jueves, 6 de mayo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 111

 


-Es la tercera vez que cambio mi guardia para compartir contigo que quieres intimidad y no se te para. ¿A qué jugamos? ¿Has ido al médico, ya no te gusto, estás con otra mujer?.

-¿Pero qué coño dices mujer? ¿Te voy a pedir que dejes de ir al trabajo si no quisiera estar contigo? No sé qué pasa...debe ser el trabajo, el estrés, que se yo.
-Bueno pues arregla ese estrés porque no voy a perder tiempo y dinero si tú no resuelves. Al final...-Se quedó callada.
-¿Al final qué? ¿Te estás acostando con alguien? -Ruben se levantó de la cama, estaba desnudo.
-Nada...no, iba a decir algo pero prefiero callarmelo y no ofender.
-Dilo, te estás tirando al piloto ese...lo sé.
-Yo sé que tú tienes a alguien con quién lo haces...por eso pasa esto, te gusta esa mujer.
-¿Qué mujer, acaso la has visto?
-No la he visto pero ya me lo acabas de confirmar. Mañana me voy al aeropuerto Rubén, no pienso dejar de ganar dinero por tu culpa, si no te quieres divorciar, pues tampoco me hagas de estos momentos algo desagradable, voy a pensar que disfruto más en el aire que en mi cama. A ti te pasa lo mismo, disfrutas más en otra cama que en esta.
-Olivia, yo no he estado...-La mujer hizo que se callara.
-No nos digamos mentiras, asumamos nuestros barrancos, mantengamos la fachada mientras podamos, tírate a esa mujer, la que sea y a mi déjame disfrutar volando.

Berta estaba en el taller limpiando los baños, la oficina y las áreas comunes. En uno de sus recorridos se le acerca Luigi, a lo lejos David los veía.
-Hola Luigi, desde hace días ni saludas, me evitas. ¿Ya no quieres nada conmigo? Yo si quiero contigo.
-No es eso señora, su esposo es mi jefe y bueno, tengo novia. Yo quería comentarle algo, un compañero de trabajo, Kelvin, el negro, ahora está cambiando el aceite a un carro, quería hablar con el jefe para un aumento de sueldo y bueno...como usted ahora lleva también la nómina, a ver si podía meter la mano y ayudarlo.
-Hay dos cosas que tienen que suceder si quieres ayudar a Kelvin.
-Dígame y yo hablo con él.
-No, las voy a hablar contigo. Si quieres que a tu amigo le aumente el sueldo tienes que acostarte conmigo y decirle que vaya ahora mismo a la oficina.
-Ya va, ¿lo de acostarme con usted tiene que ser ahora mismo? 
-¿Quieres? Podemos hacerlo en la oficina de mi esposo, él viene a las cinco de la tarde.
-No...no aquí, prefiero en su casa.
-¿Te excita hacerlo en la cama donde duerme tu jefe conmigo?
-Señora...¿Le digo a Kelvin que vaya ahora?
-Si, que termine el cambio de aceite y vaya a la oficina. Esta semana me mides el aceite tú. -Le guiñó el ojo y le acarició la mejilla, David vio desde lejos.
-¿Será que mi mamá se tiró a ese tipo o se lo va a tirar? Mierda...¿Y si le cuento a mi papá? Lo mato, pero primero la mata a ella y luego a este. Voy a preguntarle de frente al marico ese.

Luigi se acercó al carro donde estaba Kelvin y bajó la escaleras que dan al foso de cambio de aceite.
-Ya hablé con la mujer del jefe.
-¿Que te dijo?
-Que vayas a la oficina a hablar con ella cuando termines aquí.
-Coño, gracias mi pana.
-Esa mujer te va a pedir que te la cojas.
-Me la cojo, necesito la plata. ¿Tú no te la cogiste?
-Si, y quiere repetir, o sea que si me la cojo, te ayuda.
-Coño papá cógetela, échame una mano, sabes que el jefe es tacaño. 
-Me la voy a coger y te la vas a coger tú. Esta tipa es una perra.
-A mi me sabe si es perra o no, yo quiero el aumento y haré lo que sea, yo soy buen mecánico.

Berta estaba en la oficina esperando a Kelvin, aprovechaba para limpiar y acomodar. Recibe una llamada.
-Hola Rubén ¿Cómo estás?
-Bien mi reina, quiero verte, estoy solo de nuevo, mañana la casa está para mí por tres días.
-Ah que bien, ya sabes lo que tienes que hacer, mañana en la mañana me buscas por mi casa. Dame dinero que quiero ir a la peluquería y a comprarme ropa.
-Mi amor lo que usted pida yo se lo doy. Mañana te busca el chofer, cuadra y te quedas a dormir. -Colgó la llamada y tocaron a la puerta. Abrió, era Kelvin.
-Buenos días señor Berta.
-Buenos días, pasa.
-Le iba a decir si me puedo lavar un poco, estoy lleno de grasa.
-No te preocupes, cierra la puerta con llave. -Berta cerró las persianas. -Ya te debe haber dicho Luigi para que te hice venir.
-Bueno si, para hablar de mi...-Berta dejó caer el vestido.
-El aumento es tuyo si sabes a lo que viniste.-Kelvin se bajó el cierre de la braga hasta más abajo del ombligo.
-No te la quites, sácatelo y penetrame. -Berta se pegó a la pared, Kelvin se acercó, le quitó la pantaleta, le cogió una pierna y la penetró. El mecánico la empujaba contra la pared, Berta gemía y le puso la mano en la boca.
-No grite. Los pechos y la barriga de Berta estaban machados de grasa, Kelvin estaba sudado. La besó y ella respondió al beso.
-Tú como que de verdad quieres ese aumento. Te estás esforzando.
-Si quieres repetimos en una cama. -Se detuvo y volvió a empujar. -Ahí me haces socio de este taller.
-AAAAH, Aaah, sigue, primera vez que me coge un negro.
-Y si quieres no será la última. -Kelvin seguía dando empujones mientras lamía los penzones. -Voy a acabar.
-Adentro, échamela adentro negro, anda, lléname. -El hombre dio un último empujón y se quedó aprisionando a Berta contra la pared mientras acababa dentro de ella.

-Listo, acomodate y sal de aquí.
-¿Puedo lavarme?
-En el baño de afuera. ¿Cuánto estás ganando?
-80 dólares, soy el mecánico que menos gana.
-¿Te parece bien 200? Ahí vemos cómo ajustamos.
-Wow me parece muy bien, más de lo que esperaba.
-Demuéstrame que eres buen mecánico y un buen semental y te duplico el sueldo, te hago jefe del taller.

Kelvin salió de la oficina, estaba sudado y acalorado pero feliz. David lo vio salir y fue a la oficina. Berta se arreglaba el cabello y se abanicaba, tenía los brazos llenos de grasa.
-¿Que estabas haciendo aquí?
-Hablando con uno de los mecánicos cariño, hay que hablar con esta gente sino se te monta encima.
-Estás llena de grasa.
-Es que me ayudó a mover unas cosas y me manché.
-¿Seguro?
-Bueno David, ¿Que pasa? Soy la que maneja la nómina.
-Estás acalorada y aquí hay aire, estás llena de grasa y de aquí salió Kelvin igual de sudado que tú.
-Hijo, a veces hay que hacer ciertas cosas para que todo siga marchando. Yo quiero mantener esta empresa en el buen nivel que está, hay que hacer sacrificios.
-¿Te tiraste al negro ese?
-Cariño, tú le pediste a tu padre un carro y entrar a la universidad ¿Verdad?. Bueno, haz un esfuerzo y deja los asuntos internos del taller entre tú y yo y pronto, pronto tendrás lo que quieras, yo me encargaré de eso.
David se quedó mirando a su madre, ella se acercó y le dio un beso en la mejilla. -Voy a ducharme porque no quiero que tu padre me vea en estas fachas.

-Marico que jeva más buena. Una diabla.
-¿Te la cogiste?
-De una ras ras, se quitó el vestido y véngase papá y zas la clavé pegada a la pared. Uuuf que cuca tan apretadita y caliente. Y la pana es cuarentona y está bien buena.
-Si, tira que te cagas. ¿Qué te dijo de tu pago?
-Eso va.
-¿Te dijo cuánto?
-Eso papá no te lo voy a decir. Lo que si te voy a decir es que con mi primer nuevo sueldo nos vamos a caer a palos, yo te invito.

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