domingo, 13 de junio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 149


 Ignacio cerraba el local pensando todavía en el ramo que le envió Juan Pablo, el chico albino que conoció hace unas semanas en la discoteca. Se reía pero a la vez le daba rabia la situación, verse involucrado con una persona obsesiva.

–Los locos me tocan solo a mí.

Llegaba al hotel, pidió su llave y se despidió del recepcionista hasta mañana. Abrió la puerta de la habitación, llevó la mirada hacia la cama, un bulto blanco sobre las sábanas blancas, se acerca y ve a Juan Pablo arrodillado con su culo frente a Ignacio. –Llegas tarde mi amor, llevo rato esperándote para hacer el amor. -Ignacio se acerca y lo coge del cabello.
–¡El coño de tu madre gran carajo!. -Lo tira al suelo. –¿Hasta cuándo vas a joder, tú quieres que te entre a coñazo? ¿Como coño entraste? -Ignacio no tuvo que imaginar mucho, en el hotel donde estaba podía ocurrir cualquier cosa.
–¿Por qué me tratas así vale?, mira, te voy a enseñar lo que compré. –Ignacio se pasaba las manos por la cara, Juan Pablo revolvía su bolso y sacó un consolador de goma. –Mira como me entra fácil por el culo, ve, mira, mira, mira. –El chico se introducía el consolador por completo y lo iba sacando, volvía a empujar mientras veía a Ignacio. –Hazlo tú mí amor, ven.
Ignacio se acercó y le sacó el aparato del culo y le dio un fuerte golpe en la cara con el, luego lo volvió a coger del cabello y lo tiró al piso arrastrándolo hasta la puerta.
–TE VAS DE AQUÍ LOCO E MIERDA, VETEEE MALDITO ENFERMO. -lo empujó fuera del cuarto y le lanzó la ropa y el bolso. Cerró la puerta.
Se quitó la ropa para irse a duchar mientras escuchaba el toque de la puerta pero no le prestó atención. –Este hotel de mierda que no tiene agua caliente, tengo que mudarme de aquí. -Salió del baño y se vistió. Volvió a escuchar el golpe de la puerta pero más fuerte. –SIGO AQUI, HASTA QUE NO ME HAGAS EL AMOR NO ME VOY. 
-Este mamaguevo quiere que lo reviente a coñazos, como siga, lo reviento.
Juan Pablo volvió a tocar la puerta. Ignacio encendió el televisor y se puso a revisar el celular. De repente escucha golpes fuertes a la puerta. –¡El coño de la madre!. -Se levanta de la cama y va hacia la puerta.
–¿QUE COÑO ES LO QUE TE PA...SA...? ¡Suelta ese cuchillo guevón! -Juan Pablo cargaba un cuchillo de cocina afilado.
–Si no me haces el amor me cortó las venas.
–Deja la guevonada y suelta eso Juan que te vas a hacer daño.
–¿Vas a hacerme el amor?
–No. -Juan Pablo deslizó el cuchillo por su muñeca haciéndose una herida, la sangre comenzó a brotar.
–Ay mierda, mierda Juan ¿Que hicisteee?-Entró a buscar su billetera, los zapatos y una franela. Volvió a salir y Juan Pablo estaba sentado en el piso cortándose la otra muñeca.
–¡SUELTA ESO! -Ignacio le quitó el cuchillo y lo cargó, ya estaba desmayado. Bajó por las escaleras pidiendo una ambulancia. Salieron varias personas, al llegar a planta baja lograron taparle las heridas con servilletas. Un huésped a se ofreció llevarlo al hospital.
–¡Te voy a denunciar mamaguevo. Voy hacer que te cierren está pocilga! -Se montaron en el carro. Ignacio iba llorando.
–¿Es tu amigo, tu novio?
–No, es un loco.

El hombre penetraba al chico en la posición misionero, lo veía a los ojos mientras gemía. –Coño cállate que nos van a oír. -Le tapó la boca. Se levantó, sacaba su pene del culo del chico y volvía a meterlo. 
–Sigue papi, rómpeme esa cuquita.
–Habla bajito carajo.

Héctor sudaba a mares mientras penetraba a un chico que apenas llegaba a los 18 años, lo conoció saliendo de una bar gay, le pidió plata y lo montó en su carro llevándolo a su apartamento. 
El chico arrodillado en la cama y Héctor por dentrás moviéndose, dándole empujones al chico que no hacía más que gemir. Se abría las nalgas. Con su cabeza apoyada en el colchón seguía gimiendo. Sonó el celular de Héctor. Se detuvo y le pidió al chico que le pasará el aparato. Siguío moviéndose mientras hablaba.
–Alooo-
–Hector, ¿Cómo estás?-
–Bien Gonzalo...aquí...-
–¿Estás ocupado?-
–No, no, dime-
–Tengo tus exámenes, crees que puedas venir a mi casa-
–Coño. -Se detuvo, sacó el pene del culo y se sentó en la cama. –Dime que tal salieron-
–Prefiero hablar contigo frente a frente, ya voy saliendo del consultorio-
–Verga...ok...-El chico le quitó el condón y se puso a mamarle el pene. –Me doy una ducha, llevo a un amigo a su casa y paso-
–Perfecto, te invito un vino en casa y vemos que comemos-
–Ok, nos vemos ahora- Coño que rico, sigue mamando, ¿Te vas a tragar la leche? -El chico lo miró con el pene en la boca y movió la cabeza. Héctor estaba a punto, su piel se erizaba y de repente soltó un grito y el chico tragaba mientras emitía sonidos de placer.
<"Tengo tus exámenes"> Recordaba las palabras de su amigo médico mientras veía al chico tragar su semen. –Si tengo algo ya jodí a este pobre carajito. -El chico se levantó limpiándose la boca con la mano.
–¿Me vas a dar la plata o comida?
–Te voy a dar ambas cosas y te voy a regalar también ropa.
–¿Tienes piedra?
–¿Ah?
–Piedra, heroína, marihuana, coca.
–No chamo, yo no uso esa vaina, yo bebo whisky, si quieres te doy una botella.
–Si va, así la cambio por piedra.

Hector lo dejó en el barrio donde vivía. –¿Seguro que no hay peo, no me van a robar?
–No viejo, vaya tranquilo, que esos bichos los conozco, ¿Me buscas otro día y me das plática de nuevo? Me dejo coger, yo hago lo que me pidas.
–Ok, yo te busco.

–Salud.
–Salud, Gonzalo, llevo 15 minutos dime de una vez que dicen los exámenes.
–Sífilis. ¿Dónde coño metiste la paloma? Te cogiste unas putas de la avenida Libertadores?
–Coñoesumadre. Unas putas no, un carajito que me estuve cogiendo unos meses...mierda y ese se lo cogió un tipo...claro...el español...se lo cogió y me cogió. Maldita sea, a buena hora me junté con ese imberbe.
–Coño Héctor ¿No usaste condón? –Hector lo miró con cara de pocos amigos. –Bueno...avísale a Jimena.
–Jimena y yo tenemos casi un año divorciados.
–Coño es que tú te pierdes, si no es porque te pica el güevo no apareces.
–Voy a matar al niñato ese, lo voy a joder, ajá ¿y ahora que hago?.
–Penicilina, monitorear, Penicilina y curarse y luego protegerse Héctor, que no estás en edad de hacer estupideces, no tienes 15 años.

Tocan el timbre. Douglas se levanta de la cama. –¿Quién será a esta hora? ¿Y Raúl sigue encerrado en su cuarto? 
–Si, dijo que está agotadisimo.

–Tocaron el timbre, marico nos van a descubrir.
–Tranquilo, sígueme cogiendo anda.
–Ya te he cogido tres veces.
–En la noche te vas, cuando se duerman, mételo, aaah, aaah, así, me arde la cuquita, aaau, dame duro papi.

–Hector, ¿Qué haces aquí?
–¿Está tu hijo?
–Si, está durmiendo, ¿que quieres?
–Que salga si tiene bolas de decirme en la cara las vainas. ¿Cuál es su cuarto?
–Ese, pero ya va, ya vaaaa ¡HECTOR! -El hombre le da una patada a la puerta y la abre. El hombre que está con Raúl se tapa con las sábanas al ver a Héctor y a Douglas su jefe en la obra de la iglesia.
–¡Paaaapiiii volviste por mi! -Raúl, desnudo se le abalanza a Héctor pero este lo detiene dándole una fuerte cachetada que lo tumba al suelo. Este malnacido, tu hijo, Douglas, me pegó Sífilis, SIFILIS PORQUE NO SE LE OCURRIO OTRA IDEA QUE ACOSTARSE CON UN TURISTA Y SIN PROTECCION.
–Tu también, no te hagas el inocente ahora.
–¿Sífilis? -Dijo el hombre que tuvo sexo con Raúl.
–¡Tu estás botado Felipe! No te tengo que dar más razones, vístete y te vas de mi casa y tú también Héctor.
–No papá, a Héctor no lo botes, yo me voy con él. -Hector cogió del cabello a Raúl con fuerza.
–Yo no vuelvo contigo más nunca baboso y tu papá va a pagarme el tratamiento de la ETS y la tuya.
–No me dejes papi por favor, te prometo que voy a ser buena, fiel, monoguevo. -Otra cachetada y Douglas golpeó a Héctor.
–YA BASTA HECTOR, se me va a olvidar que eres mi abogado y retiro todo del bufete.
Héctor se fue llorando. Raúl en el piso, no sabía si le dolía más los bofetones, el culo o que Héctor no quería saber más nada de él.
–Tengo Sífilis...cuando lo supere lo cuento en las redes y seré una coach motivacional sobre el tema.

–Perdió mucha sangre pero ya está estable, un par de horitas y se puede ir. ¿Eres su hermano, novio, esposo?
–Soy un guevón que tiré por error con él y salí jodido. Gracias doctor, me encargaré, ¿Nos avisan cuando podamos irnos?
–Si claro, ve a verlo, pregunta por ti.

Juan Pablo acostado se veía más pálido de lo que ya es, Ignacio le acaricia la cabeza y abre los ojos. –¿Cómo te sientes?
–Feliz de verte...abrir los ojos y ver que sigues aqui...me da fuerzas.
–No empieces chamo, en dos horas nos vamos de aqui, Renato nos va a dar la cola.
–Si no me coges tú que lo haga él.
–Marico casi mueres por estar de novelera cortándote las venas, quédate tranquilo.
–Te amo.
–Mierda, voy a buscar un café.




1 comentario: