domingo, 14 de febrero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 35

 


Ignacio cerró el local y bajó a la tienda donde trabaja Raúl.

-Hola buenas tardes ¿Se encuentra Raúl?
-Si, está en los probadores, al fondo de la tienda.
-Gracias.
Raúl estaba recogiendo la ropa que la gente dejaba en los probadores cuando volteó y vio a Ignacio.
-Nachito, que sorpresa. -Dejó la ropa en el mesón, se le acercó y le dio dos besos. -¿A qué se debe esta visita tan rápida?
-Quería invitarte a mi casa ahora, si quieres ir, claro.
-Uy, estoy lubricando de la emoción. Claro que quiero ir, que nervios. -Miró hacia afuera de los probadores. -Ven, entra. -Se metieron en uno de los probadores y Raúl le dio un beso en la boca tocándole el pene, Ignacio se puso nervioso.
-Ten cuidado, nos pueden ver.
-Deja los nervios papi. -Volvió a besarlo metiéndole la lengua. -Quiero que esto entre en mi cuquita, me tienes mojadita.-Raul le apretaba el pene.
-Ok, ok, pero salgamos de aquí, no nos vayan a pillar, te espero afuera de la tienda.
-Ok mi amor, ya salgo.

-Listo, toda tuya, ¿Adónde vamos?
-Vamos a tomar un taxi.
-Ok.
Se montaron en el taxi, ambos en el asiento de atrás. Raúl lo besaba mientras le bajaba el cierre del pantalón y tocaba el pene.
-Quédate quieto coño. Le hablaba en voz baja al chico que no paraba de besarlo. El taxista los veía por el retrovisor.
-Les voy a agradecer que se comporten, cuando se bajen de aquí podrán hacer lo que quieran.

Llegaron al apartamento.
-Ay que bello tu apartamento mi vida.
-Gracias ¿Quieres tomar algo?
-Tu leche mi amor.
-¿Quieres cerveza?
-Si -Mientras buscaba las cervezas Raúl se quitó la ropa a toda velocidad.
-Coño no pierdes tiempo. -Raúl le quitó la cerveza de la
mano y se la bebió de un tirón.
-No quiero que se haga tarde, no me voy a quedar a dormir. -Se paró de manos frente a Ignacio y abrió las piernas hasta ponerlas rectas paralelas al piso. -Chúpame la pepita amor, la tienes cerquita
Ignacio se acercó y pegó la boca del culo del chico y comenzó a lamer, su piel era suave, sin vellos, no se sentían ni los vellos que apenas salían.
-Aaaaay, aaay que lengua caliente, sigue papi, aaay, mete la lengua, papi, sigue, sigue, aaaay, aaay. -Su pene lubricaba y caían hilos del líquido al piso. Levantó las piernas, Ignacio se apartó, las flexionó y se puso de pie.
-Mi amor si así mamas, no me quiero imaginar cuando me penetre tu pene. Muéstramelo.
Ignacio se quitó el pantalón y Raúl se acercó, se agachó y le bajó el interior.
-Uy uy uy mira que pipichito tan lindo mi marre. -Hablaba con voz de bebé. -que cuchitura, está cosita rica para mamar, ay que rico. -Le pasaba la lengua al prepucio y lamía el glande. -Ay mi amor, que divino huele este pipí y como crece, mira que duró ay ay que hermoso ñoño, ñoño, rico, rico. -Se lo metió en la boca y se lo tragaba completo. Gemía y hacía sonidos, sacaba el pene de su boca.
-Sabe divino mi amor, tienes un pipí rico, está cuquita quiere pipí, quiere el pipí de Nachito.
Raúl tomó la mano de Ignacio y lo llevó a la habitación.
Se tumbó en la cama, abrió las piernas completamente y puso sus manos en la espalda alzando su culo que estaba expuesto frente a Ignacio. -Toda tuya esa pepita mi amor, hazle lo que quieras, ella responde, métele los dedos.
Ignacio buscó lubricante y le echó en el suave culo de Raúl. Le metió un dedo.
-Papi mete otro sin miedo. -Ignacio metió otro. -Si papi, rico ábreme la pepita mi amor anda, se malo mete otro, anda, tienes dos manos y diez dedos corazón, sin miedo, estírame la pepita. -Ignacio metió dos dedos de cada mano y estiraba el ano del chico que comenzaba a gritar de placer.
-Dale papi, dale papi me tienes caliente y mojada papi sigue, mete más dedos. -Ignacio se estaba desesperando con tanta habladora.
-¡Coño mete la mano no joda, sin miedo! ¡Ábreme esa cuca! -Ignacio metió la mano y se deslizó sin esfuerzo, lo sorprendió y la sacó.
-NO LA SAQUES, CÓGEME. -Agustín se puso el condón y se echó lubricante. -MÉTELO PAPI, MÉTELO. -Agustín lo metió y el pene entró completo provocando el grito de Raúl.
-Dale papi, sigue, sigue, ponte malote anda, pégame, pégame papi. -Ignació comenzó a moverse con rapidez y le dio una cachetada.
-¡Pégame duro! Duro papi. -Otra cachetada. -¡Pégame como un hombre, ponte bruto mi amor, dale, viólame!
Ignacio se aferró a la cabeza de Raúl acostándose sobre él y moviéndose con rapidez y fuerza, Raúl no paraba de gritar.
-¡Cállate coño! -Le tapó la boca, Raúl gemía con fuerza, cuando Ignacio se levanta ve que Raúl había acabado abundantemente pero Ignacio no se detuvo y los gritos tampoco.
Le dio una fuerte cachetada. -Vuelves a gritar y te doy un coñazo.
Ignacio comenzó a moverse otra vez.
-MARICÓN -Raúl le apretó el pene y se movía provocando que Ignacio acabara. -AAAAH AAAH AAAH. -Retiró el pene y se tumbó en la cama.
-Papi, que cogida tan rica. Me dejaste exhausta.
-Verga marico que ladilla eres, no paras de hablar, menos mal que estaba quesúo porque sino me bajas el güevo.
-Así pongo a los hombres papi, quesúos. Golpeas duro mi amor, me encanta.
Ignacio le escribió a Oto. -Ya puedes venir-
-¿Te puedo mamar el güevo?
-Si quieres, no se va a parar todavía. -Raúl se lo metió en la boca flácido y lo succionaba. Ignacio sentía que su pene se ponía duro.
-Coño este carajito sabe su vaina aaau se me está parando. -Raúl retiró de su boca el pene lentamente. Se levantó, luego colocó sus manos a los lados de Ignacio y haciendo fuerza con sus brazos levantó su cuerpo abriendo sus piernas. Su culo quedó abierto justo sobre el pene y se lo metió tan solo bajando las caderas.
-¿Te gusta papi? Ahora siente esto. Movía sus caderas, Ignacio sentía que iba a acabar de nuevo, Raúl seguía moviéndose circularmente y de repente le aprieta el pene con el culo, vio a Ignacio que ponía los ojos en blanco mientras eyaculaba.
-Voy a ducharme papi.
-Este carajito es un bárbaro ¿Cómo hizo esa vaina?
Raúl salía de la ducha. -Tranquilo papi ya me voy a ir antes que llegue tu novio.
-No tengo novio, es mi roommate. Chamo ¿de dónde sacas tanta leche? Marico parecías una manguera.
-Ay papi tengo lo que anhela un activo, un pipí de 23 centímetros y acabó chorros de leche y no uso eso. Me voy papi. Espero que nos volvamos a ver quedé con ganas de más.
-No sé, yo te aviso.
Cuando Ignacio le iba a abrir la puerta entraba Oto que se sorprendió al ver a Raúl.
-Hoooolaaa ¿Tú eres el roommate? Eres más guapo que Nachito. ¿No quisieras hacer un trío?
-No...la verdad es que no... -Raúl le dio un beso en la boca, metiéndole la lengua.
-Piénsalo, estás divino, pregúntale a tu amigo como le fue. Chaaaoooo.

-¿De dónde sacaste a esta loca?
-Marico esa loca es una demonia en la cama, abre las piernas uuuf es de goma. Eso sí, no para de hablar y habla en femenino siempre. Pero coño...me dejó loco, me hizo acabar dos veces en menos de media hora.
-Vaya, buena cama la niña esta.
-Sí, primera vez que disfruto el sexo...verga que cogida le eché.
-Gracias...
-Ja ja ja ja sabía que te ibas a picar.
-Te dejó una sonrisa y cara de gafo.
-Lo disfruté, no te lo voy a negar. Pero es una ladilla con la habladera, apenas se mete el güevo en la boca o en el culo no para de hablar hasta que acaba.

-Te vas a quedar solo de nuevo, ten cuidado a quien metes en casa Nacho.
-¿Todavía te preocupas por mi?
-No veo porque no, te quiero mucho.
-Duerme conmigo esta noche, anda.
-Pero cambia las sábanas.
-Tengo que cambiarlas, no sabes cómo acabo está niña, EL LECHERO.
-Asco.
-Ja ja ja ja que hipócrita.






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