domingo, 11 de abril de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 91

 


Berta regresaba de planta baja de dejar a sus hijos en el transporte, había comprado el periódico que le pidió José David.

-Toma mi amor, el periódico. Cariño la otra vez ví a Castro, ¿Te acuerdas de él? El grandote. Está trabajando en la restauración de la iglesia. Lo invité a comer a casa, aprovecha y sales con él. Es un hombre maduro, solvente que funciona para ti.
-Mamá...ese tipo tiene pareja, ya deja de buscarme hombres, me los busco yo.
-Los que te buscas no te sirven. Jorge un bueno para nada y ahora vive con el abogado que te sacó de la policía, que horror y el padre Ramón, eso fue un bochinche, ganas de matar tus ganas de sexo.
-En eso te doy la razón ja ja ja.
-Hablando del pervertido ese, miren, por fin luego de meses luchando porque se diera, vino a destapar la olla el ingeniero que lleva la restauración de la iglesía.

<<DETENIDO EL CURA DE LA PARROQUIA BERNARDINO POR PRESUNTOS ACTOS PEDÓFILOS>>

<Según un testigo que lo vio en flagrancia, desató la ira de la comunidad que denunció lo que se sabía desde hace dos años. Varias víctimas hablaron. La primera vista ante el juez es en una semana>

-No joda, por fin le pusieron los ganchos al sádico. Tú vas a ir a declarar.
-Yo también voy a ir a declarar. -Dijo Berta.
-¿A qué vas a ir tu mujer?
-A contar mi verdad.
-Bien bello pues. David, agarra tus vainas que nos vamos al taller. 
-Antes que te vayas quiero decirte algo José David, a solas, vamos a la habitación.
-Termínate el cereal. Dímelo aqui, no tenemos secretos con David.
-Quiero tener sexo ahora. -David se atragantó con el cereal y se levantó de la mesa.
-Ooookey me voy a mi cuarto.

José David cogió de la mano a Berta y la llevó a la habitación.
-Me encanta que ahora tengas ganas de tirar a cualquier hora.
-Tengo que cuidar a mi hombre ahora que el cura está preso y la cachifa de tu taller se fue.-Berta se quitó el vestido, quedando en ropa interior.
-¿Tú tienes algo que ver con...? -Berta le dio una cachetada y lo empujó a la cama.
-Cógeme y cállate.

Media hora después José David salía de la habitación de nuevo bañado, vestido y perfumado. -Listo hijo, vámonos.

-¿Ya estás cerca?-
-Si-.
-Mi marido va saliendo, espera una cuadra antes.-

-Como que lo tuyo con mamá se arregló.
-Bueno se arregló lo del sexo, de resto es igual de seca y correcta, dentro de lo que ella llama correcto, de resto se pone como diabólica cuando quiere sexo.
-Llévala a cenar a un restaurante bueno y luego verás que quiere más sexo, la emborrachas pues. Naguebonada, yo dándote consejos a ti de como enamorar a tu esposa de nuevo...
-Ay hijo me conformo con que tu madre quiera tirar todos los dias, pero la llevaré a cenar a ver qué tal.

-Hola Luigi, gracias por venir y te hayas tomado la molestia.
-De nada señora Berta y si se trata de la esposa de mi jefe más.
-No le dijiste que venías para acá.
-No, no. Estoy nervioso, parece que vine a hacer algo ilegal.
-Viniste a reparar unas fallas que hay en este hogar. Ven para enseñarte. -Lo llevó a uno de los baños.
-¿Que tiene este lavamanos?
-Gotea. -Luigi se había agachado para ver el lavamanos por debajo. 
-Hay que cerrar la llave de paso. -Luigi se puso de pie y se dio la vuelta. Berta se había quitado el vestido.
-Esta mañana mi marido me hizo el amor pero quedé insatisfecha, quiero más.
-Señora Berta, yo...vine a arreglar.
-Aquí lo único que hay que arreglar son estas ganas de sexo que tengo.- Se le fue encima a Luigi y comenzó a desabotonarle el pantalón.
El muchacho se apartó, no, no señora Berta, yo no puedo hacer esto...yo...el señor José es su esposo.
-¿No querrás que le diga a mi esposo que intentaste abusar de mi? -Berta se bajó la prenda de abajo y pasó su mano por la vulva. -Ven, tócala. -le cogió la mano a Luigi y se la puso en la entrepierna. -Mete los dedos, siéntela.
-Señora Berta...
-¿Qué, no quieres? Lo tienes duro, sácalo.

Luigi quitó la mano y se bajó el pantalón dejándolo en el piso.
-¿Te gusta lo que ves?
-Si.
-Penetrame, lo tienes más grande que tu jefe.
Luigi le miraba la vagina y luego la miró a los ojos, la besó y la cargó llevándola a la cama. Sin quitarse la franela, tumbó a Berta en la cama.
-Ponte esto, todavía me viene la regla, puedes dejarme embarazada y no queremos. -Luigi se puso el condón y, sobre ella comenzó a penetrarla. Poco a poco le introducía el pene. Berta lo miraba fijamente a los ojos mientras Luigi movía su cadera, penetrándola suavemente. -Mierda esta vaina está mal, está mal, como se entere el jefe me mata.
-Quita esa cara y disfruta de esta hembra, yo sé que te gusto. Dale duro, no tengas miedo de hacerme daño. Viólame. -Luigi escuchó eso y la cogió del cabello con fuerza y la besó mientras ahora sus movimientos eran más violentos y rápidos. Berta gemía, Luigi dejó de besarla y comenzó gritar.
-¿No querías que le diera duro? Ahora aguanta.
-Siiiiiii, dale no pares, cógeme duro mecánico de mierda. -Luigi le dio una cachetada y Berta le cambio el rostro.
-Pégame más, dame otra. -El hombre le volvió a dar otra cachetada. 
-¡Eres una perra!
-Y tú un maricón! Dame duro. -Volvió a gritar y apretar las sábanas. Luigi sudaba pero no paraba de moverse. Volteó a Berta y la levantó un poco para volverla penetrar. La mujer no paraba de gritar, Luigi la jaló del cabello echándole hacia atrás la cabeza.
-¿Te gusta? ¿Así o más suave?
-Así Luigi, así dame duro.
Luigi siguió moviéndose hasta que estuvo a punto de venirse y Berta le dijo que lo sacará. -Quítate el condón. - Se lo metió en la boca y Luigi derramó el semen dentro de ella.

Luego de acabar, Luigi  se quedó sentado en la cama recuperando el aliento. Berta se volteó y lo vio. -Te portaste como todo un semental. -Luigi sonrió. -Por favor señora Berta, que esto no salga de aquí, me voy a meter en problemas si su esposo se entera.
-Yo no le diré nada mientras tú vengas a mi casa a cogerme cada vez que yo te llame.
-Yo tengo mi novia señora Berta.
-¿Y que pasa con eso? Yo no me voy a casar contigo, quiero que seas mi juguete sexual. ¿Quieres que te pague por tus servicios?
-No, no señora Berta por favor ¿Cómo se le ocurre?
-Quítame el señora, acabas de cogerme. Ve a ducharte para que vayas al taller. Luego yo voy a llevarte un dulce.
-No, no me tiene que llevar nada, no quiero que me vean con usted.
-¿Tan fea soy, tan mal estuvo el sexo conmigo?
-No, no, no es eso, estuvo genial, de hecho muy bueno pero...
-Pero repetiremos pronto.
Luigi se duchó. -¿Con que toalla me seco?
-Con la gris que está ahí, es de José David. -Berta se sonrió desde la habitación. Luigi tomó la toalla y le recorrió un escalofrío. -Esta mujer está loca, pero tira divino y es bien perra.

Luigi salió del baño con la toalla por las caderas.
-Te queda mejor la toalla a ti, claro tienes mejor cuerpo y menos edad.
-Tengo 27 años.
-Te secaste con esa toalla, con la que mi marido se secó las bolas, ¿No te da morbo?
-Más bien me da vergüenza. ¿Te vas a duchar? Es que me tengo que ir.
-No, quiero quedarme con ese olor a hombre en mi cuerpo, el tuyo y el de mi marido, me voy contigo al taller.

-Cooooño ¿Quién me mandó a mi a venir a esta casa? Sabías que era para esto pero igual viniste, mierda pero es que la tipa tira mejor que Laura, que bolas.


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