sábado, 26 de junio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 162


 –Nos casamos en dos semanas.

–¿Qué? Ya va, así, listo nos casamos y ya, sin más.
–Amor ¿Por qué crees que he estado poco tiempo en la oficina? He cuadrado para que nos case el alcalde en la hacienda Las Trinitarias y la fiesta en la Quinta Sawaya.
Oto se puso la mano en la boca mientras el corazón le brincaba en el pecho.
–Estás temblando amor... -Oto abrazó a Jaime y luego lo besó llorando. 
–Mejor no te digo la otra noticia porque te tengo que recoger del piso.
–Ah no, coño, dime.
–No, te lo digo después de la boda. -Oto le dio una palmada en el pecho que Jaime lo sintió.
–Dime, no me vas a hacer esperar 15 días.
–Ok, ok señorito...le cuento. Cuando tengamos nuestra acta de matrimonio en nuestras manos se acaban las visitas a Yuridia. -Oto quedó un poco desconcertado.
–Ya va...lo...lo de Yuridia... ¿No va? ¿Qué pasó? -Jaime sacó su celular y le mostró un correo.
Oto comenzó a leer y sus ojos se inundaron de lágrimas. El correo le informaba que una vez entregara el acta de matrimonio Yuridia iba a estrenar hogar en los siguientes cinco días hábiles. Jaime le pasó el brazo por sus hombros. –Vamos a ser papás amor, tú y yo padres. -Jaime no pudo aguantar y se puso a llorar y Oto lo besó.
–Espero que no hayas comprado tambien todo lo que teníamos pensado para Yuridia.
–No mi amor, quiero hacerlo contigo, te lo prometí.

–Señor Alarcón.
–Buenas noches Claudia, siéntate. Disculpa que haya dilatado nuestro encuentro pero como comprenderás teníamos que hacernos los exámenes.
–Lo entiendo, igual me tocaba esperar para estar en los días fértiles.
–Ya estamos aquí. ¿Supongo que leiste las cláusulas del documento?
–Estoy de acuerdo y es lo que quiero.
–Igual quiero ayudarte con un monto único, por más que sea es hijo mio. Una vez que des a luz, se compruebe que es mio, te transfiero una importante cantidad, ya en ese momento no voy a saber de ti ni volverte a ver.
–Es todo tan frío ¿No?
–Así lo quieres tú, Claudia, yo feliz de por lo menos repetir contigo en una cama y en esta oportunidad será mejor.
–¿Ah si, y eso?
–Tranquila, no comas ansias, pidamos una botella de vino. Mira en tu whatsApp el menú.

Brindaron con vino y ordenaron para comer. Luego de conversar de como llegó Claudia al bufete y de sus vidas luego de su anterior encuentro, pidieron otra botella de vino.

–¿Te gustó aquella vez que lo hicimos?
–¿Puedo ser sincera?
–Adelante, lo que digas, bueno o malo no va a cambiar nuestro contrato.
–Yo era una chama y casi sin experiencia en el sexo y bueno, me pareció bien, pero luego de estar con otros hombres, pues me di cuenta, que ni fue bueno y tampoco tenías el pipi grande...sorry. -Guillermo levantó la copa.
–Salud por las mujeres sinceras y empoderadas. 
–Salud.
–En cambio yo disfruté el sexo contigo y reencontrarnos me alegró mucho.
–Voy  a ser un poco cruda, pero estoy aquí por un motivo, quiero un hijo, que me vaya por la vía más divertida es otra cosa.
–Puedes usarme las veces que quieras hasta que ese espermatozoide fecunde el óvulo.
–Esa es otra, tengo un par de donantes más para quedar embarazada.
–¿Tu me estas diciendo todas estas cosas para desmoralizarme y que no tenga sexo contigo? Porque no entiendo.
-Ja ja ja ja no valeee, disculpa que lo hayas tomado así, para nada. Es para que lo tengas claro, eres un más. No lo tomes personal.

–¿Pedimos otra botella o nos vamos al asunto?
–Pide la cuenta y vámonos, mucho alcohol puede alterar mi organismo para el dia de hoy.
Guillermo pidió la cuenta, dio su tarjeta. –Listo mi amor, vámonos.

Una vez en el carro Guillermo le acariciaba la pierna. –Te voy a confesar algo, me tienes con la pinga tiesa, me duele.
–Guillermo ¿Tú crees que me puedas llevar a casa luego de...
–¿No vamos a amanecer juntos?
–A ver, Guillermo, vine para finiquitar una negociación por decirlo de alguna manera, no por placer.
–Belleza pero te estas poniendo arisca, pensé que el vino te iba a relajar.
Claudia, a pesar que el vino la había desinhibido, estaba aprehensiva con Guillermo, respiró. –Tranquilo...te lo voy a mamar.
–¿Yo te puedo chupar la cuquita?
–Si, si quieres.
 
Llegaron al apartamento. Guillermo se quitó el saco. –Ponte cómoda, ¿Quieres seguir bebiendo?
–Te dije que no quería tomar más...bueno...¿Tienes cerveza?
Le entregó la lata abierta mientras bebía la suya, dejó la lata en la mesita de la sala y comenzó a desabrocharse el pantalón.
–¿Qué haces?
–Te dije que esta vez iba a ser mejor. -Deja caer el pantalón y se baja el interior. El pene rebota frente a los ojos de Claudia que queda impresionada.
–¿Qué es esto?
–¿No lo reconoces? Esto se llama faloplastia y engrosamiento de pene. El pipi que conociste ahora tiene seis centímetros más.
–Ya va...¿En serio?
–Desde que me lo hice me siento más seguro para tener sexo. ¿Te gusta?
–Estoy impresionada...
–Eso que significa ¿te gusta o no? -Claudia se agachó y lo tomó, sentía el grueso del pene con sus dedos alrededor. Se lo metió en la boca mirando a Guillermo a los ojos.
–Te gusta mi nueva verga, tus ojos no mienten y esa boca uuuf. Tiene año y medio esta nueva imagen. -Claudia volvio a levantar la mirada para ver al hombre a los ojos. 
·¿Por qué no me llevas a la cama y me coges?
Guillermo la tomó del brazo para levantarla, se quitó los zapatos y el pantalón, besó a Claudia que repondió al beso. La cargó.
Llegaron a la habitación y la tumbó en la cama y la desnudó. Le arrancó la prenda íntima.

40 minutos después, Guillermo soltaba un grito mientras se aferraba a las caderas de Claudia, acaba dentro de ella y cae en la cama, ella hace lo mismo. Ambos quedan acostados boca arriba exhaustos.
–Si no quedo embarazada por lo menos complacida si quedo.
–Te lo dije, ibas a diafrutarlo.
–¿Me puedo duchar para irme?
–Si claro, ¿Pero de verdad no te quieres quedar? Asi repetimos y te vas segura que te monté la barriga.
Claudia se sonrió, le dio un beso y se fue al baño.

Mientras Claudia salía de la ducha y tomaba la toalla, Guillermo entraba para ahora ducharse él. –Si me voy a quedar. -Le dijo Claudia antes de ir a la habitación.
Volvieron a repetir y esta vez mucho mejor, volvieron a quedar agotados.
Al día siguiente desayunaban juntos en la cocina y Guillermo se acerca a Claudia que aún estaba algo dormida mientras comía panquecas.
–He estado dándole vueltas a la cabeza a algo y quiero comentartelo.-Claudia bostezó mientras se estiraba.
–¿Que será?
–Romper el contrato, tener ese hijo o hija juntos y luego casarnos.
–Ja ja ja ja tú estás loco Guillermo.
–Si...loco...por ti.

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