miércoles, 7 de abril de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 87


 Luego de esperar el transporte de sus hijos  y terminar de recoger los platos del desayuno, esperó que José  David y su hijo se fueran al taller. Ella se duchó y se vistió rápido colocándose una nueva prenda íntima. Tomó un taxi.

-Déjeme en esta esquina, ahí donde está la parada. Gracias, aquí tiene.

Se bajó del taxi. Pasaron unos obreros.
-Mami, si estás buscando a alguien aquí estoy, aparecí.
-Uuuf belleza, ¿Por qué tan solita?
Berta se limitó a sonreír pero miraba a la calle esperando que llegara el autobús.
Vio llegar el autobús y se apartó de la parada, esperó a ver quién bajaba del autobús y vio a la chica.
Caminó detrás de ella hasta que vio un callejón.
-Ay disculpa mi amor, ¿Tú eres la que trabaja en el taller de allá de la esquina?
-¿Quién es usted?
-Ven, es que quería comentarte algo. -La sujetó abrazándola y la metió en el estrecho callejón
-¿Pero que hace? -Berta sacó un cuchillo y la jaló del cabello, le colocó el cuchillo en el cuello.
-Como sigas acostándote con el dueño del taller donde trabajas te voy a matar zorra.
-¡No se de qué habla suélteme!.
-Si sabes de lo que hablo zorra. Te acuestas con José David. Lo sigues negando y te corto el cuello para que te desangres. -Le apretó más del cabello y empujó contra la piel el cuchillo.
-Si si, yo...yo...tengo algo con el dueño. -Berta la soltó y comenzó a golpearla y la lanzó al piso dándole carterazos y patadas hasta que, agotada, se detuvo.
-Ven mi amor, párate, ahora te vas a acomodar, toma este dinero, y te vas a tu casa y no vuelvas más nunca al taller, yo me llego a enterar que sigues trabajando ahí y te mato.
La chica se puso a llorar. -Déjeme ir señora.
Berta le pasó la mano por la mejilla y le soltó una fuerte cachetada. -Claro que te voy a dejar ir, es solo para que recuerdes que no te estoy amenzando, te estoy notificando que si te veo por aquí de nuevo te mato, te mato perra, vete y que Dios te bendiga y salve tu alma perdida. ¡Vete de aquí!
La chica salió del callejón y Berta salió del otro lado para ir al taller por la otra calle.

-David, ahora vas a ayudar a Antonio a levantar el motor y desmontar la cámara.
-Ok, déjame ir un momento al baño y vengo.
David fue el baño que estaba al final del taller pero uno de los mecánicos le dijo que la poceta estaba dañada.
-Coño me toca ir al de la oficina.

José David iba rumbo a su oficina. -Que raro que está carajita no haya llegado. Con las ganas que tengo de una mamada.
Entró y se sentó en el escritorio.
Berta llegaba al taller y los mecánicos se le quedaron viendo, iban a comenzar a piropearla cuando uno de ellos se dió cuenta que era la esposa del dueño.
-Hola Luigi, ¿Mi esposo está?
-Si señora, debe estar en su oficina, pase.
-Gracias, estás buenmozo Luigi, cuidado con las mujeres que son unas locas cuando ven a un hombre guapo.
Berta llegó a la oficina y abrió.
-¿Mujer que haces aquí?
-David que estaba en el baño, se asustó y se puso alerta.
-¿No puedo visitar a mi marido al trabajo? -Hablaba en voz baja mientras cerraba las persianas. -Vine a qué me hicieras el amor, ando con ganas que mi marido cumpla mi deseo.-Dejó caer el vestido y se quedó en ropa interior blanca de encaje.
-¿Eres capaz de hacerlo aquí?
-Coñodelamadre que buenas está mi mujer y no se que le pasa pero ahora en este modo perra me la pone dura. ¿Capáz? De bola que te voy a coger aquí.
Berta se agachó y comenzó a desabrochar el pantalón. -Si quieres me acabas en la boca, hoy quiero ser bien puta. -Se metió el pene en la boca y comenzó a mamar. David abrió con cuidado la puerta y apenas podía ver, pero distinguió a su madre arrodillada mamándole el pene a su padre.
-No puedo creer que yo estoy viendo esta vaina. -Se quedó viendo.

-¿Ves? Cuando te pones así me la pones tiesa. Coño Berta que rico mamas. -Debe haber practicado que jode con el cura sádico. Dale, sigue, coño.
Berta se detuvo. -No voy a seguir, quiero que me cojas. Quítame la pantaleta. -José David se la bajó y la vió la vulva depilada y puso su mano ahí, metió los dedos.
-Estoy mojada, penetrame. -José David la cargó y la montó en el escritorio, Berta abrió las piernas. -Mételo y dame duro.
-Lo que tú pidas mi amor. -José David se lo metió y Berta puso los ojos en blanco e bando la cabeza hacia atrás y mientras ella grita el empujaba con fuerza.
-AAAAAAH AAAAAH AAAAAAH
-¡No grites tanto coño que se oye!
-¡Cállate y sigue dándome! Háblame sucio.
-Maldita perra, ¿así es como te gusta que te cojan Malparida?
-Maaaarico ¿Que necesidad tengo de escuchar esta vaaaaaina? Ahora y que háblame sucio, mi mamá hablando así.
-Si, dame duro coño, cógeme bien maricón.
-¿Cómo que maricón? Aquí el marico es tu hijo. Ya va a aver lo maricón que soy. -La cogió de los hombros y comenzó a moverse más rápido empujando con más fuerza mientras Berta gritaba descontrolada y José David sudando.
-¿Pero estos no van a terminar? Duran más que yo tirando.
-Cógeme por el culo, voltéame.
-¿Por el culo?
-Si ¿Que, te da miedo? Dale, voltéame, está limpio ahí atrás. -David la volteó, dejó caer saliva y comenzó a introducirlo, hasta que entró por completo y Berta gemía.
-No puedo creer esto...por el culo, mís papás tiran por el culo. 
Berta seguía gritando, mientras abría sus nalgas, José David veía como su pene entraba y salía y eso lo excitaba más.

-Estoy a punto Berta, estoy a punto.
-Acábame en la boca. ;José David retiró el pene y Berta se volteó agachándose para recibir el semen en su boca.
-Aaaaaaaah coñooooo, uuuuuf. -El semen caía dentro de la boc de Berta que iba relamiéndose y tragando.
Berta se levantó y José David, agotado se sentó en una silla.
-Bueno, yo me voy a ir, que tengo que estar en la iglesia. Nos vemos en casa esta noche. Vas a reponer energía porque está noche quiero otra vez.

Berta salió con cuidado y se tropezó con Luigi.
-Mi esposo me dijo que tú aparte de mecánico se te da la plomería, dame tu número para llamarte y me acomodes unas cosas en casa. A lo mejor mañana.
-Si...bueno..si...pero tiene que ser temprano, para luego venir al taller.
-Si, temprano, para que estés fresco y con fuerza. Te llamaré.

Mientras José David recuperaba el aliento, David salía del baño.
-¡Coño! ¿Estuviste todo ate tiempo ahí metido?
-Que pena...lo que me tuve que calar por entrar a este baño.
-¿Tú mamá está enloquecida y quiero que se quede así siempre.
-Ya papá basta no quiero saber.
-¿Que haces usando este baño?
-El de afuera tiene mala la poceta.
-Le voy a decir a Luigi. Hijo, tu madre es una demonia en el sexo. Despertó una bestia dormida.
-YA PAPA, NO ME DES INFORMACION QUE NO HE PEDIDO.
-Hijo, te voy a decir algo. Voy a permitir que no trabajes aquí con tal que entretengas al cura, te pongas bien perrita con el sádico para que se olvide de tu madre.
-Papá...ya ¿si? Deja de decirme esas cosas.
-Piénsalo, te sigo pagando si me haces ese favor.
-PAPÁÁÁÁ...





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