lunes, 14 de junio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 150

 –¿Estás seguro que quieres hacerlo?

–Coño Claudia ya te dije que si, pero te dije en qué condiciones.
–No te voy a obligar a nada pero te voy a dar la libertad de que si quieres verlo o verla, conocerlo, ayudarme económicamente o reconocerlo puedes hacerlo en el momento que lo desees.
–Vaaaale.
–Tiene que ser hoy, en un rato, estoy en el día más fértil.
–Ok, pero rapidito que tengo grabación, una cogidita, acabo rápido y me voy.
–Ok, ¿mira y no te da pena tener sexo con embarazadas?
–La verdad no, de hecho hoy voy a preñar a una y seguramente querrá que me la folle luego y estará embarazada, lo malo es que no me va a pagar.
–¿Estás poniendo a mi bebé cómo mercancía?
–¿A qué hora es el encuentro?
–12:30 en mi apartamento.
–¿Con el bolsa de Diego ahí?
–Si, pero tranquilo, no va a molestar.
Claudia colgó y se fue a la oficina de Jaime.

–¿Y si antes de irme te doy una mamada?
–Sabes lo que pienso de tener sexo aquí. Ya sé que con Héctor...
–Shhhh ya...anda una mamadita así tipo secretaria y jefe debajo del escritorio. -Oto se metió debajo del escritorio, comenzó a desabrocharle el pantalón.
–Estás loco, puede venir alguien.
–Disfruta. -Sacó el pene por el cierre del pantalón y comenzó a mamar, Jaime cerró los ojos y le puso una mano en la cabeza, lo acarició y se puso a firmar documentos. Tocaron la puerta y abrieron, Jaime se puso tenso y arrimó la silla al escritorio y Oto se aferró a Jaime y se introdujo todo el pene.
–Buenos días señor Jaime, era para notificarle que llegaré a las dos de la tarde, voy a consulta médica. -Oto dejó de mamar para escuchar. –Esta se va a ir a tirar con el Antonio. -Siguió mamando y Jaime se tensaba y respiraba agitadamente.
–¿Se encuentra bien?
–Si, si...si, no hay problema...ve, te esperamos.
–Gracias. Voy a recoger unas cosas y anotar unos datos y me voy. -Claudia seguía viendo extrañada a Jaime pero igual salió del despacho.
Oto le succionó el pene y se lo metió completo en la boca. Sintió el tibio líquido e iba tragando. Salió debajo del escritorio.
–Coño carajito eres una vaina.
–Te gustó, lo sé.
–Claro que me gustó, lo mamas divino, pero carajo me puse nervioso, Oto soy el jefe en este bufete.
–Discúlpame. -Jaime se levantó y se acercó a Oto y le dio un beso en la boca.
–Tranquilo, yo quise que sucediera y lo repetiría. Ve al centro y disfruta a Yuridia.
–Claro que si, paso por dónde Claudia a ver si está ahí y me voy.

Oto, tocó la puerta y entró.
–Hola
–Hola Oto, voy saliendo, termino de colocar unos datos y me voy.
–Tú no vas a ninguna cita médica, vas a tirar.
Claudia se voltea a ver a Oto. –¿Cómo sabes lo de la cita médica?....-Se le queda viendo fijamente y sonríe. –Lo sabíaaaa, algo pasaba con Jaime, ¡estaban tirando!
–Le estaba mamando el güevo cuando entraste. -Bajó la mirada.
–Ja ja ja ja. Si, voy a tirar con Antonio estoy en mi momento más fértil. Hoy me embarazo.
-Vaya, yo voy al centro de adopción a visitar a Yuridia.
–Aaaaaay que belloooo, en la tarde me cuentas.
–Si, ya me voy, ¿Bajamos?

Oto llegaba al Centro de Adopción, lo hicieron pasar al salón de los niños. Igual que pasó con Jaime, a Yuridia la llevaron a la habitación más pequeña junto con dos compañeritos y algunos juguetes. –Juegue con ella sin presionarla, si ella no quiere juegue con otro niño, lo importante es que ella se familiarice con usted. La semana que viene vendrán ambos.
Oto comenzó a jugar con el niño. Yuridia se acercó y lo empujó –¡No! yo juego con él, tú no.
–¿Y por qué no jugamos los tres?. -se juntaron los dos niños, el tercero jugaba solo, estaba escuchando música y bailaba. Oto se sentó en el piso y el niño se le lanzó encima, Yuridia reía y también se lanzó sobre Oto. Ahora los tres reían.
Oto se pasó de las dos horas y cuando la auxiliar ya le dijo que tenía que irse y se levantó del piso, vio a la chica, sus ojos se llenaron de lágrimas. –Creo que amo a esta niña, a los tres. Te confieso algo, yo estaba muy aprehendido con el tema de la adopción pero igual quería apoyar a mi novio, pero ahora. -Se detuvo para limpiarse las lágrimas. –ahora quiero ser...papá.
–Que bueno escuchar eso y esta conversación se la transmitiré a la Directora.
–Hoy haré todo lo posible para que nos casemos lo más pronto posible.
–Amén, vamos a la recepción.

Claudia llegaba a su apartamento, al entrar escuchó gritos, se acerca a la puerta de la habitación de Diego. Escucha gritos.
–Coño papi, que culito, lo tienes cerradito...uuuf. -El hombre le empuja las piernas hacia el pecho de Diego levantándome el culo e introduce el pene hasta el fondo, levanta más el culo y el hombre se levanta en la cama flexionando las piernas y siguió penetrándolo.
–Ponte en cuatro papá, pélame ese culo. -Diego obedeció. El hombre aprovechó que no lo veían y se quitó el condón de su largo y negro pene. Lo volvió a penetrar. Diego volvía a gemir mientras abría sus nalgas.
–¿Te gusta catire? -Le dio una nalgada. –Aguantas pela ¿Quieres seguir llevando palo?
–Si, si.

Claudia le abrió a Antonio.
–Hola, pasa.
–¿Estás lista?
–Bueno...si. –Antonio la besó y comenzó a desnudarla, se bajó el pantalón sacando su pene que ya lubricaba, su mano se fue a la vagina y metió los dedos y tocó, agitandolos, el clítoris haciéndola humedecer. La penetró. Variós movimientós rítmicos y con fuerza y eyaculó dentro de ella quedándose unos segundos quieto sin retirar el pene. Lo sacó, apretó su pene como exprimiéndolo, sacando las últimas gotas, se subió el pantalón. –Me avisas si estás embarazada. -Le dio un beso en la boca  y se fue del apartamento dejando a Claudia tumbada en el sofá a medio desvestir. –O sea, la puta que se cojen y se van.

El hombre comenzó a moverse con rapidez mientras Diego gemía. –Dame la leche, dame la leche en la boca. -Sacó el pene y Diego se volteó abriendo la boca frente al pene. –AAAAAAH, AAAAAH, AAAAAH. -Los chorros caían en la cara y en la boca de Diego.

–Ya me tengo que ir y no quiero. -Decía Claudia mientras pasaba frente a ella el hombre que estuvo con Diego, cargaba un casco y un chaleco reflectante.
–Mami, ¿Eres la jeva del pana o la hermana? Estás rica, yo le echo bolas contigo, aquí está mi tarjeta. -Cuando se fue a la puerta para irse, Claudia leyó en el chaleco <MOTO TAXI>

–¿Metiste en casa a un mototaxista? Que bajó has caído mijo.
–Tú tiras con un prepago.
–Que niche eres. De esta semana no pasa que nos divorciemos, ya no quiero que estés aquí. Te voy a comprar tu parte y te mudas. Una vez divorciados te doy 30 días para que busques dónde mudarte.

–Marico, Antonio me cogió y se fue. Osea me entregó su semen para quedarme embarazada.
–Bueno Chama, esa era la idea ¿No?.
–Si, bueno, pero es que tenemos algo, hemos salido.
–No seas ilusa Claudia. El pana es un donante de semen, asúmelo así
–Que mierda todo...¿Que tal con Yuridia?
–Ay Claudia, amo a esa niña...hasta me puse a llorar. -Abrazó a Claudia y se puso a llorar.
–Aaay Oto, que bello, me vas a hacer lloraaar.
–Voy a hablar con Jaime que ya llegó.

–Hola amor.
–Cuéntamelo todo.
–Jaime, solo te voy a decir dos cosas, te amo mucho y amo a Yuridia, la amo y quiero ser papá. -Jaime se levantó de la silla, abrazó a Oto y le dio un beso apasionado por varios segundos provocando el llanto del chico de nuevo. Jaime se separó manteniendo sus frentes juntas.

–En un mes nos vamos a casar amor. Vamos a preparar todo ya.

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