jueves, 2 de septiembre de 2021

Huevos revueltos. 225

 


Jacinto, aprovechando que era mediodía se fue al apartamento para almorzar y ver a José David. Estaba estresado, el trabajo en el taller lo tenía aturdido, no se imaginó la cantidad de cosas que tenía que hacer. –Me voy a tomar un whisky para relajarme y seguir en la tarde. -Comentaba mientras estacionaba el carro.


Abre la puerta y se consigue a José David caminando apoyándose en los muebles para no caerse, tenía una botella en la mano.
–Coño...¿Y tú que haces aquí negro? Me agarraste echándome un trago jejeje.
–QUE VAINA JOSE ¿OTRA VEZ? ¿EN QUE QUEDAMOS? SON LAS DOCE Y MEDIA Y YA ESTÁS BORRACHO.
–Acabo de abrir esta botella, no exageres negro.
–Ya con olerlo te rascas José, estás alcoholizado, así no vas a llegar a ningún lado. No fuiste a terapia, a nada ¿Como pretendes curarte?
–Vamos a tener sexo, me dejo coger.
–COMO TÚ SIGAS ASI, TE DEJO SOLO Y VERÁS QUE HACES.
–No joda, gran guevonada, fuiste tú el que quiso estar conmigo...
Jacinto fue a la cocina y abrió todas las puertas y gavetas buscando botellas, consiguió dos y las vació en el fregadero, se fue a la habitación, José estaba tirado en el sofá. Registró el armario y no vio nada, fue al otro cuarto y al buscar en el armario vio otras dos y las vació también. 

Con la rabia que tenía, no podía preperar algo para comer, le temblaban las manos y se hizo algo rápido, un sandwich. Se puso a pensar que le había visto a José David para estar con él y aguantarse esta situación que ya la sabía de antemano. Terminó de comer y fue a la sala a despertar a José David.
–Me voy al trabajo, te voy a agradecer que vayas a Alcohólicos Anónimos.
–Yo no quiero ir a ninguna mierda. No me cogiste. -Jacinto le quitó la botella y la vació.
–Gran vaina negro, tengo más.–Ya te las boté todas.
–NO JODA PERO QUIEN CARAJO ERES TÚ PARA BOTARME MIS BOTELLAS NEGRO DE MIERDA. -Jacinto le dio un golpe en la cara y lo sentó en el sofa.
–SOY EL QUE ESTÁ CONTIGO Y QUIERA AYUDARTE PENDEJO PERO TÚ NO TE DEJAS AYUDAR, ASI QUE HAZ LO QUE TE DE LA GANA, TERMINATE DE HUNDIR. -Se fue.

–Coñodelamadre. -José David se puso a llorar y cayó en el suelo.

Tres de la tarde, Castro entraba a la habitación para ver a Agustín. Le acarició el cabello.
–¿Cómo te sientes?
–Bien, mejor que ayer pero con molestia alla abajo, me imagino que es normal pero ya me pusieron el analgésico. -Castro se le acercó y le dio un beso en la boca.
–Te amo.
–Te amo.
–¿Te sientes bien para sentarte y poder estar presente en un pequeño evento?
–No entiendo...
–¿Puedes? Vienen unas personas ¿Te sientes cómodo?.
–Si...pero ¿Qué pasa?
–Ya va...déjame chequear algo. Creo que vienen a ducharte, te vas a poner esto. Ya vengo.

Casro salió de la habitación y entró la enfermera para acicalarlo, afuera llegaban Jaime y Oto.–No entren, voy a cambiarme, aún no llega el resto.
–Castro ¿Estás seguro de lo que vas a hacer?
–Totalmente seguro Oto, espérenme aqui.

Castro salió del baño del pasillo con otra ropa.
Este hombre es una mole. -Pensaba Jaime.
–¿Y Oto? 
–Fue al otro baño. La enfermera aún no sale.
–Tampoco ha llegado el notario. Ah mira ahí viene.
–Castro. -Jaime lo detuvo cogiéndolo del brazo. –Espera, lo que te dije ayer...
–Tranquilo, no hay problema, no voy a comentarle nada a Tín lo que querías hacer con Oto y conmigo.
–No es eso, se trata de ti y de mi...Me encantaría hacerlo contigo, yo...
–Ahí viene Oto.

-Buenas tardes, gracias por venir. Ellos van a entrar primero, luego ustedes y de último yo.
Entraron a la habitación Jaime y Oto
–Hooola que sorpresa, que bueno verlos otra vez. -Entra el notario y dos personas más. –¿Quiénes son...ustedes?
–Flaco. -Entra Castro y camina directo hacia la cama de Agustín. –Tus amigos y estos señores seran los testigos de nuestra unión formal.
Agustín se le tensó el cuerpo y su cara se ponía roja, Oto lo veía y sabía que algo no andaba bien. –¿Que estupidez es esta Castro?
–¿Estupidez? ¿Te parece una estupidez casarnos.
–No, me parece una estupidez la razón por la que nos estamos casando.
–Te lo dije Castro. -Le susurró Oto, Castro volteó a verlo con cara de pocos amigos.
–¿No te quieres casar conmigo?
–Quiero que por favor se salgan todos y me dejen con Castro.
–Señores, si la unión civil no se va a efectuar igual tengo que cobrar el resto por traslado y molestias.
–Venga, yo pago esto Castro, después resolvemos, salgamos. -Dijo Jaime tomando por el brazo a Oto.
–Es la segunda vez que me rechazas Flaco.
–Estás haciendo esto por lo que hablamos hace dos dias, pensé que te había quedado claro todo. Me quieres casado porque sigues pensando en que te voy a dejar con tus ganas absurdas de sexo con otro.
–Te amo.
–Me amas de una manera extraña, me quieres retener, quieres ser el dueño de todo, controlar todo.
–¿Pero tú quién crees que soy? Coño todo este tiempo a tu lado y sigues dudando del amor que te tengo.
–Lo que quieres es forzar las cosas. Podemos esperar a que yo salga de esto, de mi tratamiento. Podemos casarnos en unos meses ¿por qué tienes que fozar las cosas?
–¿Y si mueres? -Dijo eso y se arrepintió. -Perdón. Si, quiero casarme contigo ya, saber que eres mio, de más nadie, no quiero que ne dejes.
–¿Pero buen Castro, que inseguridad es esa ahora? Eras tú quien quería tirar por ahí si te daban ganas mientras yo estoy convaleciente. Debería ser al revés, yo obligarte a casarte conmigo.
–¿Y por qué no lo has hecho? ¿Por qué no eres tú quien me pide casarme contigo.
–Porque todo tiene que ser a su tiempo.
–¿Qué coño de tiempo? Lo de tu cancer salió ahora, y hace unos meses ¿Que? ¿Por qué no nos casamos? Esto me dice que no quieres casarte conmigo. Siempre evades el tema.
–Si quiero casarme...pero...tú vas muy de prisa.
–Ay perdón, déjame ponerle freno al amor entonces.
–Castro no me voy a casar hoy contigo, no así, no en una clínica, no ahora.
–Ni ahora, ni después, ni nunca, me hiciste perder unos reales para mover al notario acá. Esta mierda se acabó. Ve a ver que haces, quien te va a cuidar a partir de ahora. Te hago tus maletas y se las doy a Oto pero a mi casa no vuelves.
–Castro, deja el berrinche infantil.
–Deja tu miedo al compromiso. Al próximo novio dile que no quieres casarte, que solo quieres que te cojan.
–Castro...deja la pendejada. -Castro puso la mano en la manilla. Se volteó.
–No debí pararte bola ese día en el colegio, me hubiera evitado muchas vainas. Yo te amo que jode Agustin, que jode, pero así como te amo, te saco de aquí adentro y no me vas a ver más. Abrió la puerta y la lanzó con tal fuerza que la manilla se cayó.
–Se hacen cargo de ese imbécil, yo me desentiendo.
–Castro, Castro, oye, CASTRO. -Jaime aguantó a Oto.
–Déja que se le pase la rabia, lo que dijo es por el momento. Entra y habla con Tin.

–La cagué Oto, la cagué, reboté al hombre que más me ha amado. 
–Yo le dije que no lo hiciera pero el insistió. Déjalo, ese vuelve ¿Cómo te va a dejar? ¿Y tú como carajo lo rechazas marico?
–Me agarró de sorpresa, fuera de base, yo...
–Deja el susto y dile si a ese hombre no joda, aparta el miedo. De bola que era una sorpresa, él estaba todo ilusionado y vienes tú a decirle esas vainas.
–No creo que vuelva, lo que me dijo fue muy duro y estaba dolido.
–Va a volver y cuando lo haga te casas marico.
–Mis papás duraron 30 años de casados y se divorciaron por todo lo que sabemos.
–¡Marico 30 años! En el mundo gay eso son como 300 años y una eternidad. ¿Te vas a preocupar por cuanto van a durar? Disfruta.
Yo amo a Jaime y ahora pasa por un problema, acaba muy rápido y a veces no se le para, pero no lo voy a dejar, hacemos otras cosas.
–¿No tiran?
–Sexo tenemos, si te refieres a penetración, muy poco. Me asomó la posibilidad de meter a un tercero.
–¿Qué? Mierda...dile a Castro...vas a gozar con lo que tiene.
–¿En serio marico?
–¡Lo mato si me entero que te coge y luego te mato a ti!
–Jajajajajajaja gafo, lo amas, amas a ese mastodonte.

Puedo aprovechar esta ruptura y cuadrar con Castro...¿que coño estás pensando Jaime? Es el novio del mejor amigo de tu esposo.

Castro habia tomado su camioneta y se puso a manejar sin rumbo fijo. Llegó a un bar. Frenó la camioneta y le lanzó las llaves al valet parking.
–Me la cuidas como si fuera tu jeva. -Entró y se sentó en la barra.
–Un whisky en las rocas por favor. -El hombre le sirvió el trago y puso unas aceitunas. -Deja la botella aqui.
–Cooooño la vaina es grave ¿no? Veeeergaaaa no joda Castro de mi vida, mira donde vengo a conseguirte.
–José David, llevas rato aqui.
–Un par de horas, pero me voy a quedar más tiempo ahora que llegaste. Esto es una señal guevón, no estás aqui por casualidad.
–No, claro que no, yo vine aqui para buscar sexo y ya conseguí con quién.
–¡Carajo! Brindemos por eso, hoy voy a coronar. Me va a coger esta montaña, ¿Estás escuchando bartender? Este hombre me va a clavar esta noche.

–Y todas las noches que quieras, hoy estoy oficialmente soltero. -Se bebió todo el vaso corto y se sirvió más.



1 comentario: