miércoles, 8 de septiembre de 2021

Huevos revueltos. 231

 


José David se levantaba de la cama. Era la una de la tarde.

–¡Coñoooo...que dolor de cabeza! -José David continuaba con su escalada de beber todos los días, salir de bar en bar, entrar a discotecas o tener sexo con el que quisiera. Llega a la cocina y se consigue a David.
–¿Qué haces tú aquí? Mierda, dame una pepa para el dolor de cabeza. Tú ya no vives en esta casa, vives con el curita.
–Vine a ver a mis hermanos...y viendo como tienes este apartamento, a echarte una mano. Aparte tengo que hablar contigo algo importante. -José David se le acercó y le dio un beso en la boca a su hijo, su lengua entró en la boca del chico, el aliento de su padre era terrible, lo apartó. A David se le erizó la piel por aquel beso. –Estás borracho y tienes un aliento asqueroso.
–Regresa a esta casa mi amor, te extraño. Yo dejo de beber y tirar pero vive conmigo.
–No sé papá...
José David se quitó el bóxer. ¿Tiramos? ¿Repetimos? Tengo un dolor de cabeza hijo de puta pero si quieres sexo, te lo doy. -David escuchó eso y en su entrepierna sintió un ligero movimiento y el pene lubricó. Respiró hondo.
–Los tres talleres están cerrados, intervenidos por el Ministerio Público. -José David se quita la franela y se queda mirando a su hijo, su pene estaba a medio camino de la erección.
–¿Cerrados? A ver...ya va...¿Cómo es la vaina?-Se volvió a poner el bóxer. Yo...no...¿ya no voy a recibir dinero?
–Papá, estamos metidos en un megapeo. Enrique...
–¡Te lo dije, te lo dije! ¡ESE TIPO NOS IBA A JODER! A BUENA HORA TE FIRMÉ ESE PODER. -Se le abalanzó a su hijo dándole golpes hasta que lo abrazó y comenzó a llorar. David también comenzó a llorar y abrazó a su padre, se besaron.
–No quiero que te vayas David...
–He regresado justamente por esto. El negocio, tú, mis hermanos, mi mamá.
-José David volvió a besar a su hijo y ahora ambos se desnudaban. Sonó el timbre.
–¿Quién coño será?
–Jacinto papá.
–No vuelvas a llamarme papá.
–¿En qué quedamos? Me vine a quedar contigo y ahora me rechazas? -José David por tercera vez besó a su hijo.
–Soy tu hombre carajito. -Se colocó el boxer y fue a abrir la puerta. David se quedó sin la franela.
–Coño negro...de nuevo tú aquí.
–José David, hola David.
–Ya me dijo David lo que pasó con Enrique.
–Si, se destapó la olla, un lavado de dinero inimaginable tenía ese hombre con sus negocios y está desaparecido.
–Maldita sea. Todo es tu culpa David.
–De nada sirve que me reclames papá, aqui todos somos culpables. Tu te perdiste en el alcohol, yo un carajito que no se nada de negocios, puta hasta la pared de enfrente y me involucro con Jacinto para seguir tirando con otros.
–¡Te dije que no me llames papá!
–Dejen las lamentaciones y no se peleen, no es el momento y hay que ver que podemos hacer para poder abrir y seguir con el negocio.
–Negro, están cerrados los talleres hasta que se haga el juicio y haya una decisión.
–Yo no se que voy a hacer. No puedo dar clases, solo particulares.
–Yo voy a hablar con la productora de peliculas y haré porno mientras esto se solucione, necesitamos dinero.
–¿Y la via más facil para ti es hacer peliculas porno?
–Si Jacinto, necesito dinero rápido porque los talleres están cerrados pero hay que pagar sueldos. ¿Dónde sacamos el dinero? Me siento responsable por ti que te metí en este peo, quiero seguir pagando tu sueldo. Pagar el colegio de mis hermanos, mi papá, los impuestos. Voy a buscar a mis hermanos.
 –No voy a quitarte razón a lo que dijiste.
¿Te quedas a comer?
–¿Puedo?
–Gafo, claro que puedes. Habla con José David y convéncelo de dejar de beber, ya vengo.

–Ahora si es el momento que sientes cabeza José, la situación amerita que te ocupes de ti y quiero ayudarte, quiero...quiero que tú y yo...
–Tú y yo...tú y yo nada negro. David regresa a casa, se queda conmigo.
–Que bueno, eso es una gran ayuda para ti.
–Más que una ayuda. -Buscó una cerveza en la nevera, la abrió y se la bebió de un tirón. –AAAAAAAH David es la luz y la guía que necesito.
–Es tu hijo José.
–No entiendes nada negro, David va más allá de ser mi hijo. -Hubo un silencio.
–Ya...ya...no me tienes que decir más nada...esto no va a terminar bien.
–Va a terminar cuando estemos muertos, nos une que somos padre e hijo pero nos conectan muchas cosas bonitas que estamos sintiendo.
–No quiero saber nada de sus retorcidas intenciones y por lo que veo estás con resaca.
–Aaah, deja la vaina, ya se me quita con esta cerveza.

Regresaba David con sus hermanos
–Pedí unas pizzas para todos, ustedes dos par de locos cambiense y lávense las manos. -Los niños se fueron a su habitación. –Negro ¿Te animas a hacer porno conmigo?
–¿Y por qué no me lo propones a mi coño? Ahora que tú y yo tenemos una relación más cercana. –José David se bebía la tercera cerveza.
–En vez de estar hablando tanta tontería, atiende a tu padre que lleva tres cervezas.
–Justamente quiero ganar plata, mucha plata para poder cubrir la nómina y el tratamiento de José...de mi papá.
–¿Desde cuándo estás tan unido a tu papá? Tú no estabas viviendo aqui.
–A partir de hoy regreso a esta casa a vivir con él. 
–Es tu padre David.
–Duh...por eso.
–No carajito, tú de buenas a primeras quieres tener una extraña relación con tu papá y...
–Me dio arrechera verte con mi papá, tiraste con él y se me revolvió todo, porque mi papá era para mi, ya no está mi madre pero estoy yo.
–David, ¿Tú te estás escuchando? Se trata de tu padre, no tu novio.
–Negro, negro. –Se le acercó y le dio un beso en la boca. –Siempre vas a estar cerca de mi padre, porque él te necesita, tienes que ayudarlo, ayudarme a que salga de esto, pero no pretendas ser algo más en su vida. Ni José David ni yo necesitamos a otro hombre. A lo mejor para un trio pero no un tercero.
–Yo mejor me voy porque la cantidad de incoherencias y locuras que estás diciendo no son normales. -Abrió la puerta y se consiguió con el motorozado del delivery.

–¿Te vas a ir sin comer? Te necesito con energía para esta noche. -Se tocó el pene sobre el jean, el repartidor vio la escena, se puso nervioso y entregó las cuatro pizzas.

–Buen provecho.








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