sábado, 27 de febrero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 48


 Eran las cinco de la mañana, Lorenzo se levanta de la cama donde duerme Rubén que estaba desnudo y roncaba. Le ardía el culo, se puso el short y salió a buscar a José.


Entró con cuidado a la habitación. José dormía con Sala'o pero entre ellos no había pasado nada.
-José, mi amor, despierta. -Le hablaba en voz baja. El chico abrió los ojos.
-¿Qué haces aquí? ¿Y el viejo?
-El viejo duerme, vámonos a la playa a ver el amanecer mientras nos bañamos.
-Coño vayan a hablar afuera y dejen dormir.
-Le voy a morder el pipí. -Le dijo en voz baja a Lorenzo, que le dijo que lo hiciera. José se volteó y le mordió suavemente el glande.
-AAAAUUUU ¡váyanse! 
José se puso el short, las cholas y salieron a la calle. Corrieron y mientras lo hacían gritaban lo que hizo que varios perros comenzaran a ladrar.

Llegaron a la orilla de la playa, aún no despuntaba el alba y la luna apenas se veía. Juntos abrazados, se besaban. Lorenzo le bajó el short y José hizo lo mismo.
-Dime que Sala'o no te ha tocado.
-Te lo juro que no, me dijo que cuando yo le diga él lo hará.
-No quiero que te toque a menos que yo esté contigo.
Entraron al agua que estaba fría y entrelazaron las piernas y brazos. -¿Y tú qué? Ahora duermes con el viejo ese...te coge todas las noches. Eso me pone mal.
-Yo no soporto más eso. Lo hago para tener dinero, pero no está resultando. Estoy a punto de conseguir dónde esconde el efectivo, en cuanto lo descubra lo tomo y escapamos, además tiene computadora e impresora y voy a buscar información de este pueblo a ver si hay sitios de interés y nosotros llevar a la gente y contarles la historia, nos abrimos un Instagram.
-Mi novio se está poniendo creativo. -Le dio un beso y le agarró las nalgas.
-Quiero hacer plata amor para que vivamos decentemente y podamos montar algo, quiero que tú estés bien, yo te arrastré a esto y no quiero que sufras.
-Si estoy contigo lo demás no me importa, yo estoy aquí para ayudarte y apoyarte.

Se pusieron a nadar, ya comenzaban a llegar los pescadores. Salieron del agua y se colocaron la ropa.
-Voy a buscar pescado con estos tipos, a ver que me regalan. -Lorenzo les decía a los pescadores que era el "amigo" de Rubén.
Le dieron un tobo con seis pescados. José veía llegar corriendo a Lorenzo con el tobo.
-Tenemos el almuerzo resuelto, vamos al restaurante a dejar los pesacdos y devolver esto y que nos preparen empanadas.

José regresó a la playa a dejar el tobo y Lorenzo hablaba con la cocinera para las empanadas.
-Buenos días señora Carmen ¿nos puede hacer unas empanadas para José, Sala'o y para mí?
-Claro mi amor, tengo cazón, mechada, queso, pollo y guacuco.
-¿Pueden ser todas?
-Ja ja ja ja, claro corazón, el jefe me dijo que lo que tú pidas lo hagamos.
-Tampoco así señora Carmen, yo después la ayudo a limpiar la cocina con José.
-No hace falta niño.
-Si hace falta, la ayudaremos como siempre.
Lorenzo fue a despertar a Sala'o.

-Espero que no te hayas propasado con José.
-Muchacho, ya les dije que mientras ustedes no me digan nada yo me quedo quieto, yo no soy Rubén.
-Cuando querramos estar contigo estaremos los tres, ya va a estar el desayuno, la señora Carmen nos está haciendo empanadas. -Sala'o fue al baño a orinar, cepillarse los dientes y vestirse.

José entró a la habitación. -Amor ya Sala'o está sentado, vamos, hay café.
-Mámamelo un poquito que te lo quiero meter.
José se puso a mamar arrodillado mientras Lorenzo le acariciaba el cabello.
-Quiero que me cojas ya. -José se subió a la cama y se arrodilló en el borde. Lorenzo se acercó y comenzó a penetrarlo. Iba moviéndose mientras José gemía volteando a ver a su novio que sonreía y le guiñaba el ojo.

Sala'o fue a la habitación a buscar a los chicos y los vio teniendo sexo. Se quedó en la puerta, pero entró y se bajó el short para masturbarse.
-Hazte la paja que ya me vengo. -Le decía Lorenzo que se movía con suavidad, haciendo que su chico disfrutara. Sala'o se masturbaba apretándose una de las tetillas.
-Se ven pa' cogérselos. -Lorenzó volteó y sacó su pene eyaculando afuera y José acababa sobre la cama.
-Coño chamo, me cortaste la vaina. -Sala'o cerró los ojos apoyándose en la pared y derramando el semen en el piso. Tres chorros grandes volaron por el aire. José lo vio acabar y se emocionó.

Salieron a desayunar. Sala'o volvió a comer, los chicos se comieron cinco empanadas cada uno.
-Ahora voy a ir al cuarto del viejo a buscar los reales.
-Ten cuidado y el viejo se despierta.
-Ese bicho no lo despierta ni un terremoto.
Lorenzo se comía las empanadas a tres mordiscos y bebió café. -¿Quieres una cerveza?
-¿A esta hora? Apenas son las siete.
-Aaah que coño, yo si quiero.
-tráeme una.
Fue a la nevera y sacó dos botellas. -¡Esas son para los clientes niño!
-Deja, no le digas nada que tiene el consentimiento de Rubén..
-No me jodas...
-Se tira al carajito, quédate mudo que el botado serás tú.

Lorenzo se bebió la cerveza de un tirón. -Espérame en la playa y te cuento si consigo algo.
-Voy con Sala'o al pueblo a comprar unas cosas y acomodar unas redes.

Lorenzo comenzó a revisar los muebles y gavetas intentando conseguir algo, su corazón le brincaba en el pecho, veía a Rubén que dormía a sus anchas, roncando. 
En el fondo de un mueble donde había ropa, estaba una caja fuerte y estaba abierta.
-Coño, coño, coño. -Abrió un poco las cortinas para que entrara luz. Vio la puerta de la caja y en la parte interna estaba escrito en un papel la clave. -¡Bingo! -La anotó, vio el interior y estaba repleto de billetes y unos documentos. No sacó nada pero dejó todo como lo encontró. Acomodó todo e iba a salir.
-¿Adonde vas Lorenzo? Me tienes que dar culito.
-Ahora no puedo, voy a la playa, cuando regrese te doy.
-Mosca carajito, mosca, no te me pongas arisco. -Se volteó y se quedó dormido.

Lorenzo sentía que el corazón se le iba a salir por la boca.

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