lunes, 22 de febrero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 43

 


Estaban en la habitación de Agustín. Castro acostado boca arriba con su enorme y grueso pene erecto, Agustín sobre él, se besaban. Comenzó a lamerle las tetillas, les pasaba la lengua con rapidez mientras veía a Castro a los ojos y este se pasaba la lengua por los labios. -¿Si te las muerdo acabas?

-Muérdelas duro flaco, esas tetillas son tuyas.
-Mientras mordía la tetilla izquierda, pellizcaba la derecha y sintió como caía en su espalda el semen caliente de Castro.
-Coño que rico.
-Rico es tu culo, vólteate para chupartelo y abrirtelo bien. -Agustín se volteó y mientras Castro disfrutaba del culo, el muchacho mamaba el pene limpiando los restos de semen.
Castro le metía la lengua en el culo y le succionaba, mordía metiéndole un dedo y luego dos, abría los dedos para meter tres y lamer. Meter la lengua y morder las nalgas, al ver el pene erecto de su novio, lo tomó echándolo hacia atrás y comenzó a mamarlo lo que provocó el gemido de Agustín que veía el pene de Castro y se le erizaba la piel solo pensar que en unos instantes iba a entrar en su culo aquel enorme miembro.

Jimena y Polo salían del teatro contentos pues a ambos les encantó la obra. -Me la recomendaron por eso te propuse esta opción.
-Pues un gran acierto.
-Vamos a buscar el carro.
Una vez en la camioneta Jimena le habló.
-¿Que hacemos ahora? -Polo la vio a los ojos.
-Deberíamos hacer una travesura. -Jimena se le abalanzó y le dio un beso en la boca y Polo quedó petrificado y apenas abrió la boca.
-Wow... Vaya...no me refería a este tipo de travesura, pero estuvo aparte de sorprendente, muy bien.
-Que vergüenza Polo, discúlpame, fue un impulso, no sé lo que pasó.
-Tranquila mujer, somos mayores de edad, fue solo un beso.
-Estoy casada y no había besado a otro hombre en 30 años.
-Vamos a tomarnos unos tragos para relajarnos.
-Pero no muchos, mira que tienes que manejar.
-Señora Jimena, usted está hablando con el rey del alcohol, para que yo me emborrache hace falta algo más que dos botellas de whisky, confíe en mí.
-Te voy a decir un secreto, yo aguanto más que mi esposo bebiendo.
-Vamos a hacer algo mi señora. Dejemos por esta noche de hablar de su esposo y vamos a concentrarnos en usted y yo.
-Tienes razón. Estoy aburriéndote con mi monotema.
-Para nada, vamos a beber.

Castro le dijo a Agustín que se sentará sobre él pero dándole la espalda. -Quiero ver cómo te entra mi pipí.
-Tu pipí, que modesto el muchacho. -Castro tomó el lubricante y se lo en el culo y le metió dos dedos. Tomó el condón, lo estiró bien, le puso lubricante adentro y se lo colocó. -Mira como se ve el pobre, parece que lo quiero asfixiar.
-Quítatelo.
-No flaco, luego de hacernos los exámenes decidimos si lo hacemos a pelo. -Apretó el pote de gel sobre su pene y le dijo a Agustín que se colocará.
Con sus pies a ambos lados de la cadera de Castro, su culo, cerca del pene, lo tomó en sus manos y lo fue llevando, poco a poco iba metiéndolo.
-A tu ritmo mi amor, no hay prisa, deja que vaya entrando, que tú culito se dilate y vaya entrando, eso lo quiero ver desde aquí, se me va poner más duro de lo que está. -El pene iba entrando poco a poco, Agustín cerraba los ojos y Castro con los suyos bien abiertos viendo cómo su pene entraba en el culo.

No consiguieron un local abierto para beber, así que entraron a una arepera de 24 horas.
-Nos comemos unas arepas o un hervido y por supuesto unas cervezas.
-Me gusta la idea, tengo años que Héctor...-Ahora Polo la besaba metiéndole la lengua, le tomó las mejillas y se separó. -Será la única manera de que no siguieras hablando.
Polo se separó y Jimena quedó inmóvil con los ojos cerrados. En ese momento entendió cuando su hijo le decía que cuando Castro lo besa lo desmonta.
-¿Que me hiciste?
-Te di un beso, ahora soy yo que pido disculpas por mi comportamiento.
Se sentaron en la mesa, pidieron dos arepas y "de momento" dos cervezas.
-Voy un momento al baño. -Jimena se encerró en el baño y se echó agua fría en la nuca y en la cara.
-¿Dios mío que me pasa? Estas cosas no las siento con...-Recordó las palabras de Polo y soltó una carcajada. Se tapó la boca, se secó y salió.

Llegó y ya estaba la arepa y la cerveza, tomó la botella y se la bebió de una sentada. Polo la veía sorprendido. Estaban sentados frente a frente -Estabas sedienta.
-Pídeme otra. -Comenzó a comer la arepa.
Luego de la tercera cerveza ambos reían de todo lo que hablaban, las mesas alrededor estaban ocupadas así que su alboroto se ahogaba entre el murmullo de la gente.

-Dios, esto que estoy viendo me encanta amor, que culo, lo tienes apretadito, caliente, lo tienes inflamadito mi amor. -Agustín seguía con los ojos cerrados, se terminó de meter el pene, soltó un suspiro y abrió los ojos. Castro echó la cabeza hacia atrás sintiendo como el culo de su novio apretaba su pene.
-Ahora vas a ver como entra y sale de ese culito. -Agustín comenzó a moverse, se levantaba y bajaba, cada vez más rápido, con cada movimiento le provocaba más gemidos, Castro veía como su pene abría el culo de su novio y enloquecía, puso sus manos en las nalgas y las estiró. Agustín no paraba de moverse. Se levantó para que saliera el pene.
-Mira como me tienes abierto.
-Coñodelamadre que culo tan rico. -Le dio una fuerte nalgada. -Métetelo de nuevo. -Agustín se volteó y volvió a sentarse, se lo metió completo y se agachó para besarlo. Comenzó a moverse, la posición de ahora le hacía sentir el pene con más intensidad, se echó hacia atrás y Castro se levantó. Ambos veían como entraba el pene. -Tienes el culo abierto, flaco.
-Me está ardiendo el culo pero no quiero sacarlo.
-No lo saques. Espera. -Castro abrazó a Agustín y empujó para que entrara todo el pene. Agustín soltó un gemido de dolor abrazando a Castro.
-Te duele, lo sé, espera un poco así, acostúmbrate a tenerlo adentro, espera, espera, aprieta. -Agustín apretó, Castro cerró los ojos mientras acababa. Poco a poco Castro fue retirando el pene hasta sacarlo por completo, se quitó el condón y abrazó a Agustín. -Ya mi amor, tranquilo, se que te duele, respira y no cierres el esfínter para que no te arda.

Jimena y Polo seguían en la arepera, ya varias mesas estaban desocupadas y su mesa estaba repleta de botellas. -¿Quieres otra?
-Ay Polo...
-Traiga dos más. -Cada uno se había tomado siete cervezas. Seguían riéndose y Polo se había cambiado de silla y ahora estaba al lado de Jimena y le pasaba la mano por la pierna.

Tres de la mañana y pidieron otras dos cervezas. -La cuenta por favor, ya tenemos que irnos, ya ni sé cuánto hemos tomado.
-20 cervezas señor.
-Coño...perdón por la grosería Jimena
-A estas alturas que importan las groserias JA JA JA JA.
Se levantaron de la mesa y ambos se sostenían mutuamente pero no podían caminar derechos.
-Señor, le voy a recomendar que deje el carro aquí que estará seguro y tome un taxi o al doblar la esquina hay un hotel.
-Vamos a quedarnos en el hotel. -Se volvieron a sentar para decidir.
-Nooooo, ¿Cómo me voy a quedar en un hotel con un hombre que no es mi esposo? -Los mesoneros se vieron entre ellos.
-Ya basta con tu esposo, estás conmigo, además vamos a dormir, más nada, si llego a tu casa sin la camioneta mi hijo me mata.

Caminaron hacia el hotel sosteniéndose entre ellos, se reían y gritaban.
-Buenas noches, una habitación, con dos camas
-Buenas noches señor las habitaciones vienen con una cama matrimonial.
-Jimena te sale dormir conmigo así no quieras ja ja ja pero no te voy a tocar.
-Más te vale...
-Ay si...más te vale ja ja ja. Tome, cóbrate la habitación hasta la una de la tarde.
-Listo, aquí tiene su tarjeta, habitación 45 piso cuatro, tomen el ascensor.
Entraron al ascensor y marcaron el cuatro.
-¿Te puedo besar?
-No ja ja ja -Polo se acercó y la besó en la boca.
-Nunca me habían besado así.
-Lo sé ni tu marido te ha besado así.
Llegaron a la habitación, entraron y encendieron.
-Coñoooo, este hotel es un tiradero mira los espejos.
Jimena comenzó a reírse y a orinarse
-ME ESTOY HACIENDON PIPIIIII JA JA JA JA.
-Ja ja ja, detente ve al baño.
-No puedooooo ja ja ja. -Polo la cogió del brazo y la llevó al baño, le bajó la pantaleta y la sentó en la poceta.
-Ya he perdido la vergüenza...la confianza da asco.
-Mujer, esto lo hemos vivido tu y yo, esto no es nuevo, deja la angustia. -Polo comenzaba a quitarse la ropa. -Te advierto que me gusta dormir desnudo. -Jimena le vio el cuerpo fornido y velludo y al bajar la mirada ve el interior y en la entrepierna había un bulto.
-Dios mío ¿que tienes ahí?
-¿Dónde?
-Ahí chico.
-El pipí como todos los hombres.
-¡No te vayas a quitar el interior!
Jimena se levantó de la poceta y solo se quitó la falda y se quedó con la blusa. Cuando se iba a meter en la cama Polo se había quitado el interior y llevándose la mano a la boca exclamó -¡Dios santo, es enorme!
-Normalito
-Tápate por favor. -Jimena se puso de lado dándole la espalda a Polo y se tapó con más sábanas, Polo se acercó a ella y la abrazó.
-Ya que estamos así de juntos ¿Por qué no hacemos el amor?
Jimena se volteó. -Polo, soy una mujer casada. Polo la volvió a besar, su pene agarraba rigidez y así besándose se quedaron varios segundos.

Castro se levantó para buscar en su koala una crema para colocarla a Agustín en el culo, le estaba ardiendo y no podía dormir.  Vio que Jimena y su padre no habían llegado, buscó la crema y se fue a la habitación.
-Nuestros padres no han llegado, son casi las cuatro de la mañana. Voy a llamar a mi papá. -Antes de llamarlo vio un mensaje.
-Hijo estamos muy borrachos para manejar, nos quedamos en un hotel cerca de donde nos caímos a birras, nos vemos en la.mañana, un beso.-
-Mi papá se va a coger a mi suegra. -Se quedaron en un hotel porque habían bebido mucho.
-Menos mal.
-Ponte de lado belleza. -Castro le abrió una nalga y con la otra mano le colocó la crema. Le dió un beso en la nalga. -Esta crema te va a hacer bien, en unas horas estarás como nuevo. -Le dió un beso en la boca.
-Gracias por cuidarme.
-Con todo el amor lo hago, además por mi culpa estás adolorido. Vamos a dormir.







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