jueves, 16 de septiembre de 2021

Huevos revueltos. 239

 David vaciaba dos botellas de anís en el fregadero. Tenía otras dos en el mesón para hacer lo mismo. Su hermano menor se acerca.

–¿Qué haces?
–Limpiando estas botellas.
–Eso es lo que toma mi papá y se pone furioso y luego te metes con él en el cuarto.
–¿Y tú que haces despierto a esas horas muchachito?
–Ustedes hacen mucho ruido...David ¿Qué te hace papá? -David deja las botellas que está vaciando y voltea a ver a su hermanito.
–¿Qué me hace de qué, Lalo?
La otra vez dejaron la puera abierta y me asomé...papá te golpeaba con esto. - Mostraba la pelvis. –En las nalgas, tu gritabas y luego...te dio un beso en la boca.
Hubo un silencio incómodo. –Mierda. -Dijo casi en susurro, David. –Lalo, estábamos jugando, estábamos jodiendo.
–¿Pero por qué se besan en la boca? Yo le conté a un amigo del colegio y me dijo que sus papás hacen eso, lo que yo vi...me dijo que eso es hacer el amor.
–Exacto, Lalo, hacemos el amor, papá y yo nos queremos y hacemos el amor, papa te besa a ti y a tu hermana porque los ama, eso es hacer el amor.
El chico se le quedó viendo. –Mmmmm. -Buscó agua en la nevera y David terminó de vaciar las botellas.
–¿Ustedes son gais?
–¿Qué? Mira Lalo, anda a lavarte los dientes y te preparo el desayuno. -Botó las botellas y se puso a preparar los desayunos de sus hermanos.

Luego de darles de comer, David va al cuarto de su papá y cierra la puerta con seguro. Despierta a José David.
–José, José, párate, tienes que ir a la reunión y a la terapia.
–Ay ya va...dame culito, mira como estoy, con la verga tiesa.
–De eso tenemos que hablar.
–Mierda...últimamente te da por hablar.
–¿No eres tú el que dice que solo pienso con el hueco del culo, en la cabeza lo que tengo es puro sexo? Creo que es otro el que piensa con la cabeza del guevo.
–Ay ya David, ¿Que coño pasa?
–Es Lalo, que habló conmigo.
–No me digas que es marico, coñodelamadre otro marico en casa, de verdad que vamos bien.
–No es eso coño, y si fuera ¿cuál es el peo? Es otra cosa...no sé si peor.
–¿Peor? No joda no me digas que no se siente Lalo  sino Lola, porque lo mato a coñazos.
–Pero bueno papá...¿A qué se debe tanta homofobia ahora, que coño te pasa?
–Deja de decirme papá CARAJO.
–Baja la voz, Lalo nos vio tirando. Me preguntó si éramos gais.
–¿Y ese carajito que coño tiene que estar husmeando en nuestro cuarto?  Que peo, ¿Que le dijiste?
–No sé, cualquier mierda y me dijo que un amiguito vio a sus papas haciendo lo mismo y eso era hacer el amor, yo le dije que asi es, que haciamos el amor porque nos queremos y tal.
–Voy a hablar con él, nos va a salir marico, ya verás. Va a seguir preguntando.
–Tenemos que dormir con la puerta cerrada con llave.
–Le voy a contar que tenemos una relación.
–Papá ¿Tú te volviste loco? Lalo lo cuenta en el colegio y nos metemos en un lío.
–Le voy a decir que tú no eres hijo mio, que tenemos una relación.
–Papá, papá, deja de decir estupideces.
–¿Que quieres que le diga que padre e hijo son novios? Lo va a ver normal y luego querrá que yo me lo coja. No sé que mierda estoy hablando, olvida lo que acabo de decir.
–Se lo voy a achacar al anís que te estás tomando. Ya boté las botellas que tenías encaletadas y te voy a administrar los reales, los pocos reales que te quedan o te ganes como mecánico. O entras por el carril o entras. -José David se levantó de la cama desnudo y cogió de la franela a David y lo estrelló contra la pared.
–¿QUIEN CARAJO TE CREES TÚ PARA BOTAR MIS BOTELLAS Y QUERER CONTROLARME?
-Soy tu hijo y tengo un poder para manejar todas tus cosas, un poder amplio. Y baja la voz.
–UNA MIERDAAAAA. -le dio un golpe en la cara a David, lo tiro al piso y siguió golpeándolo hasta escuchar que sus hijos gritaban afuera golpeando la puerta. José David abre la puerta.
–Oimos gritos y pensamos...
–No piensen nada y vayan a su cuarto, todo esta bien, David está bien. Pónganse a hacer tarea. -Cerró la puerta y se agachó a ver a David que miraba al techo y se reía.
–Perdóname chamo, me puse bruto.
–A Berta no le levantaste la mano nunca y vienes a caerme a golpes a mi que te estoy ayudando a salir de esa mierda del alcoholismo. -José David se acercó a su hijo y le dio un beso en la boca.
–Pérdoname mi amor, perdóname. -Volvió a besarlo y ahí en el piso hicieron el amor.

Tumbados en el piso, José David le comenta a su hijo algo sobre Jacinto.
–No, no está trabajando, bueno está dando clases particulares, pero trabajo como tal no.
–Es que era para ver si quería ser enfermero de Héctor...más que enfermero como un asistente...coméntale.
–Yo le digo y le avisaré a Castro, es el celular que tengo y le diga a su marido.

–Son seis sesiones de quimio, luego vermos si ponemos radio.
–Voy a pagar todo el tratamiento de una vez doctor. -Castro estaba en la clínica resolviendo varias cosas.
–No tiene porque pagar todo de una vez.
–Quiero hacerlo y quiero dejar pagadas las consultas que tenga Agustín.
–Ya...ok...Castro, hay otro punto.
–Si...aprovechando que tú eres de la Junta Directiva quiero hacerme responsable de todo lo que ocurrió aquel día. El secuestro de Agustín y de la enfermera, yo asumo toda la responsabilidad y si hay que pagar algo más, lo pago.
–Tranquilo. Francia nos explicó todo...-Un silencio.
–¿Pasa algo?
–Francia y su hija se quedaron sin casa por las lluvias. Está en un albergue. La clínica está haciendo las gestiones para entregarle una casa en un convenio con el gobierno pero esas cosas burocráticas retrasan todo. Estaba pensando en que se quede en tu casa mientras le asignan el apartamento. Le vamos a dar las vacaciones que tiene pendientes para que resuelva sus cosas. ¿Que te parece? Eso es mejor que la carcel.
–No se hable más, yo la busco y que se quede en mi casa.
–Ya te doy la dirección de Francia.
–Pero hoy no va a poder ser, tengo que hacer varias cosas antes de llevar a una mujer a mi casa.

–Aló- Castro frenaba el carro al ver el número. –Si, soy yo, ¿Cómo estás chamín? Dime...mmm ok ok, déjame consultarle a mi...a Héctor y te aviso.
Castro llegó al apartamento donde vive Hector y ahora Agustín. Hector en bastón le abrió la puerta y abrazó efusivamente a Castro. Se puso a llorar. 
–Estoy jodido Castro, muy jodido y borracho.
–Hééééctor, en tu estado no puedes seguir bebiendo.
–Ya para qué, torcido, sin mujer , sin novio, nadie me llama, Mi compañero José me abandonó y ahora sale con...
–¿Con quién?
–Nadie...ya con uno de mi familia jodido basta, Castro, reconquista a mi hijo.
–El me botó, no quiere nada conmigo.
–Entra, no puede ser que con ese tamañote y lo que tienes entre las piernas no puedas enamorar al guevón ese que está en el cuarto.
–No basta con mi pene Hector, va más allá.
–Sube y habla con el bolsa de mi hijo.
–Le conseguí una persona para que lo ayude con sus cosas personales y profesionales. Se llama Jacinto.
–¿Un enfermero?
–No precisamente, un asistente. Es negro.
–¿Hay que aclarar que es negro?
–No...pero lo digo porsia.
–¿Es gay?
–Si.
–Bien, algo que le voy a pedir es sexo, sexo con un minusválido. -Castro le dio una palmada en la mejilla y siguió a la habitación.
–Te tiraste a Jose David...eso no te lo perdono Castro...ve, ve a ver a Tín.

–Hola flaco...Agustín.
–Hola Castro, gracias por venir, no tenías porqué hacerlo.
–Claro que sí, eres mi...
–Nada, no soy nada Castro.  ¿A que viniste?
Una lágrima corrió por la mejilla de Castro. Se la limpió. – Tu tratamiento está pagado y tus consultas médicas.
–No tenías que hacer eso Castro, no habia que pagarlo aún, todavía no empiezo.
–Lo quería hacer y debo hacerlo, te amo y me importa todo lo tuyo.
–Castro no hagas esto más dificil.
–¿Difícil? Lo haces difícil tú.
–Apenas terminamos te fuiste a tirar con el novio de mi papá. -Castro se levantó y lanzó al suelo un cuadro.

–Esto no va bien...-Hector se sentaba en su cama.

–¿Y tú que Agustin? A la primera de cambio te acostaste con el ex de tu mejor amigo. ¿Que me estás reclamando?
–Es mejor que te vayas.
–No, me voy a quedar a dormir contigo. Quiero cuidarte, amarte y sigo con ganas de casarme contigo.
–Castro, lo nuestro no va a funcionar.
–Ok, yo me voy a ir, pero primero voy a hacer algo.

Castro se bajó el pantalón y luego el interior. Agustín no quitaba la mirada de la entrepierna del hombre. El pene estaba medio erecto.
–¿Qué haces?
Castro desenrroscaba un extremo del piercing, lo movió y se lo quitó. Volvió a ponerle la rosca.

–Vas a quedarte con esto y cuando decidas volver simplemente me lo haces llegar. 
–Se te va a cerrar el hueco y luego no podrás ponértelo.
–Dependerá de ti el tiempo que pase.
–Castro no seas estúpido, esto es una ridiculez. -Castro se acercó a Agustín y le dio un beso en la boca. Le metió la lengua y su mano se fue a su nuca y le apretó, la otra mano le dejaba en la suya el piercing.
–Cuídate flaco. A partir de este momento y hasta que decidas entregarme el piercing, yo haré mi vida, tu haz la tuya y luego decide. Yo te voy a esperar. Cuando reciba el piercing es porque quieres volver y casarte conmigo.





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