lunes, 3 de mayo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 108

 


Agustín estaba de pie pegado a la pared mientras Castro, detrás de él, lo penetraba. Le tenía puesta la mano en la nuca para que no se moviera mientras metía y sacaba todo el pene del culo del muchacho que no paraba de gritar. En esa postura Agustín sentía toda la penetración. Estaban cerca de la ventana.


-Yo no puedo creer esto. Esta gente tira todos los días, todos, no se pelan ni uno. ¿Que le pasa a nuestra vida sexual Diego? -Claudia estaba frustrada y molesta con la situación. -Tiran amaneciendo, en la mañana, en la tarde, en la noche, de madrugada no jodaaa.
-¿Quiere que metamos a una tercera persona en la relación? Algo que avive nuestro deseo.
-Una mujer no.
-Ah a un tipo, tengo que ver cómo te coge otro carajo.
-A lo mejor te coge a ti también.
-Déjate de guevonadas Claudia.
-Vamos a buscarnos a un tipo bien dotado.
-Tú si eres arrecha, encima que quieres que me cojan, quieres a un tipo con un palomón para humillarme y encima desvirgarme.
-¿Quieres o no quieres avivar el fuego?
-Acepta a una tipa, que se pegue a mamarte esa cuca mientras yo me la cojo.
-Es un trato, un día un tipo y luego con una tipa.
-Oye oye...uuuf como se lo clavan...ese chamo aguanta parejo. ¿Sabes lo que es que se lo cojan a diario y semejante verga?
-Que envidia.
-Bien bello pues, ¿Tú quieres el divorcio y te buscas a un King Kong?
-Ay no seas gafo Diego. Vamos a seguir escuchando.

Castro lo aprisionó contra la pared mientras gritaba y eyaculaba. Sacó el pene y seguía cayendo semen del pene que se escurría por el piercing. Agustín se apartó de la pared, había acabado sin tocarse. Una de sus piernas tenía un calambre y su culo le ardía. Arrugaba la cara.
-Acabé y no me di cuenta. Esta noche ni de vaina me coges.
-Coño flaco aunque sea unas mamadas.
-Lo pensaré, vamos a bañarnos.

Cuando salían de la ducha, Agustín le hizo un comentario.
-Yo no sé para qué dijiste que si íbamos a la casa de esta gente...que fastidio.
-Ay flaco, no quise decirle que no, además la conoces para que veas que está tostada...una loca, seguro dice una vaina que te vas a quedar timbrado.
-Bueh...sigo sin entender. Cómo no sea que quieres cogerte al niño ese.
-Ay flaco...además el papá es mecánico, tiene un taller.

Cuando bajaban por el ascensor, se detuvo en el piso de abajo y se montaron Claudia y Diego.
-Hola vecinos.
-Hola, buenas tardes.
-Hoy también le dieron a...
-¡Diego! -Claudia le dio con el codo por un costado.
-¿Ustedes qué, están molestos, tienen envidia, quieren que le contemos? -Ambos le vieron el guevo a Castro. ¿Les gustó o que?
-Agustín...
-No Castro es qué coño... -Diego miraba a Agustín, tragaba saliva y luego veía a Castro y los ojos se le iban a la entrepierna.
Llegaron a planta baja.

-No, ya va, a ver. -Claudia hablaba nerviosa. -Nosotros...que pena...nosotros pasamos por una etapa de estancamiento sexual, entonces, escucharlos a ustedes día y noche, día y noche todos los días, se podrán imaginar.
-Claudia, ya...
-Ay Diego, matemos la culebra por la cabeza de una vez. Queremos hacer un trío.
-¿Con mi novio? ¡Estás loca! Loca pal coño, ni de vaina.
-Tin a lo mejor el trío es contigo.
-No, aquí el del megaguevo eres tú y a estos dos los tienes salivando.
-Entonces nada, si no se puede, no se puede, nosotros resolveremos de otra manera.
-Me parece bien.
-Vamos a hacer algo.
-¡Múdense!. -Dijo Agustín
-Chico yo no sé porque eres tan odioso, orgulloso y feliz deberías estar que un hombre y una mujer vean en tu novio un tipo bien sexual, grandote, semental.
-Bueno Claudia, ya...suficiente, me estás echando pa la calle.
-Flaco, deja el odio, miren, la semana que viene averiguo con un amigo a ver si está disponible y le digo que los visite y hacen su trío, es muy bueno.
-¿Y es así como tú? Todo grande.
Castro miró a Agustín que estaba revisando su celular. -No, bueno, no tiene el cuerpo así gigante como el mio, es papeado, pero de lo otro no se van a arrepentir.
-¡Bien, excelente! -Dijo emocionado Diego, que Agustín levantó la cabeza para verlo. Se sonrió.
-Nos vamos que ya es tarde, cuenten con eso.

-Como me salgas maricón y te enamores del tipo ese te mato.
-¿Que guevonadas hablas Claudia?, anda, camina.
-Mosca Diego, esto lo hacemos para darle vida a nuestra relación.

-¿Y quién es ese tipo que le vas a mandar para que se los coja?
-Un amigo del gimnasio que cobra por sexo con parejas.
-Un prostituto.
-Exacto.
-Ay Castro, maneja tú, no tengo ganas.
-¿Ya te arrechaste?
-No...no contigo amor, son esos dos, hubieras estado solo te brincan como hienas y te violan en el pasillo.
-Jajajajajajajaja

Llegaron al apartamento de José David y Berta.
-Hooola Castro, que bueno que viniste cariño pasa.
-Hola señora Berta, le presento a mi pareja, Agustín
-Hola, pasa.
-Buenas tardes Castro, están en su casa, mucho gusto Agustín soy José David, el esposo de Berta y padre de David que ya va a salir. Siéntense, ¿quieren tomar algo?
-Yo preparo los tragos. -Dijo Berta que fue a la cocina.
Regresó a la sala con las bebidas de Castro, su esposo y la de ella.
-Amor te faltó el vino de Agustín.
-Aaaaay se me olvidó que pena, pero ve a la cocina y sírvete tú, estás en tu casa, en la gaveta está el sacacorcho. Ve -Agustín se fue y Berta se sentó al lado de Castro.
-Verdad que me hijo está grande y bello, ahora trabaja con su papá en el taller pero pronto va a la universidad. David saluda a Castro.
-Epa chamo, ¿Cómo estás?
-Epale, bien, fino. Yo me voy a servir un ron y vengo.

-Hola
-Hola, ¿Tú eres David?
-Si, tú eres el novio de Castro.
-Si.
-Chamo, esto de ustedes venir para acá es un invento de mi mamá, ella quiere empatarme con Castro, yo no quiero nada con él y menos sabiendo el vergón que tiene. -Agustín se rió. -Chamo yo me quito el sombrero, meterte esa vaina no joda, es de valientes. Mi mamá está loca, no le pares a lo que diga y haga, está fumá.
-Tranquilo, Castro me dijo que me vacilara el momento.
-Exacto.

Salieron y se sentaron en la sala.
-Hijo, tienes que atender a la visita.
-Estaba atendiendo a Agustín, ayudándolo en la cocina.
-Me refiero a Castro que es el invitado. José David me di cuenta que no hice mucho hielo, hay que comprar.
-Tranquila yo lo compro.
-No chico, voy yo, atiende a Castro y Agustín me acompaña, ¿Verdad? -Agustín miró a David y este movió ligeramente la cabeza aprobando lo que decía su madre.
-Seguro señora, vamos.
-Es cerca. -Berta cogió las llaves del carro sin que se dieran cuenta y salieron.

-¿Dónde es?
-Es lejos, es que voy a comprar un postre, es sorpresa, por eso no dije nada, igual hay que comprar hielo, vamos al carro.

-¿Tienes mucho tiempo con Castro?
-ocho meses.
-Ah poco, no es grave si ustedes terminan. Porque mi hijo se empeñó en que ese hombre tiene que ser su novio y hará lo que sea por conseguirlo.
-Yo vivo con Castro, es algo serio, no un bochinche que se va a acabar por un calentón de un niño.
-Tú sabes que las madres somos alcahuetas, bueno, estás acompañándome a comprar una torta por algo. David me pidió que te sacara de casa. Lo logré, ahora están solos allá.
-Mire señora, yo no sé cuáles son sus intenciones pero usted está un poco desubicada.
-¿Tú confías en Castro? ¿Es fiel? Si tú confías en él, no hay problema que de quede con un chico de 20 años con el deseo sexual a flor de piel.
-Yo confío en él 100%
-Entonces deja la angustia, mi hijo es bien puta, se acostaba con el cura de la iglesia y con el exnovio de tu amigo. El verá como hace para acostarse con Castro pero si tú confías en ese hombre grandote, no hay que preocuparse.
-Mi mamá está loca, no le pares a lo que diga y haga, está fumá. -Recordaba las palabras de David.

-Coño y lo de la iglesia espero que no se roben los reales y la dejen como tiene que ser.
-Esa es la idea David, queremos restaurarla y dejarla lo más exacta a como era hace dos siglos.
-Que bien, bueno como te dije el taller está a la orden. David, prepara otros tres tragos, está mujer fue a Alaska a comprar hielo no joda.
Mira Castro te quería comentar algo...coño...no quiero que te lo tomes mal o te molestes.
-Díme, no hay problema.
-Coño es que...David me contó lo tuyo y es que de verdad que a ese carajito no le creo pero me ha dicho que es verdad y... Que pena...¿Tú puedes mostrarme...bajarte el pantalón para ver...
-¿Quiere verme el güevo?
-Bueno, si no tienes problema. -Castro se levantó y se desabrochó la correa, quitó el botón y bajó el cierre, José David miraba a otro lado y volvía a verlo, cuando se bajó el pantalón y vio el interior se puso de pie. Castro se bajó el interior.
-¡Coño del madre! Mierda. -A José David se le bajó la tensión y se sentó, volvió a mirar. -¿Que es eso?
-Coño el güevo.
-No, esa vaina plateada enorme que brilla. Mierda ¿Pero tú cómo tienes semejante paloma? Y con una argolla. ¿Yo me puedo acercar?- José David se arrodilló y se puso frente al pene y tocó  la argolla, estaba impactado.

David llegaba a la sala con los tres vasos, al ver a su padre dejó caer los vasos al suelo.



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