domingo, 30 de mayo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 135

 


Agustín había pedido el día para quedarse con Castro en casa pues no iba a ir a la restauración de la iglesia. La torre de oficinas ya la habían entregado. Igualmente estaría desde casa monitoreando las dos sedes del supermercado en la ciudad.


Estaba desnudo preparando el desayuno cuando se aparece Castro por detrás. 
-Menos mal que a usted no le gustaba estar desnudo por la casa y ahora hasta cocinas en pelotas.
-Se me pegan tus malas mañas. -Volteó la cara y le dio un beso en la boca, Castro tomó el envase de aceite comestible. -¿Que haces?
-Voy a cogerte, ese culito aquí en la cocina me provocó. Abrió la tapa y se echó aceite en la mano y la pasó por entre las nalgas, volvió a echarse y sus dedos entraron en el culo de su novio. Se mojó el pene con el aceite que le quedaba en la mano. -Sigue haciendo las arepas mientras te penetro.
Castro flexionó las piernas un poco para llegar al culo y fue penetrándolo poco a poco. Agustín sacó las manos de la masa y apoyó sus manos del mesón aguantando el dolor inicial. Gemía, era la tercera vez que lo hacían.
Castro lo introducía todo mientras se movía, el aceite con el roce se calentaba y eso lo excitaba más, metió su mano en la masa y luego sus dedos en la boca de Agustín que ya gemía con más fuerza. Castro le enderezó la espalda y lo volteó hacia el mesón de comer y le apoyó el cuerpo en el mesón pero aún ambos de pie. Castro se movía despacio pero firme en sus embestidas, le pasaba las manos por la espalda a Agustín haciendo presión para luego abrirle bien las nalgas y ver como su enorme pene dentro de su novio, dilataba el culo. Lo sacó. Un hueco abierto e inflamado se abría y se cerraba con la respiración del muchacho. Volvió a penetrarlo. Cuando ya estaba totalmente dentro comenzó a moverse con rapidez. Se pellizcó las tetillas. -Tengo hambre flaco...AAAAAAAAAAHHHH, AAAAAAAAH, AAAAAH, CARAJO, QUE CULO, TU CULO, TU CULO ES HERMOSO, CALIENTE Y DIVINO, COÑOOOOO.
Sacó el pene aún erecto y Agustín comenzó a masturbarse. Castro se puso en cuclillas esperando que saliera el semen.
-¿Quieres desayunar?
-Si. -Castro sacó la lengua, Agustín se tensó echando la cabeza hacia atrás y apretando los dientes. Apretó las nalgas y dos pequeños chorros cayeron en la lengua de Castro que sonreía, esperó las últimas gotas de semen y se levantó. 
Tomó a Agustín por la nuca y lo acercó dándole un beso pasándole el semen a su boca. -Ya desayunamos los dos ja ja ja.
-Que divina sabe mi leche. 
-Ve a ducharte y yo termino el desayuno flaco.
-Yo me quiero duchar contigo, te espero, voy a acomodar la cama y recoger el cuarto.

Se sentaron a desayunar uno al lado del otro.
-¿Sabes que Oto me contó que va a adoptar un bebé?
-¿En serio, Jaime y él?
-Bueno, en realidad Jaime, pero parece que tienen planes de casarse para agilizar el papeleo. Aunque según me contó Jaime cumple con los requisitos él solo.
-Me alegro por ellos, eso los va a unir más.
-Si...y pensar que eso podría estar pasando con mi papá y ahora está con ese niño que lo que aporta son estupideces.
-¿Lo has visto en tiktok? 
-Si...no entiendo como mi papá está con ese niño.
-Pero no sabes lo otro, el carajito tiene OnlyFans.
-Vaya,...lo has estalkeado, estás muy pendiente.
-Ay flaco, no vayas a empezar, ya lo hablamos, en tiktok aparece que tiene eso. Me dio acceso un amigo  hacker, no pensarás que voy a pagarle a ese niño por verlo.
-¿Para que vas a pagar si ya lo tuviste cerca, hasta dentro de él?. -Castro se levantó del mesón y se fue hasta el otro lado y quedar frente al muchacho.
-¿Tú me quieres explicar esta escena de celos ahora luego de la conversación que tuvimos, te pedí perdón, me disculpé, me arrodillé, te prometí no volverlo hacer? Te quiero mostrar el OnlyFans porque el carajito ese sale tirando aparte de tu papá, con otro tipo.
-Perdona amor. Es que ví su foto y me vino a la cabeza...olvídalo, muéstrame.

Diego le abría la puerta a Antonio que estaba en mono gris y franela blanca, ambas prendas dejaban ver lo había debajo. Diego lo dejó pasar sin quitarle la mirada a los pectorales.
-Bien, ¿dónde le damos? ¿Aquí, en el cuarto?
-Coño pero que impersonal vale, ¿No quieres una cerveza?
-Coño mi pana, yo estoy trabajando, los 200$ es una hora de sexo y ya van rodando, es un precio especial por ser tú. No pierdas tiempo porque tengo más clientes.
-Ok, ok, vamos al cuarto.

Entraron a la habitación y comenzaron a desvestirse.
-Te volviste a coger a mi esposa.
-Es una cliente. 
-Pero le cobraste 200$ y se quedó a dormir contigo. -Antonio se terminó de desvestir y cogió del cuello a Diego.
-Lo que yo haga con mis clientes es peo mío no tuyo, yo cobro lo que me dé la gana, el que le guste bien y al que no que se joda, vas a querer el trabajo o me voy, no vine para una escenita de celos.
-Cálmate, aunque si te pones salvaje me gusta, nunca me han pegado en el sexo. ¿Si te doy 50 más te pones salvajito? -Antonio le dio una cachetada y lo lanzó a la cama.

Luego del desayuno se fueron a la cama a ver algo en Netflix.
-Que bolas lo de este carajito. ¿Mi papá sabrá esa vaina?
-Déjalo que se estrelle solo, no te metas en eso. Ya descubrirá al niñito ese y saldrá con las tablas en la cabeza.
-Oye, amor, baja el volumen, oye, oye. -Bajó el volumen y se pusieron a escuchar. Se oían gritos de abajo. -¿Será Diego y la esposa?
-¿La esposa? Ese es Diego que se lo están cogiendo.
-Coño a lo mejor se está cogiendo a un carajo.
-Ese tiene pinta de ser pasivo con los machos. -Castro tomó su celular. -Ah coño tengo un mensaje ¿Cuando sonó esta vaina? -Uno era de su socio el ingeniero para unos datos de la iglesia y el otro de Antonio. -Estoy en tu edificio, me vine a coger a tu vecino.-
-Mira esta vaina. El Diego repitiendo con Antonio.
-Que bolas, ¿estará Claudia?. 
-Cuando termines de matar al pobre Diego, ven a mi casa y te doy un abrazo.-


Antonio se puso el condón y apretó el tubo de lubricante sobre el culo de Diego que sostenía sus piernas manteniendo el culo levantado. Se colocó en el enorme pene y de una vez lo fue penetrándo. Diego se quejaba que le diera despacio, Antonio poco a poco lo introdujo hasta verlo dentro. Le cogió con fuerzas las piernas y comenzó a moverse con rapidez y violentamente provocando los gritos de dolor de Diego que echó más para atrás sus piernas dejando su culo aún más levantado lo que hizo que Antonio quedará casi sobre él, esa posición no disminuyó los gritos. Le dio otra fuerte cachetada lo que hizo que se callara, el dolor en la mejilla le hizo olvidar por un instante los gritos.
-Voltéate, volteeeeate coño, no lo saques. Así, así, uuuf, así. -Una vez volteado y arrodillado, Antonio se levantó flexionando las piernas para que su pene entrará de forma recta, eso desató nuevamente los gritos de Diego que recibía con cada embestida unas nalgadas.
Tumbó a Diego de lado y le levantó una pierna para seguir, ahora de espalda, penetrándolo sin parar. Lo puso boca abajo y el pene entró hasta el fondo. Diego gritaba con la cara pegada al colchón, sus manos apretaban las sábanas, su piel se erizaba. En el rostro de Antonio se reflejaba la rabia que tenía con Diego por el tema de Claudia, pero estaba trabajando. Lo jaló del cabello levantándolo y sin sacar el pene, se pusieron de pie y lo pegó de la pared.
Cada empujón golpeaba a Diego contra la pared, su pene, aunque flácido no paraba de lubricar. Antonio lo volvió a coger del cabello y le echó para atrás la cabeza. -Tú si gritas carajo. Tu mujer aguantaba como la hembra que es, maricón. -Le dio tres empujones y acabó, retiró el pene y empujó a Diego a la cama. Antonio se quitó el condón y con unas toallas húmedas se limpió el pene. Se puso la ropa. Diego seguía tumbado en la cama.
-Chamo, párate que me voy, dame los 250 

Sonó el timbre. -Es Antonio. Le abro.
-Vístete coñoooo. -Agustín le lanzó el boxer y el hizo lo mismo y ambos salieron del cuarto.

-Carajo pero los gritos del pana se escuchaban aquí clarito.
-Verga es de esos clientes que no quieres pero es dinero. Que tipo tan enrrollado, me dijo que la mujer estuvo conmigo que durmió en mi casa y le cobré 200. Un loco. Ahí lo dejé medio muerto, de vaina y me paga.
-Pero te lo cogiste con saña. Los gritos no eran normales.
-Me lo cogí con arrechera. Bueno me voy que tengo otro cliente. 
-Cuadramos para tomarnos unas birras. ¿Verdad flaco?
-Si claro, este fin o el que viene.

Se despidieron, Castro se quitó el boxer y cargó a Agustín viéndose a la cara.
-Mi flaco yo también quiero casarme contigo y adoptar un chamo.
-¿Un niño?
-Si, ya tengo a la niña.
-Mmmmmm primero lo primero, casarnos. Pero tienes que pedir mi mano.
-Pendejo.
-Te amo, quiero la pedida de mano.

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