domingo, 28 de febrero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 49

 


Héctor llegaba al apartamento con Oto que estaba muy nervioso sabiendo que estaba Jimena y Agustín ahí.


Agustín vio a Oto y se abrazaron. -Marico que fuerte todo esto.
-Estoy muy nervioso Tín, esto me parece muy incómodo, me quiero ir. -Hector se había ido a su habitación y dejó a los amigos solos en la sala.
-Enfrenta este peo, si de verdad amas a mi papá asume lo que hay y vivan con eso, esto que te estoy diciendo va para mi mamá también.
-Es que yo no...Tin, yo quiero vivir con Héctor, tener una relación de pareja, pareja, dos, él y yo.
-Te enfrentas primero con un tipo bisexual de 55 años, con 30 años de un matrimonio sólido, lo sabes, nunca ha habido un peo de faldas o de pantalones, no ha habido faltas de nada, ni siquiera desde que apareciste en su vida, me refiero sentimentalmente. Piensa bien que quieres hacer. Vivir esta relación de tres o terminar de raiz.

-Oto, cariño, tenemos una conversación pendiente. -Jimena aparecía en la sala, tranquila pero seria.
Mamá, papá, me voy a casa de Castro y duermo ahí, los llamo. Chao Oto -Le dio un beso en la boca. -Todo va a salir bien.

Oto se fue a la habitación de Jimena y Héctor se quedó en la sala.
Héctor recibió una nota de voz.
<Disculpe doctor Vasquez que le hable hoy domingo y a esta hora pero como me dijo que le avisara de algo que saliera pues le cuento que conseguí dos apartamentos con las características que me dijo, casualmente uno está cerca del bufete y el otro está cerca de su casa, uno de ellos no recuerdo cual está listo para habitarlo, pero si quiere ahora mismo puede verlos, avíseme y nos conseguimos> Héctor le respondió que ya mismo salía y cuadraban. Entró a la habitación.
-Tengo que salir un momento para algo importante, debo estar aquí en una hora.
-Tranquilo, lo que tenemos que hablar basta que seamos Oto y yo.

-Oto te voy a ser muy clara y puede que muy cruda. Anoche estuve con un hombre que no es Héctor, es el suegro de Tín, me acosté con él, al principio me sentí terrible, me arrepentí, dije que había sido una locura, falté al matrimonio...pero después pensé, Jimena si él pudo tú puedes. Disfruté del sexo con Polo como nunca en 30 años. Es una locura pero es así. Pero sigo amando a mi marido, lo amo no con esa fogosidad de hace 30 años, el amor cambia pero eso sigue ahí. Ahora apareciste tú de otra manera en la vida de Héctor y despertaste a ese león dormido, al que le gustan también los hombres. Supongo que antes de ti estuvo con otros, a lo mejor no en una relación, solo sexo, en fin Oto, no quiero alargar esto.
Héctor te ama y te ama con locura, eres el niño de sus ojos, yo soy su esposa, la madre de su hijo, la estabilidad, su hogar y yo no pienso a estas alturas echar por la borda 30 años de matrimonio dónde no ha habido nada que lo tambalee hasta ahora. Pero ahora estás tú, el muchacho que quiero como a un hijo, que le abrí las puertas de mi casa hace más de 20 años y también está enamorado de mi marido. ¿QUE HACEMOS CON SEMEJANTE ASUNTO?. Vivir Oto, vivir, aprender a vivir con lo nuevo, adaptarse al cambio, resiliencia palabrita que se usa mucho ahora. Nos sacaron de nuestra zona de confort y nos dijeron ahora brega con esto a ver qué haces.
Bueno Oto, hay que seguir adelante, si tú te vas de su vida ese hombre cae en depresión y si yo me voy ocurre lo mismo y a mí también me ocurrirá lo mismo, ya tengo 50 años. Tu tienes 30, a lo mejor lo dejas y consigues otro hombre y vuelves a enamorarte.
-Yo no quiero otro hombre Jimena, yo amo a Héctor.
-Tienes seis meses con él.
-El tiempo no importa Jimena. A veces pienso que le estamos haciendo la vida fácil a Héctor, nos quedamos con él y estará feliz, él si que no sale de su zona de confort.
-Salió de su zona de confort el día que los conseguí desnudos en mi casa. Ahora no sabe cómo lidiar con esto que ya es público. 
-¿Estás dispuesto a seguir en este triunvirato?
-Estoy dispuesto Jimena, no sé hasta dónde pueda soportarlo pero de momento esto es lo que hay y lo quiero.
-Yo si voy a estar en pie de guerra Oto.
-¿Y el tal Polo?
-Un comodín que usaré de vez en cuando. Deberías tener uno. Ignacio no es mala idea, ya lo conoces. Dame un abrazo.
Ambos se abrazaron, Jimena le dio un beso en la mejilla. -Te quiero mucho mi amor, de verdad, te quiero como a un hijo. Pero no te quiero viviendo aquí, puedes estar unos días, no más.
-Tranquila Jimena, antes que termine la semana me habré mudado de aquí.

Castro estaba sobre Agustín penetrándolo mientras esté gritaba. -Mételo todo, cógeme, dame duro coño. -Castro levantaba su cadera y con el pene a medio entrar lo movía y se dejaba caer. Agustín gritaba. -Cada vez que te cojo te pones más perra.
-¿No te gusta? ¡Dame duro coño! -Agustín tenía el frasco de Popper en su mano e inhalaba de vez en cuando.

-Dios mío pero Castro debe estar matando a la mujer en esa cama, ¡Que gritos!
-¿A la mujer Claudia? Ese se está cogiendo a un tipo, coño a menos que la mujer esté ronca.
Claudia se mordió el labio y metió su mano en su ropa interior tocando su vulva. -Nosotros en vez de estar escuchando eso deberíamos de hacer lo mismo.
-¿Te puso quesúa el King Kong ese? El hombre se quitó la ropa. -Te voy a poner a chillar así a ver si te vas a relamer con ese mastodonte.

Castro le levantó la cadera a Agustín y él se levantó en la cama flexionando las rodillas hasta estar a la altura del culo de su novio. Volvió a penetrarlo y lo agarró del cuello mientras los empujones lo hacián gritar más.
Tumbó a Agustín en la cama. -Voltéate, voltéate. -Se quitó el condón y derramó su semen sobre el pene, barriga y pecho de Agustín que también se masturbaba.

-Yo me voy a morir o de un infarto o de una rotura en el culo. ¿Por qué me dejas usar Popper?
-Es que te pones tan endemoniado que me excita.
-Pero ahora estoy como un trapo...no puedo ni moverme, ni hablar, me duele el culo cuando hablo, la cabeza todo.
-Espera. -Castro se levantó, abrió la gaveta de su mesita de noche y sacó varios frascos de Popper, los vació en la poceta y botó los frascos. -Listo, no te vuelvo a coger con Popper.
-Gracias amor. -Se monto sobre Agustín hundiéndolo en el colchón.
-Me dijiste amor. -Lo besó metiéndole la lengua por completo en la boca.
-Este hombre quiere enloquecerme, ¿Dios mío dónde estabas metido hace tres años?.
Castro se acostó al lado de Agustín.
-¿Grité mucho verdad?
-No joda, los vecinos escucharon toda la tirada seguro.
-Que pena.
-No chico, usted grite lo que quiera, vuélvase loco que eso me encanta.
-Estoy mareado y adolorido.
-Voy a traerte unos ibuprofenos y cuando te bañes te echo cremita en ese culito hermoso.

Se ducharon, Agustín estaba como si un camión hubiese pasado por encima de él. Estaba de lado mientras Castro le ponía crema.
-Entre los condones, la crema y las pastillas se nos va un realero en sexo jajajaja.
-Hablando de eso amor. -Le decía Castro. -La semana que viene cuadramos para ir a sacarnos los exámenes. Ya quiero cogerte sin condón, quiero que sientas mi verga.
-Coño ¿Más?
-Ja ja ja. Me refiero así al natural. 
-Si, vamos a hacerlo esta semana.
-¿Qué quieres cenar? Quiero consentirte.
-Ay ¿Por qué no haces unas panquecas?
-Ok, ahora voy a prepararlas.
-Mira amor quería hablar contigo de algo, bueno si este aguevoniamiento me deja.  Con todo este peo de mis papás he estado pensando en esto de las relaciones...y creo que deberíamos ser más flexibles en ese tema. Bueno tú tienes un máster en eso, sabes de lo que hablo, pero eso, quisiera que nuestra relación sea abierta y sincera, que nos contemos todo, pero no me refiero a que como es abierta vamos a ir tirando como locos todos los días con quién sea, sino que si se da pues plomo y nos lo contamos.
-Sabes que desde que te conocí y luego tuvimos sexo, me dije que solo quería estar contigo, dejar ese pasado con mi esposa atrás, pero se a lo que te refieres y me gusta el punto, si se dan las cosas para un sexo fortuito pues que ocurra, no buscarlo. Y por supuesto protegiéndonos.
Agustín lo besó. -Gracias.
-Nada de gracias, voy a hacer las panquecas.
-Coño yo a cagar, que retorcijon y que miedo, me va a doler.
-No creo que más de lo que entró por ahí ja ja.
-Agustín entró al baño, Castro se fue a la cocina.
Sonó el celular de Agustín. -TU CELULAAAAR ¿TE LO PASO?
-NOOOOO, ATIENDE POR FA.

<Número desconocido>
-Aló.
-Buenas tardes, ¿es el celular de Agustín Vázquez?
-¿Quien habla?
-me llamo David, tengo 18 años y trabajo como voluntario en la iglesia del Perpetuo Socorro, ¿Usted es Agustín?
-Si soy yo. ¿Pero que quieres?
-Bueno es que yo trabajo con un tipo que se llama Renato y creo que fue o es pareja de usted, yo quería saber si podíamos reunirnos para hablarle sobre él. El está como confundido, quiere ser cura pero sueña y dice su nombre y yo me...-Estuvo a punto de decir que se había acostado con él pero se frenó. -...yo me preocupé y busque en sus contactos y lo ví.
-Mándame una foto tuya y si tienes una foto junto a Renato mejor.
-Ya se la mando, la otra se la mando en un rato que lo vea. ¿Nos podemos ver mañana como a las tres de la tarde en el Centro Comercial Maxim.
-No, yo te busco en tu edificio, mándame la dirección.
-Mejor en la iglesia, a esa hora estoy allá.
-Ok.

Mientras comían Castro le contó la extraña conversación que tuvo con el chico.
-Yo no quiero saber de Renato, se que está bien y ya.
-Yo me hice pasar por ti, si quieres voy yo y averiguo que es lo que quiere ese chamo.
-¿Y la foto del wasap? Capaz me vio.
-Bórrala. Después la pones. 
Llegó un mensaje. -Yo tengo en mi foto un árbol, no me acordaba. Mandó una foto.
-Esa es de tu ex. -Agustín la abrió, se sorprendió verlo con barba y palido, también algo delgado pero aún consevaba el buen cuerpo aunque estaba con ropa. -Ahora usa barba...no le queda mal.
-¿Y entonces?
-Ay bobo, un comentario nada más.
-Mándame una foto tuya para saber quién eres.-
-Ponte ahí.
-¿Sin camisa?
-Si, que importa. -La enviaron
-Wow, eres como grande, no te imaginaba así y eres pelúo.
-Ay este quiere sexo. -Agustín le escribió.
-Chamo nos vamos a reunir para hablar de Renato, no para bucearme y buscar otra cosa.
-Que malo eres flaco ja ja ja.
-No, no, claro, es para hablar de Renato, más nada disculpa si malinterpretaste mi comentario.
-Si pendejo, hazte el inocente, estos carajitos vuelan. Si se pone resbalosa le muestras tu pipí y verás que se asusta.
-Ja ja ja. Cómo tú qué te asustaste y brincaste encima de él.
-Pendejo.
-Ven acá mi flaco dame un beso.






2 comentarios: