sábado, 5 de junio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 141

 


José David dormía desde hace varias semanas en el sofá de la sala. Su espalda le recordaba lo mal que dormía. Como no lograba dormir esa noche, se quitó el bóxer y comenzó a masturbarse. 

Mientras lo hacía se apareció Berta en la penumbra, José David se asustó, se detuvo y se sentó.
–Coño ¿Cómo te apareces así?
–No entiendo porque sigues durmiendo aquí teniendo una cama enorme en el cuarto.
–La razón la sabes Berta. -Ella encendió la lámpara de la mesa que está al lado del sofá y dejó caer la bata con la que duerme. José David vio su silueta, ya se le notaba la barriga.
-Hazme el amor, tienes tiempo que no me tocas.
–Las cosas han cambiado. -Berta se agachó y comenzó a hacerle sexo oral pero el pene había perdido rigidez y ella no logró levantarlo. Se puso de pie y le dio una cachetada.
–¡Ya no me deseas! 
–Las cosas cambiaron Berta, ya te lo dije, luego que des a luz y todo sea como yo espero, me plantearé verte como la esposa que eres, si ocurre lo contrario nos separaremos.
–Después te quejas cuando tengo sexo con otro hombre, cuando mi esposo no me da lo que quiero.
–Déjame solo Berta, ve a dormir y déjame solo.

José David se levantó a tomar agua, vio las latas de cerveza y cogió una y se fue al sofá. Bebiendo sentado, a su mente llegó la imagen de Castro con su pene enorme mostrándoselo, sin darse cuenta, su pene había recuperado la erección y volvió a masturbarse. Dejó la lata de cerveza y, con el pene rígido, se levantó a buscar otra cerveza. Mientras bebía su mano derecha agitaba el pene, su cuerpo se tensaba , volvía a beber, echó la cabeza hacia atrás y el semen caía en su pecho y abdómen. Terminaba de salir las gotas de semen y José David comenzó a llorar. Se puso de pie, con el paño de la cocina se limpió el pecho y la barriga y cogió otra cerveza, luego otra.
Se bebió la sexta y se quedó dormido en el sofá solo con la franela puesta.

Seis de la mañana, David salía de su habitación para desayunar y arreglarse para irse a la universidad. –Y mi papá sigue durmiendo aquí, esto va muy mal. -Se acercó y vio a su papá desnudo de la cintura para abajo.
Tremendo güevo se gasta mi papá. -Lo miró a los ojos, roncaba, volvió a verle el pene. –¿Y si se lo mamo? Está rendido y como que se echó unas cuantas cervezas. -David se puso en cuclillas y tomó el pene de su padre con tres dedos y lo observaba. Se dio cuenta que su padre tenía semen, no sabía si había tenido sexo o se había masturbado. Acercó su boca y se introdujo el pene. Miraba a su padre con el temor que abriera los ojos, la boca la sentía seca y pasó su lengua por el pene humedeciendo su boca. Se lo introdujo todo  pero en ese momento pensó en lo que hacía y se puso de pie enseguida tropezando con la mesita lo que hizo que José David despertara. Vio a su hijo junto él.
–Hola...¿Qué...haces? -Se tocó el pene y estaba húmedo.
–Nada voy a desayunar para...ir a la uni...yo
–¿Qué estabas haciendo? coño que dolor de cabeza...¿Tú mamá estaba aquí? 
–No...yo...solamente.
-Sentí que alguien me....-Miró a su hijo a los ojos. –Olvídalo. Tráeme una pastilla de la cocina por fa, ¿Dónde coño puse el boxer?.

Cuando David terminó de vestirse, salió y Berta preparaba el desayuno para sus hermanos y para su papá que se había quedado dormido de nuevo pero esta vez con el boxer puesto. Se despidió de su madre y se fue.

–Quedan cinco minutos para entregar. -Decía Jacinto mientras pasaba por los pupitres de los alumnos. Pasó por el asiento de David y le acarició la cabeza aprovechando que todos estaban concentrados en el examen.
Ya varios habían entregado y habían salido del salón. Quedaban 10 alumnos, entre ellos David, que a propósito entregó de último.

–¿Te quieres venir a mi casa ahora? Y te quedas a dormir.
–Tengo otra clase ahora, ya después libre.
–Ok, lo dejamos para otro día.
–No, pero, ¿No me puedes esperar? Es una hora apenas. -Jacinto se sonrió.
–Claro que si tonto, voy a estar en la sala de profesores corrigiendo unos exámenes.
–¿Los de hoy?
–No, los de ustedes los corrijo luego, estos los corrijo y voy subiendo las notas a la plataforma.

Una hora después, cada uno en su vehículo, salían de la universidad. Iban rumbo al apartamento de Jacinto.
Llegaron y apenas entraron Jacinto lo tomó del rostro y besó a David en la boca por unos  largos segundos. La lengua del profesor se entrelazaba con la del chico, sus bocas aprisionadas, a ratos se separaban para morderse los labios y seguir besándose. David bajó su mano y apretó el pene ya erecto de Jacinto.
–Deja el desespero nené, tranquilo. Hoy este negro marginal te va a coger como Dios manda. -Volvió a besarlo y se separó mirándolo a los ojos. –¿Quieres comer pasta?
–En realidad vine a comer morcilla profe.
–Que morbo...
–Si, pasta está bien, ¿Tienes cerveza?
–Si, pero pensaba en que tomáramos una botella de vino con la comida.
–No tomo vino pero, pero te acompaño en esta ocasión.
–Toma una cerveza mientras y ponte cómodo, si quieres quédate desnudo.

David se quitó la ropa y se quedó en interiores. Se puso detrás de Jacinto y comenzó a desabrocharle el pantalón.
–Cuidado que tengo el cuchillo. -El chico le bajó el pantalón, le quitó los zapatos y luego el pantalón.
Volteó a Jacinto y se puso de cuclillas, le bajó el interior. El pene es más oscuro que el resto de la piel de Jacinto, buen tamaño aunque David se lo imaginaba más grande por ser un hombre de color. Jacinto dejó el cuchillo, el chico tomó el pene y lo introdujo en su boca. Se lo metía completo mientras jugaba con los oscuros testículos del hombre. Este le acariciaba la cabeza al chico.
–¿Estás seguro de tener sexo con un profesor universitario? Esto no debería pasar, lo sabes. -David levantó la mirada para verlo a los ojos, sacó el pene de su boca.
–Si tirar contigo me va a ser pasar la materia, me parece muy buena idea.
–¿Perdón?
–Bueno, eso...tiramos y me pasas el examen. -Jacinto levantó a David del piso. –Te voy agradecer que te vistas y te vayas de mi casa ahora mismo.
–¿Qué pasó?
–¿Tú te crees que yo te traje hasta aquí para ayudarte a pasar la materia a cambio de sexo? Carajito una vaina es mi trabajo y otra el placer. No se debe hacer pero somos adultos, eso creía, ahora vete de mi casa.
–No joda ya sabía yo que todo no podía ser tan chévere contigo.
–¿Vuelvo a ser el negro de mierda marginal?lárgate David.

–¿Coño, que se habrá creído este negro? Que bolas, me botó de su casa. Ahora me va a raspar la materia. Cómo haga eso lo jodo en la universidad.

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