lunes, 17 de mayo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 122

 


-¿Y por qué carajos ese hombre te tiene que poner unas propiedades a tu nombre? ¿Acaso es tu marido y yo no lo sé?

-Él nos ayudó en el caso del cura.
-¿Y la ayuda viene con dos casas? En tal caso el regalo sería para él. Supongo que te revolcaste con ese marico. ¡Coño de la madre Berta!
-Tuve que hacerlo José David, a mi ese hombre no me interesa pero ha hecho, nos ha hecho muchos favores y de alguna manera había que pagarle.
José David por primera vez en 20 años le levantó la mano a Berta y le dio una fuerte cachetada. 
Berta se puso la mano en la mejilla. -Solo te puedo decir que tú lo haces mejor que él.

José David se puso a llorar y abrazó a Berta. David los veía desde el pasillo de su habitación.
-¿Por qué me haces esto Berta?, yo te amo, desde que volviste a tener sexo conmigo eres otra mujer, más apasionada, ¿Que necesidad tienes de acostarte con otros hombres, yo no te soy suficiente?
-Todo tiene un propósito mi amor, lo hago para sacar beneficio.
-¿Que beneficio? -Berta se le acercó y le bajó el bóxer a José David, se arrodilló para hacerle sexo oral. David los veía, apenas asomaba el ojo viendo a su madre mamarle el pene a su padre que le colocaba una mano en la cabeza.
-No hagas esto Berta. -Berta, con el pene en su boca lo miraba a los ojos, José David lloraba. La mujer se introducía todo el pene en la boca y le apretaba las nalgas a su esposo.
David estaba excitado viendo a sus padres, tenía el pene erecto y se tocaba.

-Quiero el divorcio Berta, con todo el dolor de mi alma quiero divorciarme de ti. -José David no paraba de llorar, Berta se detuvo, se puso de pie y se desnudó.
-Hazme el amor José David, aquí y ahora y verás como ese pensamiento se va de tu mente.
-No Berta, esto se acaba hoy.
-Cógeme por el culo. -Berta se volteó y tomó el pene de su esposo y lo metió entre sus nalgas. David con los ojos abiertos no podía creer lo que veía y escuchaba

José David le abrió las nalgas y empujó provocando el grito de Berta.
-¡Sigué, mételo completo!
-Se la está cogiendo por el culo maaaarico... Y mi papá llorando pero el güevo no se le baja. Estos dos están de psiquiatra.

José David la tenía tomada por la cadera y empujaba con fuerza mientras Berta gemía. Ella apretaba el pene y él se estremecía. David se masturbaban. -Que bolas pajeándome viendo a mis papás tirar, los tres vamos directo al psiquiatra.
José David se detuvo, apretó con sus manos las caderas de su mujer, cerró los ojos apretando la dentadura mientras acababa dentro de ella. Retiró el pene. Berta se puso el vestido.
-Yo tengo que salir regreso más tarde.
-Berta...yo quiero el divorcio.
-Ya hablaremos en la tarde. -Recibió un mensaje en el celular. <En 10 min llega el chofer a buscarte> Berta regresó al cuarto buscó un papel que guardaba en la última gaveta del closet y la metió en su cartera.

-¿Adonde vas? ¿Te vas a ver con un hombre?
-Voy a hacer unas diligencias amor. Encárgate del almuerzo.
José David se sentó en la silla aún con el boxer en los tobillos. Volvía a llorar.

-Papá...no te pongas así...desde hace rato sabes que mamá está loca. 
-No sé que me pasa con ella...me ha montado cachos y la sigo amando y no quiero perderla.
-¿Y te vas a quedar con ella porque te excita en la cama? ¡Papá  te la cogiste por el culo! En mi mente no imaginaba que los papás se cogían a las mamás por el culo. -José David lo vio y se sonrió, despeinó a su hijo y lo abrazó. -¿Cuándo vas a la universidad?
-La semana que viene papá, prometido.

David se levantó de la silla y se dio media vuelta pero se detuvo. Volvió a voltearse. -Papá si decides divorciarte de mamá yo me quiero quedar contigo y haz lo posible para que mis hermanos se queden contigo, mi mamá no está en condiciones para quedarse con ellos. -José David se limitó a sonreír.

-Vamos a ir al Rodeo.
-Ok ¿A qué parte?
-A la cárcel. -El chofer la miró por el retrovisor.
-¿A la cárcel de El Rodeo?.
-Si...¿Qué pasó, no quiere ir? ¿Llamo al fiscal?
-No, no...yo la llevo donde usted me diga, no hay que molestar al doctor Rubén.

Llegaron a la cárcel, un lugar desolador, casi en ruinas. -Yo voy a visitar a alguien y salgo en un rato, me espera aquí afuera...bueno si quiere da una vuelta y regresa.
-Voy a aprovechar y pongo gasolina.
-Como prefiera.

-Buenos días oficial, vengo a la visita conyugal, hoy es el día. -El oficial vio a Berta a los ojos y luego miró a su compañero.
-¿A quien viene a visitar?
-Ramón, el que era cura.
-¿Y usted es que de él?
-Soy su esposa. -Berta le entregó el acta de Matrimonio. El policía leyó el documento y sin levantar la mirada, le habló. -Vaya con mi compañera a la habitación de al lado para que la revise y entre a esperar que le avisen para la visita.

Berta entró al pequeño cuarto.
-Quítese el vestido y la ropa interior y se coloca en cuclillas. -Berta lo hizo, la policía se colocó guantes e introdujo dos dedos en la vagina, luego pasó la mano por el culo e introdujo un dedo, al sacarlo salió mojado de una sustancia viscosa.
-Tuve sexo y me acabaron adentro. ¿Hay un baño donde pueda lavarme para que mi marido no se entere?
-Entre ahí y luego se viste, ya estamos listas.

Berta salió del cuarto y le indicaron que esperara en una salita.

-Curita, sal que tienes visita. Una hembra viene pa la visita conyugal.
-Eeeeso el cogeniños va tirar con una hembra ¿se te para el guevo cuando veas una cuca?
Los demás presos comenzaron a gritar y reír.
-¿Qué mujer es? 
-Una tal Berta, dice que es tu esposa.
-¿Mi esposa? Yo no me he casado.
-Ay yo no sé, me dijeron que te buscara. Aprovecha y así tiras, ¿Vas a ponerte Popy si una hembra quiere que te la cojas?

Ramón fue al encuentro de Berta y está al verlo lo abrazó y le dio un beso en la boca.
-¿A qué vienes?
-A hacer el amor con mi marido.
-Primero me metes preso e inventas testigos para hundirme y ahora vienes a que tire contigo?
-Si.
Entraron a la habitación. Berta se desnudó, Ramón dejó caer el pantalón. -Mama.
-Berta se agachó, sin quitarle la vista a Ramón se introdujo el pene en la boca.
-Eres un puta. -Ramón le dio una cachetada y la mujer comenzó a mover la cabeza mamando con fuerza el pene mientras su mano se movía masturbándolo. Otra cachetada hizo que Berta se levantara. 
-Si quieres castigarme cógeme por el culo. -Ramón la cogió del cabello.
-¿De cuando acá cogerte por el culo es un castigo maldita perra. Castigo será no cogerte. -La empujó y se acomodó el pantalón. Abrió la puerta y salió. -Listo. -Le dijo Ramón al guardia sorprendido de lo rápido que fue.
-La mujer se está vistiendo, llévenme a mi celda y que está mujer no vuelva más.

El director de la cárcel se acercaba al área de las visitas para ubicar a Berta.
-Disculpe señora, acompañarme a mi oficina.
-¿Algún problema?
-Acompañeme y le explico. -Entraron a la oficina, el lugar no tenía nada que ver con la cárcel, todo estaba limpio, acomodado y fresco.
-Dígame, tengo al chofer afuera esperando.
-Me llegó esta acta de Matrimonio con una fecha en la cual el señor Ramón aún era cura. Seguí averiguando y este documento es falso.
-Si, ¿hay algún problema con eso? ¿Van a meterme presa por querer hacer el amor con el hombre que amo?
-Tengo que hacer un reporte sobre esto y luego se tomarán las medidas.
Berta se le acercó al director quedando frente a él. -Siempre hay maneras de resolver las cosas de una mejor y agradable manera. -Dejó caer su vestido, se quitó el sostén y se bajó la prenda íntima. Se sentó sobre el escritorio.
-No puedo ser más evidente de lo que quiero que ocurra señor director. Mi marido me rechazó y no me hizo el amor. ¿Usted cree que pueda satisfacer mis deseos?

El director tragó saliva sin dejar de ver la entrepierna húmeda de Berta, que introducía los dedos.











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