud, porque este día acabe.
-Si por favor, ¡Salud! -Jorge se le acercó y le dio un beso en la boca.
-Podemos hacer que termine muy bien el día.
-Estoy yo para tener sexo ahora.
-¿Me dejas que te consienta? -Jorge dejó la botella y comenzó a desabotonarle la camisa a Oto que recostó la cabeza en el respaldar. Iba quitando cada botón, abrió la camisa, le besó el pecho y las tetillas, desabrochó el cinturón, bajó el cierre. -Levántate un pelo. -Le jaló el pantalón hasta los tobillos. Le sacó el pene del interior y comenzó a mamarlo. Chupaba y succionaba para que se pusiera duro, Oto le ponía la mano en la cabeza. Jorge sentía como crecía dentro de su boca.
-¿Que tal si me coges?
-Eso no va a pasar.
-Entonces vamos al cuarto a cogerte. -Oto se quitó los zapatos y el pantalón y caminaron a la habitación.
Se besaban mientras Jorge se desvestía.
-Voltéate y apóyate en la cama. -Jorge de pie se colocó el condón y comenzó a penetrarlo, pero, el pene perdió rigidez. -Coño, otra vez no.
-¿Qué pasó?
-Nada, ya sigo. -Se masturbó hasta que recuperó la erección. -Ahí voy. -De nuevo. -¡Que mierda, no joda!
-¿Tú estás estresado? ¿Quieres que te lo mame?
-¡No, no quiero un coño, déjame solo!
-Marico, pero ni que tuviera yo la culpa de que no se te pare.
-Pareciera, porque esto no me había pasado con nadie, ni con los que no me gustan.
-Me voy a mi cuarto entonces, te voy agradecer que no me busques para tirar.

Oto buscó su pantalón y se fue a su habitación. Se puso a ver televisión y al rato toca la puerta Jorge. -Pasa.
-Quería disculparme contigo. No debí pagar mi rabia contigo.
-Tranquilo, no hay peo.
-Es que de verdad no me había pasado.
-Tienes razón Jorge, a lo mejor soy yo. Estoy últimamente muy mala vibra, capaz eso influye, no sé.
-¿Puedo ver televisión contigo?
-Si vale. -Jorge se puso a un lado de Oto, a su derecha, cuando Otro se colocó de la lado, Jorge lo abrazó. 
-¿Te incomoda?
-No, la verdad me hace falta un abrazo.
Unos minutos después Oto le comenta algo.
-Métete en Grindr y busca a mi ex, la vas a pasar bien con él, tira rico y es versátil.
-¿Y tú no terminaste peleado con él, unos cachos?
-Si, bueno ¿pero vas a tener sexo o quieres novio?
-Sexo pero si se da otra cosa de pinga.
-No es mala gente, y full trabajador, tiene su propio negocio, vive solo. Me cae mal pero no le quita lo otro. Escríbele te va a responder aunque están lejos, pero te va a escribir.

Jorge buscó su celular y le pidió el usuario a Oto. Le escribió.
-Coño...tienes razón, ya me respondió. 
-Te lo dije.

-Me preguntó si puedo ir a su casa.
-¿Sabes manejar?
-Si.
-Llévate mi carro. -Oto le lanzó las llaves.
-¿Tan desesperado me veo por sexo?
-Burda...ve, lo vas pasar bien. Te van a coger seguro, pero Nacho va a disfrutar si te lo coges.

Tres días pasaron y Agustín y Castro no habían tenido sexo desde que llegó del fin de semana. Castro lo había evitado con excusas, Agustín se lo atribuyó al estrés de su trabajo pero igual le parecía extraño que no tuvieran sexo sabiendo como es Castro que se enciende con un roce. También habían pasado esos tres días en que Castro se iba mucho más temprano que Agustín, no habían desayunado juntos esos días y solía llegar mucho más tarde de lo que habitualmente llega y hoy no era la excepción. Agustín lo esperó.

-Hola mi flaco. -Castro dejó las llaves y el maletín en la entrada y besó a Agustín. -Voy a ducharme y a dormir, estoy agotado.
-Antes que hagas todo eso quiero que te sientes aquí y hablemos.
-Ya sabía que este día llegaría, hoy le tengo que contar la verdad.
-Desde que llegué de Caruay estás rarísimo, me evitas, no quieres tirar, dices que estás cansado, dolor de cabeza, duermes con ropa, te quiero abrazar y tocar y te apartas. Te vas tempranísimo. ¿Qué coño pasa? ¿Pasó algo en ese fin? ¿Tienes otro tipo? ¿Lo metiste aquí y pasaron el mejor fin de semana de sus vidas?.
-No flaco, nada de eso, creo que este es el primer fin de semana más casto que he tenido en mi vida desde que perdí la virginidad. -Se puso de pie. -Yo te voy a explicar que es lo que pasa y espero que lo aceptes.
Agustín comenzó a brincarle el corazón en el pecho y a sentir calor. -No me asustes ¿Qué coño tengo que aceptar?.
Comenzó a desabrocharse el pantalón.
-¿Me vas a coger? ¡Claro que voy a aceptar!
-¿Te quieres quedar quieto flaco? -Dejó caer el pantalón y se quedó en interiores.
-Dios mío y pensar que yo me meto esa vaina en el culo. -Castro se bajó el interior y Agustín se levantó del sofa con la boca y los ojos abiertos de más. Tuvo que sentarse porque le dio un mareo al verle el pene a Castro. -¿Qué coño te pusiste ahí? Mierda...esa vaina es enorme, no sé qué es más enorme tu güevo o eso. Ya va que estoy mareado.
-¿Te gusta? Es un Príncipe Alberto.
-¿Cómo coño te pones eso? Ya va, que se me aflojan las rodillas, que dolor.
-Acércate y míralo. -Agustín se acercó al pene.
-Tócalo con cuidado que me duele.
-¿Cómo no te va a doler si lo tienes rojo e hinchado, ¡mierda esta argolla es enorme! ¿No lo tienes infectado?
-No flaco, tranquilo, todo está bien, no me duele, si no me tocas claro.
-¿Cómo me vas a coger con esta vaina? Me vas a reventar lo poco que me queda de culo.
-Te lo meto despacio.
-Castro estas vainas me las tienes que consultar.
-¿Qué consultar? ¡El güevo es mío!
-Si pero me lo voy a meter yo, no tú.
-Bueno quería que fuera una sorpresa.
-¿Y cuando me lo pensabas decir, en un mes? Un mes sin tirar.
-Bueno literalmente vamos a estar un mes sin tirar, eso se tiene que curar, cicatrizar, que baje la inflamación. 
-Se te está parando, ¡no me jodas que con el dolor igual se te para!
-Coño flaco es que te veo y se me pone dura y encima te me pones cerquita agachado me pones mal.
-¿Te lo puedo mamar?
-Nooooo flaco, hay que esperar, de hecho tengo que lavarme y ponerme la crema.
-¿Y tengo que esperar un mes para tener sexo?
-¿Nunca has estado un mes sin tirar?
-Desde hace casi cuatro años no.
-Te toca aguantar, espero que no se te ocurra tirarte a Ignacio de nuevo. -Agustín se levantó mirando a Castro.
-Disculpa, mal comentario, borrado.
-Esperaré amor, pero te toca mamarme el güevo y chuparme el culo.
-Coño...la tortura. Se me prensa el güevo y me duele.
-¿Quieres que te lave el güevo y te ponga la crema?
-Claro flaco. Se me va a parar, pero verte hacerlo lo voy a disfrutar. Pero vamos a cenar primero.

-Todavía no puedo creer que te hayas puesto ese enorme piercing.
-Príncipe Alberto, ja ja ja ja. 








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