lunes, 19 de abril de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 99


 Lo que podría llamarse relación entre Jaime y Oto, había caído en simples encuentros en el despacho con la puerta cerrada. Besos, caricias. Oto aún no iba a casa de Jaime y no habían tenido intimidad. Esa mañana en el bufete Otro estaba solo en el despacho de Jaime y Héctor entró.


-Buenos días.
-Buenos días Héctor, ¿Cómo estás?.
-¿Ni siquiera te vas a levantar a darme un abrazo? Dormimos juntos, hicimos el amor y me vas a saludar así tan fríamente. -Oto se levantó y le dio un abrazo, Héctor intentó darle un beso en la boca pero el muchacho lo esquivó.
-¿Que quieres Héctor? Si viniste por el informe de la empresa Soltex ya te la envié a tu correo. Te agradezco que no me pidas que te haga otras cosas, ahora trabajo con Jaime, ya tienes a otro abogado a tu disposición.
-Es una mierda...además tú conoces el caso y sabes cómo manejarlo.
-¿A qué viniste?
-¿Estás saliendo con alguien? -Oto se rió.
-No...estoy soltero, no salgo con nadie.
-Ultimamente te ves feliz radiante, estás guapo, te vistes bien.
-La felicidad no me la tiene que dar un hombre Héctor.
-¿No eras feliz conmigo?
-Tú si debes estar feliz con ese carajito haciendo tiktok todo el día, haciendo estupideces en esos vídeos. -Hector levantó a Oto de la silla.
-¿Estás celoso verdad? Vuelve conmigo y yo dejo a Raúl.
-¿Qué te pasa Héctor? Suéltame.
-Tú estás saliendo con alguien a mí no me engañas, te conozco. Dime con quién estás saliendo. -La puerta se abrió y se cerró.
-Está saliendo conmigo Héctor, Oto y yo estamos juntos. -Oto miró sorprendido a Jaime, Héctor soltó a Oto mirando también a Jaime.
-¿Qué coño estás diciendo? ¿QUÉ CARAJO ESTÁS DICIENDO TÚ? -Afuera se escucharon los gritos. Cómo los otros dos socios no estaban, los abogados se levantaron de sus puestos y se acercaron a la puerta del despacho de Jaime. -Explotó la bomba. -Dijo uno de ellos.

-Lo que oíste Héctor, ahora te voy a pedir que salgas de mi oficina.
-¿Tú crees que me vas a decir esa vaina y te vas a quedar tan tranquilo? YO TE CONTABA MIS PEOS CON ESTE CARAJITO, LA SITUACION CON JIMENA Y AHORA VIENES TU A COGERTE AL HOMBRE QUE AMO.
-Baja la voz Héctor que estamos en un bufete y hay gente.
-GRAN GUEVONADA. COÑO MI AMIGO DEL ALMA ME LANZA UNA PUÑALADA TRAPERA, ME TRAICIONA Y LO HACE DE LA PEOR MANERA, AHORA ERES EL NOVIO DE MI EX. ¿DE CUANDO ACA TE GUSTAN LOS HOMBRES A TI? DESDE QUE TERMINÉ CON ÉL, DIJISTE VAMOS A JODER A ESTE.
Jaime estaba de pie escuchando a Héctor sin moverse, Oto apoyado del escritorio con la cabeza agachada.
-Simplemente sucedió Héctor y fue después que ustedes terminaron.
-PERO TE QUEDASTE CALLADITO, PORQUE SABÍAS QUE ME IBA A ARRECHAR. YO TE CONFESÉ QUE ME GUSTABAN LOS HOMBRES Y TÚ NO ME DIJISTE NADA, NADA ¿POR QUÉ? ¿SIEMPRE TE GUSTÓ OTO?
-Desde que entró al bufete me gusta Oto.
-MALDITO DESGRACIADO. -se le fue encima a Jaime, Oto intentó detenerlo pero Jaime le lanzó con golpe que lo tumbó al piso.
Oto lo ayudó a levantarse mientras veía a Jaime reprochándole con la mirada.
-¡Suéltame!. -Hector se levantó tocándose la cara.
-Ya que estamos conversando te digo que me voy de vacaciones, los días que no pude disfrutar con este, me los tomo ahora pero un mes.
-Me parece bien Héctor, necesitas despejarte, relajarte y pensar.
-¿Pensar?
-Si...pensar que quieres hacer con tu vida. Irte a un foso haciendo estupideces en las redes o hacer crecer esta empresa.
-Si yo hago estupideces en las redes es mi problema.
-No te lo discuto. Ahora por favor sal de mi oficina porque yo no tengo vacaciones.
Héctor abrió la puerta y los muchachos de afuera corrieron a sus puestos.

-Disculpa Jaime, Héctor entró para hablar conmigo, yo le hice un favor con un cliente y pensé que a eso venía.
-No me interesa lo que vino a hacer Héctor aquí. Lo que me interesa es que hoy te vayas a mi casa y duermas conmigo, no quiero darle largas a esto. Yo tengo que salir de nuevo, tengo dos reuniones fuera, toma. -Le entregó un juego de llaves. -Las llaves de mi apartamento y la llave del estacionamiento. Te vas para allá en la tarde y me esperas o te espero, no sé a qué hora llegue.
-Jaime pero...-Jaime se le acercó y le dio un beso en la boca.
-Quiero hacerte el amor, dormir contigo, luego de eso decides si quieres algo conmigo o mandarme pal carajo.
-Jaime, te dije... -Jaime le puso la mano en la boca.
-No quiero que me des más excusas, por favor, quiero verte esta noche en mi casa. -Cogió unas carpetas y salió de la oficina.

Oto se fue del bufete un poco antes de las cinco. Recogió y se fue.
-Rolo 'e peo allá adentro está mañana ¿no?
-Si, un problemón con un cliente que descuidó Héctor.
-Tú.
-¿Perdón?
-El cliente descuidado eres tú, ay Oto, aquí todos saben que tuviste algo con Hector y ahora estás muy unido a Jaime.
-Chamo deberías enfocarte más en tu trabajo y dejar el chisme porque Héctor no está muy convencido contigo.
-¿Eso es una amenaza?.
-Tómalo como quieras, solo te digo eso.
-De bolas tú le dices algo a Jaime y a mí me botan, te tiras al jefe. -Oto cerró los ojos y respiró profundo.
-Exactamente, si no quieres que vaya a hablar con Jaime ponte a trabajar. 
-Maricón.
-Cuando quieras lo compruebas. -Se fue.

Oto llegó al apartamento, se quedó impresionado, todo era gris muy claro y toques de color en ciertos lugares, había matas, muchos adornos y todo perfectamente puesto. La cocina impecable, blanca y gris oscura y una lámpara amarilla en el medio pero habían otros bombillos que iluminaban el espacio.
-Ya estoy en el apartamento-
-Ok, siéntete en tu casa, come y bebe lo que quieras, dúchate, haz lo que quieras, pero no metas hombres jajajajajaja-
-Jajajaja hermoso el apartamento-
-Gracias, recién remodelado, tenía que quitarle el decorado casa portuguesa que tenía-
-Ja ja ja quedó muy bien, te espero-
-Sigo reunido, estoy en un restaurante cerrando un negocio, he comido y bebido como un troglodita pero de qué te hago el amor, te lo hago, eso es seguro. Me voy a tardar un poco-
-Tranquilo, con Netflix® y cervezas no me hace falta más nada-
-No me digas eso, me hace sentir mal-.
-Tonto, me refiero a que estoy solito aquí
-Lo sé...disfruta, besos.-
Oto dejó el celular en la mesita y se dio cuenta que tenía una erección.

Nueve de la noche y Oto ya estaba agotado de ver series en Netflix. Apagó todo y se acostó.
Una hora después llegaba Jaime, estaba bastante tomado, entró al apartamento, se quitó el saco y la corbata. Entró a la habitación y sin encender la luz se quitó los zapatos y le dio al interruptor. El cuarto estaba frio. Le da al interruptor y ve a Oto dormido y arropado, se sonríe. Se desnuda y se acerca a la cama sentándose, busca un lubricante y se coloca en el pene que ya lo tenía erecto. Retira la sábana y le acaricia la pierna hasta que Oto abre los ojos.
-Hola...¿Qué hora es?
-¿Que importa? -Se le acerca al rostro y le da un beso en la boca, su aliento era puro whisky. -No sabes lo feliz que me hace verte durmiendo en mi cama.
-Gracias por la invitacion. ¿Ya estas desnudo?. -Jaime le baja el boxer y le besa el vello púbico, luego el pene.
-No sabes las ganas de tenerte asi y hacerte el amor.
-¿Qué esperas? -Abrió de nuevo el lubricante y le colocó en el culo se montó sobre el muchacho que levantó las piernas y las abrió hacia los lados.
Jaime ubicó su pene en el culo y comenzó a penetrarlo. -Coño...que rico se siente esto. -Abrió los ojos y besó a Oto que se estremecía cada vez que sentía como iba entrando el pene de Jaime.
-Aaah Jaime, sigue, que divino.
-Divino estas tú y tu culo esta caliente y cerradito.
Ya el pene había entrado completamente y ahora Jaime se movía suavemente, cerraba los ojos, sentía el calor interno. Besó a Oto. -Te amo carajito, te amo y me siento feliz que estés aqui conmigo y que dormirás aqui.
-Te quiero Jaime.
-Yo haré que me ames. -Empujó y penetró hasta el fondo a Oto y siguió moviéndose suavemente viendo que a Oto se le erizaba la piel. Jaime bajó su cabeza y chupó las tetillas de Oto.
El muchacho no aguantó y acabó, Jaime se levantó al sentir el semen.
-Te viniste...-Jaime pasó los dedos sobre el semen del muchacho y saboreó, luego le metió los dedos a Oto en la boca. Siguió moviéndose, tomó con fuerza las piernas del muchacho mientras acababa dentro de él, Retiró el pene y vio como Oto dejaba salir el semen de su culo. Se tumbó en la cama y comenzó a darle vueltas todo.
-Estoy mareado...Dios que mareo.
-¿Quieres una pastilla para el dolor de cabeza, tienes?
-Si, en la cocina, en el mesón.
Oto buscó la pastilla y un vaso con agua, echó la mirada hacia abajo y vio que de su glande colgaba un hilo de semen, lo limpió con una servilleta, se sonrió. Se detuvo y se quedó pensando. Había disfrutado mucho el sexo con Jaime, volvió la sonrisa y se fue a la habitacion.
Luego de darle la pastilla, se acostaron uno al lado del otro.
-Disculpa mi desempeño de esta noche, el whisky y mi edad no son buena combinacion para el sexo.
-¿Qué? Pero si me encantó, si tuviste alguna falla no lo noté, de verdad. Fue lo máximo.
-¿En serio, pasé la prueba?
-Jaime no estás en un examen. No seas tonto.
-¿Vas a querer tener algo conmigo?
-Me dijiste hace unas semanas que esto seria solo sexo. -Jaime lo besó, le metió la lengua, le puso la mano detrás de la cabeza.
-Nunca tomé esto como una tirada y ya y menos contigo que te dije que te amo. Yo quiero algo serio contigo pero tú tienes que darme la última palabra.
-Quiero ir despacio contigo porque quiero algo serio.
-¿Quieres mudarte conmigo? Esto no significa nada, vives arrimado en casa de un amigo y ya te tienes que ir de ahi. Dime que sí. -Oto lo vio a los ojos...

-Me mudo contigo.




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