viernes, 14 de mayo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 119

 


La camioneta de Castro tenía una falla y Agustín le prestó su carro para ir a trabajar. Le daría la cola al automercado y se iría a la obra.


-¿Me buscas a las cinco?
-Claro mi flaco. -Agustín abrió la puerta. -¿Tú te vas a ir sin darme un beso? -Cerró la puerta y se le acercó a Castro que lo abrazó y lo arrimó a su pecho dándole un beso apasionado. -Me tienes pasando hambre flaco, puedo entender que tengas el culo destruído pero ni una mamada me has dado.
-Amor hemos llegado cansados y nos levantamos tarde como hoy.
-Dale una mamada ahora anda, rapidito, te acabo enseguida.
-¿Tú estás loco? ¿Aquí en la calle?
-Coño no hay nadie, al mediodia es que hay gente.
-Estamos en mi trabajo Castro.
-Más morbo, dale. -Castro se desabrochó el pantalón y sacó su enorme pene.
-Un ratico. Agustín comenzó a mamar y Castro apoyó la cabeza en el asiento y cerró los ojos acariciando el cabello de su novio que ya estaba concentrado y con el pene en su boca.

Pasaron dos muchachos vieron la escena y se fueron pero siguieron su camino. Una madre y su niña también vieron a Castro.
Agustín no le cantaba la mirada, Castro suspiraba y empujaba la cabeza de Agustín.

Se escuchan murmullo de gente alrededor del carro, Castro abre los ojos y se acerca un policía, toca la ventana y Agustín se levanta de golpe y sale del carro.
-¡Flaco!.
-Ciudadano salga usted también del vehículo y me da sus documentos y los del carro, usted también joven.
Agustín saca su DNI y se lo entrega, al levantar la.mirada ve a varios empleados del automercado viendo el incidente.
-Estaban cometiendo actos lacsivos en la vía pública.
-Disculpe oficial pero estamos dentro de un vehículo y es una propiedad privada, ahí dentro puedo hacer lo que me dé la gana.
-Por supuesto, pero no en la vía pública.
-Señor oficial. -Le hablaba Agustín. -Vamos a resolver este inconveniente de la mejor manera, estoy en mi lugar de trabajo.
-Eso no es problema mío, ustedes cometieron una falta y serán detenidos por alterar el orden público.
Castro comenzó a molestarse, veía al policía con rabía. Apretó el puño.
-¿Pero que orden público? -Gritó Agustín.
-No me alcé la voz ciudadano que aquí la autoridad soy yo. -Castro le lanzó un golpe en la cara que el policía cayó al piso deslizándose. Su compañero salió de la patrulla apuntando a Castro.
-No se le ocurra moverse, ambos quedan detenidos. José, José, ¿Estás bien? -Empujó el cuerpo con la pierna y el policía se movió.
-Apenas te muevas te descargo el arma. -Castro se volteó rápidamente antes que le pusieran las esposas y golpeó al otro policía tumbándolo al piso. La gente alrededor se le abalanzó a Castro. Gritaban y Agustín intentaba ayudarlo sin éxito. Llegó otra patrulla y está vez inmovilizado a Castro y lo detuvieron.

De Agustín se olvidaron, pero el cogió el carro y siguió a las patrullas. Llamó a Otro para que lo ayudara con la detención.

Llegaron a Los Robles y fueron directamente a la casa de Rubén que justo al lado tenía una posada.
-¿Y esta casa es tuya?
-Si y la posada también y pronto será tuya.
-¿Mía, pronto?
-La voy a poner a tu nombre. -Entraron a la casa, era bastante sencilla, de hecho algo descuidada pero estaba bien equipada y la cocina estaba llena de comida y bebidas.
-¿Y por qué quieres poner esto a mi nombre, a cuenta de qué?
-Quiero que seas mi mujer.
-Yo estoy casada.
-No me interesa, esto igual será tuyo. Tu vas a ser mi mujer así estés casada. -Berta veía la casa mientras Rubén se desnudaba detrás de ella.
-Bueno, cuando quieras hacemos el papeleo. -Se volteó y vio a Rubén desnudo y el pene erecto.
-Con mi esposa ya no se me para, pero te veo a ti se me pone duro. Después de hacerte el amor arreglamos los papeles y mañana mismo esto estará a tu nombre. -Berta dejó caer el vestido.
-Hazme el amor rápido para irnos, tengo que estar en mi casa en un rato.
-Tengo que eso no se va a poder mi amor, hoy no, mañana, te quedas a dormir conmigo.
-No puedo Rubén.
-Hagamos el amor y luego discutimos. -Se besaban mientras iban caminando desnudos hacia la cama. Se tumbaron y Rubén la penetró. Comenzaron a hacer el amor, una ventana tenía vista al mar distrajo a Berta mientras Rubén concentrado no paraba de moverse y gemir.
-Siempre soñé con una casa así. -Hablaba mientras Rubén le hacía el amor y la movía sobre la cama. -Y ahora va a ser mío todo esto. Viviré aquí con mi familia.
Rubén le tapó la boca y comenzó a mover se más rápido, la abrazó con fuerza mientras acababa dentro de ella. La soltó, Berta se levantó desnuda y se fue a la ventana, cerró los ojos y aspiró oliendo el mar y sintiendo la brisa.

-Toma esta copa de champaña y brindemos.
Chocaron las copas y ambos bebieron todo lo que había en la copa.
-Unos minutos después Berta estaba relajada, con la mirada perdida, sonriendo.
-Entonces te quedas a dormir en este paraíso.
-Si, será, no debería pero me quedaré contigo.
-Que bien, ponte el traje de baño y nos vamos a firmar los papeles para que esta casa y la posada sean tuyas.

Llegaron a tierra firme a firmar los papeles y regresaron al archipiélago. Volvieron a tomar. Berta estaba sin voluntad lo que le pedían ella lo hacía así que se vio desnuda en el mar bañándose con Rubén que le volvió a hacer el amor ahora en el agua.

Luego de tres días drogada sin poder hacer más nada que obedecer y ser violada por Rubén, regresa a su casa con la mente nublada y sin recordar gran cosa. Rubén la deja en su edificio, la besa y le dice que pronto se comunicará con ella.

En su apartamento la esperaba un esposo angustiado y con una denuncia de desaparición. Había dicho que su esposa estaba con un fiscal pero no recordaba el
nombre.
Berta, de manera automática abre la puerta del apartamento y entra.
-PAPÁÁÁÁ LLEGÓ MAMÁ -José David llega a la sala, la ve y la abraza, ella con los brazos caídos.
-¿Donde estabas? ¿Que te hicieron? ¿Que tienes?
-Me voy a acostar, ¿Si? No me molesten, yo no quiero nada...yo no...me voy a mi cama...¿Me llevas?
-José David la llevó a la cama, le quitó la ropa y la dejó acostada. Llamó a la policiá y notificó la aparición. Quedaron en ir al apartamento para interrogar a Berta.
-Vengan mañana, está profundamente dormida, creo que la drogaron.

José David entró a la habitación, la ve dormida, la coloca boca arriba y le ve la vulva, la ve roja e inflamada. -La violaron. -José David se pone a llorar.

Berta abre los ojos. -Soy dueña de una posada, Rubén me la dio. Tengo una posada amor. -Cerró los ojos y permaneció así por 24 horas más.

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