jueves, 8 de abril de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 88


 -¿Tú puedes creer que mi hijo tuvo sexo con el cura de esta iglesia? -Le comentaba Douglas, el ingeniero y padre de Raúl, a Castro que fue a darle apoyo técnico en la restauración de la iglesia. Me enteré porque una mujer que trabaja con el cura me entregó la cámara y me contó que los consiguió.

-¿Cómo se llama la mujer?
-Ah mira, ahí viene.
-Coño que buena está, ah pero yo la conozco, la señora Berta ¿No?
-Si, ¿La conoces?
-Si, un cuento largo.

Hace unos días Berta había vuelto a encender las alertas de pedofilia contra el padre Ramón tanto en las redes sociales como en la calle con las vecinas y vecinos, lo que hizo que las personas, entre ellas su esposo José David, retomaran el asunto nuevamente.

-Buenos días ingeniero, señor Castro ¿como está? que sorpresa, cuánto tiempo.
-Todo bien ¿y usted?, Está muy guapa.
-Gracias, me hice unos arreglitos, hay que tener contento al marido si no se va con cualquier golfa. -Castro y Douglas se vieron a la cara.
-¿Ramón está? Necesito que me verifique unas cosas sobre el espacio que se va a habilitar para hacer las misas al aire libre.
-Yo le aviso, debe estar en la parte de atrás, yo tengo que hacer unas diligencias y no voy a estar sino con gusto lo atendería, otro día me dedico por completo a usted. -Le sonrió. -Señor Castro me puede acompañar a buscar al padre y así le comento unas cosas.

-Usted tiene que venir a mi casa para almorzar y así formaliza algo serio con mi hijo, quiero que ese muchacho siente cabeza con un hombre maduro. Vamos a entrar.
Entraron a la casa del padre que no estaba.
-Ay señora Berta que pena pero yo tengo pareja y vamos en serio.
Berta dejó caer el vestido mostrando su ropa íntima blanca de encaje. -Yo soy una mujer casada y voy en serio con mi marido, pero usted y yo podemos divertirnos un rato. -Lo besó en la boca mientras le ponía la mano en la entrepierna pero Castro se echó para atrás evitando que le apretara el piercing y le doliera.
-¡Señora por favor cálmese! ¿Dónde está el padre?
-Estamos tú y yo solos, hazme tuya. -Castro se acercó a la puerta y salió. -Coño...que mujer pa loca...

Douglas se fue con uno de los trabajadores a buscar a Ramón. Caminaron por el lateral contrario a la casa y entraron a la iglesia. Vieron al cura sentado, sin hablar se acercaron y vieron a Ramón con su cabeza mirando al suelo, al estar más cerca tenía a un niño sentado al lado y haciéndole sexo oral. Douglas levantó al padre del asiento mientras el niño corrió pero el obrero lo detuvo. Comenzaron a gritar y a llamar a todo el mundo. Ramón comenzó a llorar.

-Esta tarde te cuento lo que pasó en la obra, rolo 'e peo flaco-
-¿Me buscas por el supermercado?-
-Claro flaco, como siempre-
Antes de buscar a Agustín al supermercado quiso comprarle algo por todos los días que no han podido tener sexo.

-Buenas tardes, bienvenido, ¿Buscaba algo en especial?
-Buenas tardes, quiero ver los...estos mismos, pero quiero el más grueso y grande que tenga. -La chica vio a Castro y se sonrió.
-No te rías. Es para mi pareja, lo que pasa es que me puse un piercing y no puedo tener sexo y quiero llevarle algo parecido al mío.
-Vaya.
-Si...algo parecido porque como el mío no he visto nada.
-Aquí tenemos estos, son lo más grande que tenemos.
-Podría ser...
-Disculpe la indiscreción ¿pero cuánto mide el suyo? Para tener una idea.
-La verdad nunca me lo he medido pero realmente es enorme. No tengo problema en mostrártelo.
-Déjeme llamar al dueño para que me acompañe, él puede hasta darle la medida exacta, eso es para algunos juguetes que vendemos aquí.

Tanto el dueño como la chica entraron a un pequeño cuarto donde Castro se bajó el pantalón y el interior.
La muchacha se tapó la boca echándose para atrás. El hombre se sorprendió. -Coño...verga...¿como mido esto? Ja ja ja
-¿Eso es un piercing?
-Si.
-¿No le es suficiente con lo que tiene para también ponerse eso? Perdón...pero es que su novia debe sufrir, yo veo eso y no vuelvo.
-Novio, tengo novio.
-Ah ok, entonces nada.

-Ok te mide 18 cms en reposo, 18.3 de circunferencia. ¿Puedes tener una erección?
-¿Ahora, aquí?
-Bueno, si puedes. -Castro cerró los ojos y respiró profundo pensando en Agustín.
-Ay Dios mío, no quiero ver, que cosa tan grande, que horrible.
-Chamo pero usted carga un arma de guerra deberías tener permiso para portar esto, carajo.
-Yo vine a comprar un guevo de goma y termino con los pantalones abajo midiéndome la paloma, a está carajita le va a dar algo.
-Ooookey. 24 cms de largo, 24. 6 de circunferencia y 12 cms de grosor.

La chica salió impactada al ver aquel pene erecto, el dueño se retiró y Castro se acomodó el pantalón sintiendo una molestia en el glande pero nada de preocupación.

-Tenemos estos dos, ambos se sienten al tacto reales, uno es de piel oscura y el otro blanco.
-Me llevo el de piel oscura.
-Si. 40 dólares, ¿Quiere que se lo envuelva en un discreto empaque?
-No, esto es para usarlo apenas llegue, gracias.

-Quedaste loca viendo aquello.
-¿Pero tú viste el grueso de esa cosa? Eso es como parir al revés. Te metan al niño en la barriga, ay no que horror, yo quiero disfrutar, no sufrir.
-Si pendeja, cuando lo tengas en la cama y te lo metan vas a gritar que no lo saquen.
-Ay, ordinario.

Castro buscó a Agustín por el supermercado.
-Ay vamos a tomarnos algo por ahí y luego a casa.
-No flaco, nos vamos directo a casa y luego salimos.
-¿Y eso?
-Bueno quiero que hagamos algo primero.
-¿Y esa bolsa, que compraste?
-¡HEY no toques eso! No la agarres.
-Ah pues, que misterio.
Castro le contó el problema con el cura y su socio.

Llegaron al apartamento, Castro cargaba la bolsa.
-Voy al baño.
-Cuando salgas del baño quítate la ropa.
-Coñoooo, ta bien como ordene, pero tú no puedes hacer nada.
-Cállate y haces lo que te digo, ve a mear. -Castro se quitó la ropa, sacó el pene de su caja y lo puso delante de él. Agustín salió del baño.
-Caramba, mi novio me espera desnudito en la cama. ¿Que coño es eso? ¿Eso fue lo que compraste?
-Si, como yo no te puedo coger él me va a ayudar. Acércate.
-¿No es como grande?
-Te has metido mi verga y has repetido. -Castro se metió a la boca el pene de Agustín que comenzaba a crecer. Le pasaba la lengua, lo chupaba, succionaba hasta que  jaló a Agustín a la cama, cogió el lubricante y se echó en la mano, se puso frente a su novio y siguió mamando mientras sus dedos se abrían paso en el culo del muchacho que comenzaba a gemir.
Se metía todo el pene en la boca y sus dedos se movían dentro del culo.
-¿Quieres llevar güevo?
-Si...-Castro embadurnó el pene negro de lubricante y comenzó a penetrar lentamente a Agustín que cerraba los ojos y llevaba su cabeza hacia atrás. Mientras iba metiendo el pene de goma, seguía mamándole el pene a su novio que no paraba de gemir.

Castro tenía la mitad del pene dentro del culo de su novio cuando comenzó a empujar con fuerza y rapidez. Agustín ahora gritaba

-METELO TODO, METELO TODO COÑO DALE!

-Dios ya volvio la tiradera en esa casa, como que estaban de viaje.
-No, yo los ví antier llegando en el carro.
-A lo mejor el que lleva machete tenía diarrea.
-Pero que ordinario eres. Mejor vamos a tener sexo tú y yo para no escucharlos.
-A ti se te antoja tirar a unas horas, voy por una cerveza.
-El hombre de esta casa parezco yo, siempre quiero tirar y tú no.
-Busco la cerveza y tiramos, deja la quejadera coño.

Castro seguía metiendo el pene por completo y lo volvía a sacar, seguía mamando.
-METEMELO TODO, ANDA TODO, DALE DURO.
-Flaco ya está todo adentro, eres un glotón. -Se sentó y comenzó a darle más duro hasta ver cómo Agustín, sin tocarse, acababa, soltando el semen con fuerza, levantaba la espalda y se movía, pero sin darse cuenta de lo que había sucedido pedía que Castro siguiera hasta que se relajó y el pene salió de su culo. Soltó un gas. Castro se rió.
-Perdón.
-Mi flaco, estabas como poseído, no joda, no usaste popper y lo tenías metido hasta aquí, de vaina te meto las bolas. Cómo gritabas.
-Que vaina más buena. ¿Y en qué momento acabé?
-Coño en uno de esos griterios soltaste el lechero, te retorcías, amor, se me paró el güevo solo viéndote como disfrutabas esto. 
-La próxima vez te lo meto yo. Que divino.
-Si yo te contara lo que me pasó en el sex shop. Me midieron el güevo.
-¿Qué?
-Mira...aquí...ya va, está en el bolsillo...estas son mis medidas ja ja ja.
-Coño ¿Y para que te lo midieron?
-Bueno lo miden por unos juguetes que venden, pero como quería comprar un bicho grande como el mío, pues el carajo me lo midió.
-¿Un carajo?
-Si, pero más hetero que tu papá.
-Mmmmmm
-Deja los celos, que el güevo se me paró pensando en ti.
-Ja ja ja ja.





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