viernes, 5 de febrero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 26


 José regresaba de clases luego de otro tortuoso y largo día, a pesar que Lorenzo estaba para apoyarlo. Abrió la puerta de casa y pareciera que no había nadie. 

En la mesa había un morral y una caja de herramientas, revisa el morral y consigue una billetera. Nicanor. -Este es el albañil. Va al baño y a la cocina y no ve a nadie pero de la habitación de Claudia, su madre, se oyen ruidos.
Apoya el oído y escucha quejidos y la voz del hombre. Se retira y busca la billetera, coge varios dólares sin ver y corre a su cuarto.
-Mi mamá está en su cuarto con Nicanor, el albañil-.
-Coño de la madre. Fino, ya espero a ese cabrón abajo. A ese se le va a olvidar enroscar un tornillo luego de la golpiza que le voy a dar. Gracias carajito, te ganaste tus clases y unos reales.-
José se puso nervioso, buscó agua y algo de comer antes del almuerzo. Se va a su habitación y se cambia, al rato escucha que se abre la puerta de la habitación de su madre. Él sale.
-Epa José ¿Cómo estás? -Nicanor es un tipo alto fornido y muy velludo con un aspecto desarreglado y sucio, salió de la habitación fumando y con el cierre de la braga abierto hasta el ombligo.
-¿Cuándo terminas de arreglar la ducha?
-El viernes. - Se le acercó al oído. - Me debes la destapada de cañería que te tengo que hacer. -Claudia le dio un manotón en el brazo.
-Chao chamito.
-Chao.

-¿Tu qué? ¿Con hambre?
-En la casa no había nada dañado, ¿A qué vino? - Claudia se sacó del sostén, 300 dolares.
-Este hombre viene a resolver cosas y yo no le pago, el me paga a mi. ¡Tenemos platica!. Toma 20$ para que te quedes calladito, pronto te doy más, ahorra. Me voy a duchar y te monto el almuerzo.

Nicanor caminaba a su casa que estaba a cuatro cuadras cuando cuatro tipos le cortaron el paso. Cuando el albañil logró darle a uno de los tipos con la caja de herramientas los otros tres se le lanzaron encima y le cayeron a golpes hasta dejarlo tendido.
-Pa que no te metas con la mujer ajena. La próxima vez no la cuentas becerro.

José entraba al gimnasio con Roberto. De una vez empezaron el entrenamiento. Luego de dos horas el chico estaba agotado.
Mientras se cambiaban Roberto le habló al niño.
-¿Tú estás seguro que Nicanor se estaba cogiendo a tu mamá? Mira que Nicanor es pana.
-Yo escuché a mi mamá quejarse y el tipo decía vainas y pegaban esos gritos cuando la gente tira, escuché lo mismo cuando tú estás con mi mamá. -Roberto le dio un empujón. -le dio 300 dólares. No vayas a matar a ese tipo.
-Ya le mandé a dar una rumba e coñazos, toma cinco dolares y sigue vigilando a tu mamá. Vamos que te llevo a casa.

Llegaron y Claudia estaba poniendo una lavadora. -Hola amor, ¿Cómo les fue?
-Bien, cómo siempre, tu hijo agarrando disciplina. José toma está plata y ve a comprar kerosen en pastillas. -Le dio otros cinco dólares. José se fue.

-¿Vamos a tener guerra mi amor?
-Si maldita perra, la agarró del cabello y la metió en la habitación tumbándola en la cama. Comenzó al golpearla mientras ella gritaba.
-¿No me pegues, por qué me pegas?
-Le levantó la cabeza por el cabello. -¿No sabes porqué te pego? ¿Se te olvidó que hace un rato te cogió Nicanor, peazo e puta? Le dio un golpe para luego continuar. La bajó de la cama cogiéndola del cabello y la arrastró por el piso dándole patadas hasta que la dejó tranquila.
Claudia apenas se podía mover, mientras lloraba. Roberto revolvía todo buscando los dólares, hasta que los vio y se los guardó en el bolsillo. Salió de la habitación, buscó una cerveza y se puso a ver televisión.

Llegó José. Roberto lo vio y sacó los billetes del bolsillo, separó la mitad, los errolló y se los lanzó al chico. -Tu recompensa.
-¿Y mi mamá?
-En el cuarto reflexionando. -José entró al cuarto y ayudó a su mamá a levantarse y acostarla en la cama.
-Llévame al hospital por lo menos, se un buen muchacho, no te conviertas en un sapo. -Por un instante José sintió pena por su mamá y algo de culpa, luego estaba impresionado como el destino confabulaba a su favor y había obtenido más dinero para la aventura que le esperaba.

Lorenzo llegaba a su casa con su hermanita.
-Mamááá, ya estamos en casa. 
-Creo que no está...
-Y no hay nada hecho, que raro...-Recibió un mensaje en su celular. -Ah mira, mamá escribió.
<Lorenzo estoy en casa de tu madrina ayudándola con el vestido de novia de Lorena, salí muy rápido y no hice almuerzo, haz unos sanduches para ambos, cuando llegue les cocino algo caliente, llego antes que llegue papá, besitos.>
-Hermanita nos sale bala fría, ve a lavarte las manos mientras preparo los sandwiches.

Luego de comer, descansaron unos minutos y ayudó a hacer la tarea a su hermana y luego hizo la suya.

Cuatro de la tarde, Lorenzo chateaba con José.
-Mi amor cuánto siento lo de tu mami...ese tipo es un animal independientemente de lo que haya hecho tu madre-
-Yo tuve la culpa amor, le avisé a Roberto que mi mamá estaba con un tipo...lo hice por la plata para nuestro viaje. No pensé que le caería a coñazos.

Llegaba su hermano mayor y al enterarse que no estaba su mamá se puso nervioso.
-Papá está por llegar y se va a molestar. Su celular está apagado. ¿Tu no tienes el número de tu madrina?
-No...
Seis de la tarde llegaba Leonardo, molesto. Abrió la puerta y la cerró de un portazo.
-Hola papá.
-JULIETAAAAA, JULIETAAA.
-Mamá no está.
-¿Qué? ¿Cómo que no está?
-Está en casa de mi madrina cosiendo un vestido...
-¿QUIEN COÑO LE DIO PERMISO PARA SALIR DE CASA? ¿DEJÓ LA CENA LISTA?.
-No, pero yo te preparo la cena, ¿Que quieres?
-Un coño, tu madre es la que tiene que estar pendiente de esta casa y de su marido carajo. Yo llego cansado y arrecho del trabajo y quiero comer y la mujer se le ocurre irse a coser. -Entró a su habitación dando un portazo.
-Mierda...mi mamá la van a joder, la van a joder..
Luego de media hora llegó Julieta y le vio la cara a sus hijos. -¿Está molesto?
-Yo no diría que molesto, está arrecho.

Julieta entró a la habitación.
-Antes que empieces a gritar...
-¿PERO QUIEN TE CREES TU PARA ABANDONAR LA CASA E IRTE A COSER TRAPOS? TU TIENES QUE ESTAR AQUI PARA ATENDERME  CUANDO LLEGUE NO JODA.
-Callate Leonardo, cálmate. -Una fuerte cachetada y un grito escucharon los hijos.
-A MI TU NO ME MANDAS A CALLAR INUTIL.
¿AHORA QUE? A ESPERAR UNA HORA A QUE TERMINES DE COCINAR.
-yo te preparo algo rápido. -Leonardo la agarró del cabello.
-A MI NO ME VAS A ARREGLAR CON UN SANDUCHITO A MI ME PREPARAS LA CENA COÑO. -Otro golpe.
-YA, YA, BASTA LEONARDO, ESTOY CANSADA DE ESTO.
-¿Que? ¿Vas a disparar? Tu, cagona, lo único que sirves es para limpiar y cocinar, porque ni en la cama eres buena. DISPARA, DISPARA. NO TE ATREVES.
-Julieta lo apuntaba y lloraba. - De repente se escucha un fuerte golpe y cosas que caen al piso.
-Ajá ¿y ahora? Imbécil, basura, yo si te disparo. -Se escucharon tres disparos, hubo un silencio y el hermano mayor de Lorenzo intentó entrar pero estaba cerrado. Se escucha otro disparo y un fuerte golpe.

Lorenzo nervioso va a la cocina y busca con las manos temblorosas las llaves que abren la puertas, las consigue y corre a la puerta. La abre y se va directo al cuerpo de su madre, se arrodilla y comienza a llorar.
Julieta con tres disparos yace en el piso sin vida. Leonardo se destrozó el cráneo con un disparo en la boca. El hermano de Lorenzo llamó a la policía.

Un par de horas después Lorenzo logró dormir a su hermanita. Su hermano con un vecino se encargaron de todo lo relacionado con el levantamiento de los cuerpos y se encontraban en la morgue.
Lorenzo entró al cuarto de sus padres. Buscó dónde su padre escondía los dólares.
Repartió los billetes en partes iguales, se guardó su parte y la otra la puso en un sobre.
Ya no lloraba, estaba haciendo las cosas como un zombie.

Llamó a José.
-José, se adelantó nuestro viaje para mañana. Prepara todo. Sal de tu casa lo más temprano que puedas y nos vemos en el terminal.
-¿Que pasó?, no tengo nada listo.
-Mañana te explico. Mis papás están muertos. Colgó la llamada. Acomodó su bolso, colocó todo el dinero dentro y se fue a duchar.

-Comenzó a llorar de nuevo.



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