sábado, 20 de febrero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 41

 


Héctor comenzó a mamarle el pene a Oto que estaba arrodillado en la arena, le acariciaba el cabello mientras que levantaba la mirada buscando al hombre. Lo vio en la sombrilla morada y le hizo señas para que se acercara.

El hombre se acercó y se puso al lado de Oto para que se lo mamara, tomó su pene y lo metió en la boca del muchacho. Héctor estaba concentrado, pero abrió los ojos y vio al hombre. Se detuvo y se levantó.
-No te molestes viejo, mira tu novio como disfruta, agáchate y me lo maman los dos. 
Héctor estaba demasiado excitado como para discutir pero no le agradaba la idea de ver a su chico haciéndole sexo oral a otra persona, pero Oto estaba encantado. Vio a Héctor arrodillarse y ambos compartieron el pene del hombre que les acariciaba la cabeza mientras su pene totalmente erecto recibía una lengua a cada lado.
-¿A quién me cojo primero? Aquí tengo condones y lubricante.
Ambos estaban concentrados mamando, ya Héctor se había relajado.
-Estoy aburrido, quiero coger. Vamos a hacer algo, se me ponen los dos ahí, me pelan ese culo y me los cojo a los dos.
-¡Nooooo, que va, yo no me meto esa vaina!.
Héctor se levantó y se fue a caminar.
El hombre se puso el condón, se echó lubricante y en el culo de Oto también. Poco a poco fue introduciendo el pene. Oto volteaba a ver al hombre que se sonreía y le guiñó el ojo.
-Tu novio creo que se molestó, así que serás mío. -Le abrió las nalgas y metió por completo el pene.

Héctor caminaba por la orilla de la playa, pensaba en lo de la casa, se cuestionaba si había hecho lo correcto, luego, viendo a Oto mamarle el pene a ese desconocido se preguntó si sería venganza por seguir casado con Jimena. Analizaba si lo correcto sería divorciarse de su esposa o dejar a Oto, o dejar a ambos y hacer lo que le viniera en gana.
Dio la vuelta para regresar a la sombrilla.

Consiguió al hombre sobre Oto penetrándolo, tuvo una erección viendo la escena. Se ocultó entre unas rocas para masturbarse pero comenzó a llorar y no pudo seguir...
El hombre gritó mientras contraía los glúteos y acababa. Se levantó, se quitó el condón.
-Listo, me voy.

Oto se dio media vuelta sorprendido que el hombre se haya ido así sin más, se rió. Por un instante se sintió como una puta que se la cogen, le pagan y la dejan ahí.
Se acercaba Hector, Oto se levantó.
-¿Disfrutaste?
-Hector...la idea era que estuviéramos los dos.
-¿Lo disfrutaste?
Hubo un silencio... -Si.
-Vamos a recoger para comer algo y nos vamos de shopping aunque sea un rato, mañana seguiremos.
-¿Estás molesto?
-No, ¿Por qué tendría que estarlo? ¿Hay motivos?
-Te pido perdón, amor...no debí, pero pensé que te gustaría...
-Ve recogiendo yo voy al baño y al carro.

Se montaron en el carro y no hablaron hasta llegar al restaurante.
-Tengo hambre ¿y tú?
-También amor.
-Bueno pide lo que quieras, aquí la comida y los postres son buenos.
Conversaron, rieron y parecía que el evento en la playa estaba olvidado.
Luego del postre, tomaron café y esperaron 20 minutos revisando sus celulares para luego caminar por el centro comercial y comprar.

Comenzaron a caminar viendo tiendas, observando los precios, entraron a una tienda dedicada al cuidado del cuerpo y el baño. Se reían de lo que veían. En las tiendas de ropa Héctor le insistía a Oto que comprara  y renovara la que tenía.-La que trajiste la donamos, cambia el closet.
-Se probaba ropa, Héctor entraba, le acomodaba el pantalón, le daba un beso dentro del probador.
Mientras caminaban Oto ve a un amigo de la universidad y se abrazan. 
-Marico ¿Cómo estás? Años sin verte.
-Si vale, ¿Estás de vacaciones?
-No, vivo aquí desde hace dos años. -El amigo ve a Héctor. -¿Estás con tus papás?
-No, mira te presento a Héctor, mi pareja.
-Ah, que pena, disculpe, mucho gusto, Pablo.
-Tranquilo, encantado.
-Por ahí está mi esposa y mi chamo.
-Ah estás casado.
-Si, que gusto verte, si te quedas más días llámame y van a la casa y tomamos algo.
-Ok, aquí está mi número. 
Se despidieron ya cada quien siguió su camino.
-¿Parezco tu papá?
-Hector...Tín tiene mi edad.
-Me refiero, ¿me veo viejo?
-No chico, estás muy bien

Caminaron por otras tiendas y compraron un par de cafés. Se sentaron a descansar.
-Dentro de 20 años voy a tener 75 años, ¿tú vas a seguir a mi lado soportando mis achaques?
-Ay Héctor, deja que las cosas sucedan, no sabemos si en 15 días vamos a estar juntos, si tú te mueres o yo... Es horrible lo que digo pero es así.
-Yo quiero que me digas si vas a estar con un viejo, si te lo has planteado. Yo tengo 30 años con Jimena y se que ambos...
-¿Piensas que te voy a dejar cuando uses pañales? ¿O me quieres decir que si te dejo cuando estés viejo estarás con Jimena y se cuidan mutuamente? Yo no pienso dejarte Héctor y no quiero que me estés recordando que llevas 30 años con Jimena.
-A lo mejor mueres antes que yo.
-Ojalá...perdón, perdón, lo dije sin pensar.
-Estás conmigo por el dinero entonces, eres capaz de aguantar mis mañas de viejo para quedarte con mi dinero.
-Ya estoy viendo lo que piensas de mi, así que bueno, no hay más nada que decir.

Salieron al estacionamiento para buscar el carro, ya era de noche. Se fueron al hotel.
Oto se quitó la ropa.
-¿Te duchas conmigo?
-No, me baño después, voy a revisar mi correo.
Oto salió desnudo del baño secándose. -Ufff deberías ducharte, el agua está divina.
-Ven a acá, siéntate.
Oto se lanzó en la cama y le dio un beso.
¿Será que vamos a estar discutiendo siempre?.
-No creo Oto, mañana regresamos. Esta relación llegó hasta aquí. Fue poco pero bueno, así es la vida.
-Hector...pero...ya va...¿Vamos a terminar?
-Tranquilo, la casa ya es tuya, no te angusties por eso.
-A mi me sabe a mierda la casa esa. -Oto se levantó de la cama. -¿Cómo vamos a terminar?
-En menos de una semana te tiraste a tu ex en el hotel que reservé para los dos y ahora con un desconocido. Yo no he estado con nadie, Oto, con nadie. Solo Jimena y no te tengo que explicar.
Oto, aún desnudo se pasaba la mano por la cara y temblaba. -Yo no quiero terminar contigo.
-Yo si, me duele pero no quiero seguir, son muchas cosas, tú quieres tirar por ahí, yo soy un viejo, quizás me botes en unos años ¿Y como quedo yo?
Oto se acercó y le dio otro beso en la boca. -Podemos superar todo esto vale. ¿Vas a tirar la toalla en solo seis meses. Tienes 30 años con Jimena y deben haber tenido los mil y un peos y siguen y seguirán juntos, a mi me vas a botar por unas pendejadas.
-¿Pendejadas Oto? ¿Te parece pendejada meter a tu ex en el hotel donde íbamos a pasarlo juntos? Y ahora, viene un tipo con un guevote y se te afloja el culo, no lo pensaste ni dos segundos para tirar con él.
Oto se vistió y salió de la habitación.

Hector, sentía un nudo en la garganta, llamó a la línea aérea para cambiar los pasajes y llamó a la renta de carros para anular el contrato.

Oto llamó a Agustín llorando.
-¿Oto? ¿Qué pasó? ¿Que te pasó? ¿Que tienes?
-Hector terminó conmigo, mañana nos regresamos.
-Ya va....¿Pero que pasó? 
-Te cuento cuando llegue...solo quería hablar contigo.
Colgó la llamada.

-¿Qué pasó con Oto?
Agustín vio a su mamá pero no le dijo nada.
-¿Que le pasó a Oto?
-Papá terminó con él.
Jimena se levanta de la silla poniéndose la mano en la frente.
-¿Que te pasa mamá?
-¿Tu sabes lo que significa eso?
-Bueno...que Papá será solo para ti de momento.
-¡No! ¿Quién aguanta a tu papá deprimido y lamentándose por los rincones?, no lo conoces.
-¿Pero bueno mamá, ¿tú no querías que eso terminara? Es tu oportunidad. ¿Ahora eres la cabrona?.
-¡Respétame Agustín! Oto también es tu amigo. Y si tú quieres que esta situación fluya tenemos que hacer que esos dos regresen. Como dice Maluma, felices los cuatro.
-Mamá, la canción habla de dos parejas.
-En este caso el cuarto eres tú mi amor. Estarás feliz con tu amigo feliz.
-Estás loca mamá, estás loca.

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