viernes, 11 de junio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 147

 –Estas son las herramientas, para el mejor manejo de las finanzas de una pequeña empresa, la semana que viene vamos a profundizar en cada una de ellas. Listo por hoy. 

Muchachos los que revisaron las notas en la red y están anotados para revisión, pueden pasar por la sala de profesores en 20 minutos. Solo los que se anotaron por la plataforma. -Los alumnos iban saliendo pero David se quedó hasta el final.
–¿Algo que decirme bachiller?
–No te hagas el guevón. ¿O sea me pusiste 9 por lo de la otra vez? Como no me cogiste me jodiste la nota
–Como dije hace unos minutos, las personas que se anotaron en la plataforma haremos revisión de su examen. ¿Tú te anotaste?
–Yo no me tengo que anotar en ninguna mierda.
–¿Estás conforme con tu nota, 9 puntos?, estuviste muy flojo en tus respuestas y muy vagas, más bien ambiguas. Yo no me molesté porque no me lo cogí bachiller. Yo corregí en base a lo que había escrito en el examen.
–¿Y no me pudiste poner mejor nota? Te mamé el güevo. Yo hago lo que sea, tu dime, le echamos bola y me coges y me pasas esa mierda.
–Anótate en la plataforma y mañana te atiendo. -Jacinto salió del salón. David apretó los puños y su cara se puso roja. Maldito negro y lo peor es que está buenísimo pero igual me va a escuchar.

Jacinto están con una de las alumnas revisando su examen.
–Aquí mira, las facultades que tiene cada empresa en la administración de los bienes, te faltó explicarlo, pero aquí resolviste bien, no entiendo la confusión.
–Si profe, me basé en los argumentos que usted...-Tocaron a la puerta y abrieron.
–Bachiller le voy a agradecer que se retire, ya le dije lo que tenía que hacer, afuera hay compañeros de usted que quieren revisar su examen.
–Verónica por favor ¿Puedes esperar cinco minutos afuera? Lo que le voy a decir al profesor es rápido, te lo prometo. -Veronica vio a Jacinto y este con un gesto le dijo que saliera.

–¿Qué carajos te pasa carajito? ¿Tú quieres que todo el mundo se entere que tuve algo con un alumno?
–Literalmente algo porque fue una mamada. ¿Te da miedo que tú prestigio de años caiga porque un estudiante te denuncie por acoso?
–¿Acoso? Muchacho pendejo. ¿Qué coño acoso?
–Bueno Jacinto, ¡Me dio arrechera que me dejaras entendiendo, yo quería tirar y te largaste!
–Baja la voz que estamos en una casa de estudios. Quisiste tirar conmigo para aprovecharte y que te pase la materia.
–Empezaste tú con la insinuadera. -Jacinto lo miró a los ojos, apretó los labios y rompió en lápiz que tenía entre su mano. –Te pasaste de la raya. Si, me gustas, no lo puedo negar, pero me arrepiento, porque está vaina puede perjudicar mi carrera en la universidad.
–No lo pensaste cuando tenías tu guevo en mi boca. -Una fuerte cachetada hizo tambalear a David que tumbó la silla. Afuera escucharon pero luego hubo un silencio.
–Parece que no fue nada. Entra, ya pasaron cinco minutos.

David besaba apasionadamente a Jacinto que terminó por abrazarlo, se separaron apenas centímetros. –Sal de aquí David.
–Te gusto marico, te gusto y me gustas. 
–Sal David, hablamos en otro momento.
–Te escribo para cuadrar el tire, quiero estar contigo.
–David sal, por favor.
David abrió la puerta con una sonrisa. –Gracias Verónica y disculpa la tardanza.

Fue al cafetín y se sentó a comer algo y beber un café, se pasó la mano por la mejilla. –El carajo pega duro, ¿Será que da unas buenas nalgadas?. La verdad es que la cagué armandole un peo donde yo solito tuve la culpa... Capaz no quiera saber de mí y con razón. No me dijo que me llamaría, bueno me dijo que hablábamos en otro momento. ¿Pero será que tiraremos? Yo me lo quiero tirar, ya me da morbo...lo de la nota me sabe a mierda, yo esa vaina la paso en el próximo examen. Más tarde le escribo, nunca le pedí perdón. -Se bebió el café y pidió otro. Se lo fue tomando caminando por la universidad. –Coño está bien bonita la universidad, mejor que cuando vine la primera vez. ¿Será que algún día tendré novio o voy a estar toda la vida tirando con cuánto carajo me tropiece? Que bolas, la otra vez le mamé el güevo a mi papá, yo soy arrecho, como se entere me mata. Y mi mamá...está loca, pero no sé si la palabra es loca o es una rolo e puta, ay Diosito perdona por lo que estoy diciendo pero es que mi mamá se ha tirado a media urbanización. Yo salí a ella, voy por el mismo camino. Bueno mi papá quien sabe cuántas jevas se ha cogido y no sabemos, por lo menos sabemos de la chama que limpia, pero de otras no. ¡Que familia, de pana, estamos todos locos, pobrecitos mis hermanos, lo que les espera!.
Caminando llegó al estacionamiento, por un momento no se acordaba dónde había estacionado. Se voltea y se lleva un susto al ver a Jacinto detrás de él.
–¡Coño!
–Disculpa no era mi intención asustarte.
–Jacinto, quiero pedirte perdón, por lo de la otra vez y lo de hoy. La cagué, burda, la cagué mal. Lo siento.
–Estás perdonado, puedes ir en paz.
–Bobo...en serio.
–¿Mañana quieres revisar tu examen?
–No, esa es la nota, no estudié ni repasé apuntes, yo iba a tirar contigo para que me pasaras la materia.
–En el salón de profesores dijiste algo. Que yo te gustaba.
–Si, estás cogible.
–Pendejo, hablo en serio.
–Bueno si...me gustas, ese color me da morbo, tu guevo negro, aunque pensaba que ibas a tener una troza entre las piernas, pero está bien, buen tamaño.
–David no puedo creer que seas tan básico. No pareces ser un chamo tan superficial.
–Es joda...me impresionó no ver un guevote y eso que eres negro, pero en fin ja ja ja ja, hablando en serio, si, me gustas. No empezamos con buen pie y sigue cojeando está situación. Pero quiero estar contigo en una cama.
–Tienes razón, todo empezó mal desde el choque y luego yo promoví nuestro encuentro sexual, en parte es mi culpa. Quiero proponerte algo.
–Hoy no puedo tirar, quiero compartir con mis papás.
–Vamos a tener que hacer una limpieza en nuestra cabeza con respecto al sexo. No, te propongo que hagamos las cosas como son, salgamos, conoscámonos y luego el sexo.
–Tampoco me tengas tres meses en citas y seco.
–Coño carajito, tu limpieza tiene que ser con agua a presión.
–Si pendejo, debe ser que tú no quieres cogerme.
–Salgamos, te invito esta semana a cenar.
–Si va. Tengo ganas de darte otro beso.
–Estuve todo el rato con Verónica con el güevo parado.
–La cachetada que me diste me provocó besarte, espero que la incluyas en nuestras sesiones de sexo, si algúuuuun diiiaaaa después de salir a comer heladito, café, pizza, ver una comedia romántica, visitar el mirador del este y ver el atardecer agarrados de manos, ¿Te parece?
–Me parece muy bien y todo eso que dijiste lo vamos a hacer, porque se que te gusta aunque lo digas con cierta ironía.
–Me voy profe.
–Te escribo más tarde.
–¿Me das un beso aquí?
–Hay dos vigilantes viéndonos.
–¿Y un abrazo?
–Tampoco.
–Esta relación va a ser complicada profe.
–Anda, vete, que tengo más clases.
 





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