sábado, 15 de mayo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 120

 


-Entonces lo de vivir juntos está en veremos. -Le decía Jorge a Ignacio mientras almorzaban en la feria del centro comercial.

-Si, porque bueno, Renato me dijo que podía quedarme el tiempo que quisiera ahí  y coño quiero ahorrarme los reales a ver si termino de arreglar mi carro, lo he dejado pasar.
-Yo me había hecho ya la idea de vivir y dormir juntos, tirar.
-¿Terminaste de comer?
-Si...¿Tú  escuchaste lo que dije?
-Acompáñame al baño.
-No tengo ganas de orinar.
-No vamos a orinar.
-Bueno cagar menos y no voy a acompañarte a cagar marico.
-¿Me puedes acompañar?
-Ay este quiere tirar en el baño, que ladilla.

Entraron al baño y habían dos hombres en los urinarios, voltearon a verlos y siguieron en lo suyo, uno le tocaba el pene al otro masturbándolo.
Ignacio entró a una de las pocetas y le hizo señas a Jorge para que entrara.
-Coño hay gente.
-Esos están en lo mismo que nosotros. -Hablaban en susurro. -Ignacio se bajó el cierre y desabrochó el pantalón. -Mámalo. -Jorge se sentó en la poceta, comenzó a pasarle la lengua al pene para humedecerlo y luego introducirlo en su boca. Sentía como iba creciendo, mientras Ignacio le ponía una mano en la cabeza para que se lo metiera completo.
Jorge se lo tragaba todo y movía su lengua. Lo sacaba de su boca y mordisqueaba el glande jugando con los testículos.
-Te quiero coger.
-Aquí no, nos van a descubrir.
-Aquí si, bájate el pantalón. -Jorge se levantó y se bajó el pantalón y el interior hasta los tobillos. Se dio la vuelta e Ignacio escupió saliva en el culo de su novio y luego en su mano, mojó su pene y comenzó a penetrarlo. Jorge gemía intentando no hacer ruido pero los hombres de lo a urinarios miraban las cuatro piernas juntas y los pantalones abajo
Se acercaron a la puerta y tocaron.
-¡Está ocupado!
-Abran, queremos ver. -Dijo uno de los hombres. Ignacio abrió la puerta y los hombres se colocaron tapándose con la puerta por si alguien llegaba, dar chance de acomodarse. Se estaban masturbando viendo cómo Ignacio penetraba a su novio que se sostenía de la lámina que tenía frente a él.
Le metía todo el pene y lo sacaba completo, los hombres se besaban mientras se masturbaban.
-¿Te lo quieres coger? -Le dice a uno de los hombres, Jorge voltea a ver a Ignacio sin poder creer lo que acaba de escuchar.
-No tengo condón. -Ignacio retira el pene del culo de Jorge y se agacha a buscar en el bolsillo de su pantalón, saca dos condones y se los da a ambos.
-No chamo ¿que es eso? No me van a coger aquí.
-Deja la vaina, a ti te gusta eso, dale tú primero.
-¿Ah es que me van a coger los dos? Aaaay. El hombre le introdujo el pene de una sola vez, pero el otro no esperó y se fue detrás y penetró al que penetraba a Jorge. Ignacio miraba mientras se masturbaba. Jorge veía a Ignacio. -Disfruta.

El hombre que penetraba a Jorge retiró el pene y lo sustituía el otro que se fue detrás para ahora penetrarlo. Ignacio se colocó otro condón y les dijo que se pusieran frente a la poceta. Sin retirar sus penes se movieron e Ignacio penetró al último. Al baño entraron un hombre maduro y un chico que no se percataron de la escena hasta que voltearon y vieron la orgía. El señor estaba sorprendido, el muchacho comenzó a mastubarse al ver el tren que armaban los cuatro hombres.

Jorge recibía los empujones y fue el primero en acabar, luego el hombre que estaba entre el que penetraba a Jorge e Ignacio. Acabó soltando un grito el que estaba penetrando a Jorge y de último Ignacio que retiró su pene, se quitó el condón y derramó el semen en las nalgas del hombre.

Tanto el señor como el muchacho se voltearon y siguieron haciendo como que orinaban pero ambos estaban excitados y con sus penes erectos.

Se acomodaron los cuatro y salieron del baño. El señor y el chico se quedaron viendo el pene de cada uno y se los tocaron.

-¿Intercambiamos números? Esto tenemos que repetirlo. -Dijo Ignacio.
-Yo me tengo que ir. -Dijo Jorge.
-Ya va, ya nos vamos. -Se dieron los números. -¿Tienen sitio?
-Si, yo vivo solo, se pueden venir a mi casa, cuadramos y listo, Le puedo decir a más gente y montamos una vainita, unos tragos, unos pases y curda.
-Perfecto. Dale, estamos en contacto. Ignacio se despidió de los hombres y Jorge tenía cara de estar molesto.
-¿Que te pasa?
-Tiramos en el baño y dejaste que esos dos me cogieran y ahorá cuadras una orgía con esta gente que acabas de conocer.
-Yo no te vi resistiéndote a la cogida, te quedaste tranquilito llevando tres palos.
-¿Sabes que Nacho? Vete a la mierda, ya no aguanto tus ganas de tirar en cuanto lugar se te antoje y lo de hoy ya sobrepasó todo. No me llames ni me busques.
-Pero...Jorge...ya va coño, vamos a hablar...JORGE. -El muchacho salió del centro comercial e Ignacio regresó a su local.

En la tarde Ignacio regresaba al apartamento de Renato. Se quitó la ropa y se quedó en boxer. Renato llegó y lo vio en la sala.
-¿Que haces medio desnudo?
-Hola Renato buenas tardes. Tengo un boxer. Te estaba esperando para conversar contigo, tomarnos unos traguitos.
-Ya no tomo Nacho.
-Coño vale, acompáñame a beber un traguito, yo te lo preparo. -Renato lo miró a los ojos.
-Uno solo, me ducho y regreso, ponte una franela.

Renato regresaba e Ignacio le entregó el vaso. Comenzaron a hablar. Quería saber que le hizo a Renato seguir el camino de la iglesia. En un segundo trago Renato le contó lo que había pasado. Cuando iban por el tercer trago Ignacio le pide prestado el carro a Renato.
-Voy a una discoteca a las 11 y no quería ir en taxi.
-Es preferible que te vayas en taxi porque seguro vas a seguir bebiendo.
-De bolas, pero tranquilo que yo manejo bien. ¿Quieres otro trago?
-Uno más y ya. Ignacio regresaba con los tragos.
-Vamos a hacer algo mejor. Te vas en taxi y cuando ya te vengas me llamas y yo te busco.
-¿En serio?
-Si, prefiero hacer eso, así te vienes seguro, no importa la hora yo te busco. -Ignacio se le abalanzó y le dio un beso en la boca, Renato sorprendido se quedó con los brazos alzados pero respondiendo al beso.
-Sigues besando divino Renato.
-No vuelvas a hacer eso...
-¿Por qué, no quieres caer en la tentación?
-No es eso, no está bien, tú tienes novio.
-Me botaron hoy, así que celebro mi soltería en la discoteca y cuando regrese tiramos tú y yo.
-Eso no va a pasar.
-Claro que si. -Ignacio le dio otro beso y está vez Renato lo abrazó sintiendo como su pene se levantaba.


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