jueves, 13 de mayo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 118

 


Berta ya había dejado a los niños en el transporte y regresaba al apartamento. Aún desayunaban José David y su hijo.

-Entonces ¿Vas más tarde al taller?
-Si, a lo mejor, ya que volvió la niña esa a limpiar, lo único que hago es la nómina y eso lo puedo hacer desde aquí. -David los miraba mientras terminaba el desayuno.
-Voy a recoger mi bolso para irnos papá.
-Hoy te tengo una sorpresa.
-¿Es conmigo?
-Si, ve a buscar tu bolso y luego hablamos. -José David se levantó y se acercó a Berta metiéndole la mano por debajo de la bata.
-Me tienes pasando hambre y no sé porqué, me hace pensar que de verdad tienes algo con...-Berta le tomó con fuerza la mano.
-Mientras yo averiguo si esa niña quiere de nuevo contigo no vas a comer de aquí.
-Ah pero tú si puedes acostarte...-Una cachetada el hizo mover la cara, se puso la mano en la mejilla.
-NO VOY A PERMITIR QUE ME OFENDAS JOSE DAVID, RESPÉTAME. FUISTE TÚ QUIEN SE ACOSTÓ CON ESA GOLFA.
-Pero tú te acostabas con el cura. -Otra cachetada cruzó la cara de José David.
Jose David tomó con fuerza a Berta.
–Me vuelves a pegar y no respondo. -La alzó en brazos y con la otra mano lanzó todo lo que había en la mesa de comedor. El ruido fue escandaloso lo que hizo que David corriera al comedor pero se detuvo al ver la escena. José David besaba a Berta que estaba acostada en la mesa mientras le bajaba la pantaleta y él se desabrochaba el pantalón. -Ya son días sin cogerte y no aguanto más. -Le introdujo el pene, Berta echó la cabeza hacia atrás y luego vio a José David que le apretaba las tetas sobre el vestido mientras empujaba. Le dio otra cachetada.
-Me estás violando.
-Te lo buscaste.
-Sigue, sigue, ¡Sigue!
-David estaba en el muro que da al comedor, miraba escondido. -Coño mi papá se mueve rico, mi mamá está enloquecida. Me da pena ver esto pero no puedo dejar verlos.

José David dio los últimos empujones, soltó un fuerte suspiro y se tumbó sobre Berta retirando el pene que le colgaba un hilo de semen que caía al piso.
-¿Y si te dejé embarazada?
-Un nuevo hermanito o hermanita para David.
-Estamos viejos para tener otro bebé.
-Viejo estarás tú, párate. -José e David se puso de pie acomodándose el pantalón y Berta se colocaba la pantaleta y se bajaba el vestido.
-Mira este desastre, ahora me vas a comprar otra vajilla.
-Por más tiradas como estás te compro otra casa si quieres. -Berta se le acercó y le dio un beso en la boca.
-Espero que esto te haya dejado satisfecho y no tengas ganas de hacerlo con la golfa esa.

-Bueno, ¿Nos vamos papá? ¿Y esto? ¿Pelearon?
-Vete hijo, que tú papá te tiene que dar una sorpresa.

-Hijo, tu mamá y yo lo hicimos en el comedor.
-¿NOOOOO, ¿EN SERIO? No joda papá, ví todo, con ese escándalo que hicieron como no iba a verlos.
-Se supone que los hijos no ven esas cosas.
-Se supone que si tiras de manera salvaje por la casa procuras que no haya nadie sino te encierras en el cuarto y lo hacen ahí.
-Es que tú mamá me dio un par de cachetadas y me dio un morbo eso, la agarré y zas pa dentro.
-Tengo unos padres un poco particulares, mi mamá una loca católica pero puta.
-DAAAVIIID, no hables así.
-Pero es la verdad, y no lo digo por mal lo de puta, creo que eso es lo que te gusta, que se ponga perra en la cama, bueno, en la cama o en la mesa ja ja ja.
-Ya David, respeta que somos tus padres.
-Ok ok, perdón.
Hubo un silencio de varios minutos y justo antes de entrar al taller, José David detiene el carro. -Te voy a confesar algo hijo...a lo mejor te ríes de mi.
-¿Que será?
-A mi no me importa si tu madre se está tirando al cura o al mecánico o al portu Antonio, yo no quiero tu madre me deje...Si quiere que me la coja todos los días y a cualquier hora lo hago pero que no me deje por otro tipo.
-Verga papá ¿Tú estás escuchando lo que estás diciendo? No te importa ser un venado, pero que mamá no te deje. ¡Que bolas tienes tú! -David se bajó del carro y entró al taller. José David se quedó unos segundos con la barbilla apoyada al volante.

-Ya estoy abajo, te espero- Rubén le escribía a Berta.
-Dame un chance y bajo-

José David dio la vuelta para regresar a su casa y hablar con Berta. Cuando llega al edificio ve a Berta saliendo y se acerca a un carro, un hombre sale del asiento del copiloto y le abre la puerta de atrás, la besa y a José David le entra un escalofrío. Al ver al hombre le resulta conocido pero en eso ambos entran al carro en el asiento de atrás. Se pone en marcha y se aleja el carro.
-No te importa ser un venado, pero que mamá no te deje. ¡Que bolas tienes tú!. -Recordaba las palabras de su hijo y le corrían las lágrimas. Llamó al celular de Berta.
-Hola cariño ¿Cómo estás?-
-Hola amor, bien, ¿Dónde andas? Regresé a casa y no te vi.
-Estoy con el fiscal del caso del cura. Nos vamos a reunir con él varios de los testigos, parece que el cura va a apelar-
-Ah ya...¿Y te vas a tardar mucho?
-No creo, si me retraso te aviso para que recibas a los niños.-
-Ok, igual no tardes, te amo-
-Y yo a ti, está noche repetimos.- Berta decía eso mirando a Rubén a los ojos mientras este le metía la mano en la entrepierna.-
-¿Repetir que?-
-Lo de esta mañana en la mesa pero ahora en nuestra cama-
-Seguro mi amor, las veces que quieras-
-Te dejo, besos-
-Besos-
José David se pasó la mano por los ojos limpiando las lágrimas. Se regresó al taller.

-Me da morbo escucharte hablar de sexo con tu marido estando conmigo. -Hablaba en voz baja para que no escuchará el chofer mientras sus dedos jugaban con los labios y el clítoris de Berta.
-¿Por qué no te lo sacas para mamártelo.?
-Nos va a ver el chofer.
-No importa, sácalo. -Ruben se bajó el cierre y sacó el pene, Berta se agachó y se lo introdujo en la boca. Rubén apoyó la cabeza de respaldar y cerró los ojos.

José David entró al taller, veía a los mecánicos y se los imaginaba teniendo sexo con su esposa, cerró los ojos y de repente.
-¿Dónde te metiste?
-Coño...me regresé a casa a buscar unas vainas.
-Ah ok...¿Y mi sorpresa? -José David se sonrió y despeinó al chico.
-Vente. - Lo llevó al fondo del taller, había algo ahí adentro tapado con una lona. -Jala la lona.
David lo hizo y descubrió un carro. No era del año pero estaba en muy buenas condiciones.
-¿Y esto?
-Bueno, ¿No querías un carro?. Aquí lo tienes y te agradezco que lo cuides. -David abrazó a su papá dándole las gracias. José David cerró los ojos y no pudo evitar llorar.

Rubén apoyó con fuerza su mano sobre la cabeza de Berta mientras eyaculaba dentro de su boca, suspiraba. El chofer los veía por el retrovisor. Tenía una erección pero se volvió a concentrar en la vía.
Berta se levantó pasando su mano por la boca para limpiar el exceso de saliva, miró alrededor. ¿Que hacemos en la vía al aeropuerto?
-Vamos a la isla Los Robles, tengo una casita allá.
-Pero no traigo traje de baño.
-Lo compramos en el aeropuerto o allá. Quiero que conozcas mi casa, que ahora será tuya.
-¿Mía? 
-Si, quiero que seas mi mujer y lo mío es tuyo.
--Sigues casado.
-Eso va a cambiar.






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