jueves, 17 de junio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 153


 –Coño pero este negro se ve divino, mira ese culo, pero yo quiero que me cojan...ah es activo. Verga pero justo el pana está lejos, los que están cerca ya me los conozco, coño la perrita de David está conectado -Le escribe al hombre y comienzan a chatear. Cuadran y el hombre le dice que puede ir a su casa.

–¿Tienes puesto de estacionamiento?, creo que voy en carro-
–Si claro, no hay problema. No tardes en llegar que luego tengo visita en casa.
–¿Otro tire? Jajajajajaja yo me quedo.
–No vale, un amigo ja ja ja. Tampoco así, uno detrás de otro-
–Sería genial. Bueno en 20 min salgo, mándame la dirección y un punto de referencia.

–Papá ¿Me prestas el carro?
–No, tu mamá lo va a usar, recuerda que el de ella está malo.
–Coño, pero ella lo va a usar después del mediodía, yo voy a casa de un pana y regreso, máximo tres horas, son las diez.-El papá le lanzó las llaves.
–Mosca, a la una de la tarde aquí.

Llegó al edificio, le abrió la puerta del estacionamiento y entró. Mientras estaban en el ascensor se hacían preguntas típicas de los nervios. ¿Que tal? Bien ¿Y tú?. Silencio incómodo y luego el hombre besa al chico, este le toca el pene sobre el pantalón.
Tumbado el mito negro, güevo normal.
–¿Quieres tomar algo? ¿Agua, cerveza, jugo?
–Leche...la tuya. -El hombre se ríe.
–Vienes de una.
–No tengo mucho tiempo. -El hombre de color se le acerca y le quita la franela al chico. –Uf...peludito. -Se desabrochó el pantalón. –¿Entonces quieres leche? Ve mamando para que llegue la lechita.
No es tan pequeño pero no es un megaguevo, huele divino, que rico se siente. El chico lo mamaba, lo sacaba de su boca y lamía el glande, volvía a metérselo completo, volvía a sacarlo y se metía ambos testículos en la boca. El hombre le acariciaba la cabeza.
–¿Te los quieres meter? -Dejó de mamar.
–Si, claro, esta morcilla la quiero dentro.
El hombre lo levantó y, de pie, lo apoyó del respaldar del sofá, se colocó el condón y le echó lubricante en el culo del chico. Fue introduciendo poco a poco el pene, el chico se aferraba al sofá y gemía. –No exageres, soy negro pero no el del whatsApp, afloja un poco. -Volvía a empujar hasta que dejó de ver su oscuro pene. El chico le temblaban las piernas y  el hombre comenzó a moverse, le abría las nalgas. El chico se volteaba a ver al hombre y este se acercaba para besarlo. Retiró el pene y lo volvió a meter. Se empezó a mover con rapidez. El chico gemía aferrado al mueble, miraba al hombre que estaba concentrado moviéndose, las gotas de sudor caían en la espalda del chico.
–Túmbate ahí. -El chico se acostó boca arriba en el sofá y levantó las piernas. 
El hombre se arrodilló en el sofá mientras se acomodaba frente al chico y le cogía las piernas.
–Mételo.
–¿Quieres?
–Pídeme que te coja, súplica.
–Cógeme por favor, mételo todo. -El hombre le dio una cachetada e introdujo el pene de una sola vez haciendo que el chico se moviera hacia atrás y se estremeciera. Puso sus manos en la parte trasera de las rodillas y echó las piernas hacia adelante casi en el pecho del chico, el culo se elevó y, el hombre con las piernas flexionadas, también se levantó penetrándolo con el pene casi vertical. Está vez gritaba pero el hombre de color también lo hacía pues al apretar el culo, le aceleraron las ganas de acabar que apretaba los dientes intentando retrasar lo inevitable.
–Acábame encima, encima, sácalo.
–AAAAAAAH, AAAAH, no aguanto. -Se quitó el condón y los chorros de semen cuzaban el cuerpo del chico. Su pecho y su cara recibieron el tibio semen. Comenzó a masturbarse y ahí mismo se vino. El hombre le restregó el semen por el abdomen velludo.
–Wow...disculpa que acabé rápido, me tenías excitado y coño me apretabas el güevo.
–No vale, estuvo buenísimo, marico botaste un lechero.
–Normalmente acabo así, que jode. Mucho gusto, me llamo Jacinto.
–Jorge, encantadísimo. Y con ganas de repetir otro día.
–Cuando quieras. ¿Te vas a duchar?
–¿Juntos?
–Mejor. -Entraron y Jorge enjabonaba a Jacinto por todo su cuerpo. Le pasaba la pastilla por el pene, entre las nalgas.
–Tú como que quieres guerra de nuevo.
–Claro.
–Mámalo. -Jorge se puso en cuclillas, tomó el pene y con el agua cayéndose en la cara comenzó a mamar, Jacinto le tomó la cabeza con ambas manos y le movía la cabeza. Jorge se tragaba todo el pene mientras le apretaba las duras nalgas de Jacinto.
Jorge intentó meterle un dedo en el culo pero Jacinto lo detuvo. –Epa, por ahí nada. -Jorge se rió con el pene en su boca.
–Voy a acabar.-Jorge se apartó y Jacinto acabo la cara del chico.
–Me dejaste seco
–Y a mi glaseado.
Terminaron de ducharse, Jacinto le ofreció un café.
–Mierda, ya me tengo que ir. Gracias por todo, la pasé muy rico.
–Yo también. -Jacinto se le acercó y le dio un beso en la boca, metiéndole la lengua y estar así varios segundos. –Espero repetir y más tiempo.

Una hora después sonaba el timbre de su apartamento.
–Pasa...
–Te prometo, te prometo que serán pocos días, pero no quiero estar en mi casa.
–Pero si no te he dicho nada, puedes quedarte aquí el tiempo que necesites, con mis reglas claro, pero eres bienvenido.
-Dejó sus cosas en la habitación y entró al baño a orinar, cuando se fue a secar las manos la toalla estaba húmeda, usó la otra y estaba igual, se extrañó pero no le dio importancia. Salió.

–¿Quieres una cerveza?
–Ay si ¿La tomamos en el cuarto?
–Si, nos ponemos cómodos.
–¿Ahora si me vas a coger?
–ja ja ja aaaay carajito...ponte cómodo voy al baño.
Vibró el celular de Jacinto y David se asomó.
Jorge: <Que rica cogida pana, quiero repetir> David miró hacia el baño y cogió el celular, abrió el WhatsApp y vio la foto del tal Jorge.
–Puta madre, estos dos tiraron, claro, hoy, las toallas mojadas. ¡Que bolas tiene este pana!

Jacinto salía del baño y David revisaba su celular moviendo las piernas.
–¿Todo bien?
–Si...supongo, me imagino que tú si y relajado.
–¿Perdón?
–Marico antes que llegara tiraste con un carajo, que bolas. -Jacinto se tensó y pensaba si el condón quedó tirado por ahí.
–¿De qué hablas?
–Lee..."que rica cogida pana, quiero repetir"
–David, David, te voy a decir dos vainas, una y la más importante. EN TU VIDA VUELVAS A REVISAR MI CELULAR, NUNCA MÁS HAGAS ESA VAINA. y segundo yo no tengo compromiso con nadie ni contigo y puedo tener sexo con quién me de la gana.
–MARICO TE TIRASTE A JORGE UN CARAJO CON QUIEN SALÍ.
–Ah mala leche, el Grindr no me da el árbol genealógico ni los 6 grados de seperación para saber si lo conoces o es familia tuya.
–Que bolas tienes tú, vengo a tu casa para quedarme, me dejas quedarme y vine para tirar contigo y coño una vaina seria y tal, como tú quieres y vas y la cagas.
–¿La cago?
–Si la cagas, los negros la cagan antes o después y tú la acabas de cagar.
–Es primera vez que le aguanto a un carajito estúpido como tú, tantos y tantos insultos.
Te voy a pedir que te vayas de mi casa
–Coño Jacinto, no quiero irme a casa. Déjame quedarme hoy, mañana me voy. Siempre la cago.
–Si...Si no odias a los negros no se de qué vas. Te quedas en la otra habitación y mañana te vas de aquí. Vístete.

David tomó su pequeña maleta y entró a la otra habitación. Se lanzó en la cama y cogió su celular. Jacinto se acercó a la puerta.
–Alo...epa...bien...bueno, mal...MARICO TE TIRASTE A MI NOVIO. -jacinto al escuchar eso se sonrió. –Si hazte el guevón ahora, hoy, hoy te lo tiraste....si...si, ese, Jacinto es mi novio y tú vas de puta a tirártelo...Me sabe a mierda que no supieras, te lo tiraste y punto, mamaguevo, chao.

–Me lo quiero coger pero lo voy a hacer sufrir un poco.




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