martes, 16 de marzo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 65

 Lorenzo y José llegaban a la posada donde le habían prometido trabajo y techo.

El carro lo estacionó en un pequeño terreno de la posada que sirve de estacionamiento, llamó a Sala'o para decirle.

Bienvenidos chicos. Escuchen bien, ustedes van a estar pendiente de la limpieza de la posada y las habitaciones, ahora le vamos a dar un entrenamiento por tres días para que sepan cómo hacerlo. Por nada del mundo la gente puede enterarse que ustedes trabajan aquí, cuando vengan los inspectores de trabajo y turismo, se esconden.
Mi esposo y yo nos vamos de vacaciones dentro de una semana pero se queda a cargo mi hijo Leonardo. -El hombre vio a los chicos sonriendo mientras se tocaba el pene. -Mientras no estén trabajando pueden estar en su habitación o en la piscina o salir pero sin decirle a nadie dónde viven por favor.
-Mi hijo les va a indicar dónde está su habitación. ¿Tú eres Lorenzo, no?
-Si, quédate con nosotros un momento.
-Es que...quiero ayudar a José...por.
-Tranquilo, ellos vienen ahora.

-Bueno, aquí será la habitación de ustedes. -Leonardo cerró la puerta. -¿Ustedes son hermanitos?
-Novios.
-Upa novios, que morbo. -Leonardo agarró a José por el cuello. -Tengo ganas de cogerte. ¿Cómo te llamas?
-José...pero...yo... -Leonardo le apretó más.
-Tranquilo que hoy no será, cuando me quede a cargo de la posada serás mío. Y cuidadito con decir algo porque te mato y luego mato a tu novio y en este pueblo es fácil desaparecer a dos menores como ustedes que nadie conoce. -Se bajó el cierre y sacó su pene.
-Mámalo para que vayas probando lo que te voy a meter. ¡Agáchate! -Lo empujó para que se bajara y mamara. José lo hizo, cuando ya tenía el pene en su boca Leonardo se lo retiró. -Ya, vamos a salir. Ya sabes lo que te dije ¿No? Calladito.

Regresaron donde estaban los señores, padres de Leonardo.
-Ya te encargas tú de decirle a tu amigo las otras cosas y las condiciones ¿Ok?
-Señora Magaly, otra cosa. -Se apartó de los demás para que no escucharan. -José y yo tenemos pensado ir a los lugares turísticos de esta zona para acompañar a los turistas y contarle la historia y así ganar dinero.
-Excelente, eso se puede cuadrar con los que trabajan con nosotros en los paseos ¿Te parece? Siempre y cuando terminen su trabajo en la posada.
-Claro, claro.

Lorenzo y José fueron a su habitación a acomodar sus cosas.
-¿Que te dijo el tipo ese? Leonardo.
-Nada, que él se queda encargado de la posada mientras sus papás están fuera y que tenemos que ir derechitos.
-No me gusta ese carajo. Ten cuidado con él, cualquier vaina extraña me dices.
-Yo no quiero irme de aquí ya, vamos a quedarnos.
-Aqui estamos de paso amor, a lo mejor estamos más tiempo que en el otro pueblo pero de aquí nos vamos, pero si ese tipo hace algo, nos vamos de aquí. -José bajó la mirada.
-Ok.
-¿Ese tipo te dijo algo?... José.
-Que no Lorenzo, nada, solo eso que te dije. Vamos a desayunar.
-Si, porque ya empieza nuestro entrenamiento.

Leonardo entró con los chicos a una de las habitaciones y les enseñó como colocar las sábanas, primero practicó con José y luego con Lorenzo que le costaba estirarla. Cada vez que la ponía mal, Leonardo la quitaba, los tres se reían. Les mostró como se colocaban las cosas en el baño y en la peinadora.
-Estos son los productos para limpiar los baños, el piso se barre y solo se pasa la mopa con agua tibia, solo agua, no inventen echarle otra cosa. Vamos a practicar de nuevo con las sábanas. 
Luego de media hora practicando tendiendo la cama, terminaron por el día de hoy. -Van bien, van bien, pero hace falta más práctica. -José y Lorenzo chocaron las manos y se dieron un beso.
-Eso besos se los guardan para dárselos en su cuarto, delante de los huéspedes no estén con esas mariqueras ¿Ok?
-Si señor.
-Vamos a la cocina, porque una vez a la semana hay que limpiarla a profundidad. Sigan. -Leonardo le puso la mano en la espalda a Lorenzo que viendo la actitud del hombre, bajó la guardia.
-Buenos días muchachos, les presento a mis primos Jose y Lorenzo, ellos quieren pasar unas vacaciones ayudando en la posada así que van a aprender varias cosas, espero que los puedan ayudar.

Leonardo les explicaba las estaciones que se deben limpiar a profundidad, los productos. -En la práctica lo verán con más detalle.
-Yo quiero aprender cosas de cocina.
-Bueno, en tus ratos libres vienes o vienen ambos y ellos les dan unos consejos.
-¿Y la piscina también la limpiaremos?
-No, pero también pueden ver cómo se hace para que aprendan. Vamos a almorzar y regresamos a una habitación a practicar.

Luego de almorzar con los padres de Leonardo y él también, les dijo que descansarán un momento para seguir.

-Creo que lo vamos a pasar muy bien aquí.
-Yo también creo mi amor. -Lorenzo se abalanzó sobre José quitándole la ropa, desde hace rato quiero cogerte amor.
-Cógeme. -José levantó las piernas y Lorenzo le chupaba el culo, así estuvo unos cuantos minutos, se levantó y comenzó a penetrarlo poco a poco. Se puso las piernas en el pecho.
-¿Quien te coge mejor, Sala'o o yo?
-Tú.
-Mentiroso amor. -Seguía moviéndose ahora más rápido. -Sala'o tiene más experiencia pero yo tengo más amor hacia a ti.
-Te amo.
-Y yo.
Se abrió la puerta. -Chicos vamos a las clases...uy perdón. -Leonardo cerró la puerta y se quedó ahí riéndose.
-Coño pero ¿Por qué no toca antes de entrar?
-Hay que ponerle el seguro.
-Que corta nota...quería seguir.
-Esta noche me coges.

Se vistieron y salieron del cuarto, estaba Leonardo esperando.
-Chicos disculpen la interrupción, pensé que dormían.
-Tranquilo, voy un momento a la cocina a preguntar una cosa. -Dijo Lorenzo.
-Tu novio me está dejando la vía abierta para que te coja y te comas toda mi verga. La mía es más grande, te va a doler y quiero que te duela.
-Leonardo, yo no quiero problemas...
-Yo tampoco, yo quiero que lo pasemos bien, yo me aburro aquí solo. Ahí viene tu novio, vamos a la cabaña.

-José, entra a la cabaña, la cama está sin hacer, haz la cama tú solo y ahora entramos Lorenzo y yo.
Esperaron afuera.
-¿Cómo están?
-Bien...me gusta esto. Oye, cuando llegamos y te vi me diste mala vibra, no me gustó tu mirada, pero ahora que estamos practicando contigo y eres amable con nosotros, me caes bien.
-Ja ja ja, me suele pasar, la gente se crea una imagen de mi que luego cambia. Y con ustedes me siento bien, enseñar a chamitos de su edad es gratificante, siento que aprenden más de todo.
-Le dije a José que tuviera cuidado contigo. Disculpa.
-¿Cuidado? ¿Por qué?
-No se, por lo que te dije antes.
-No haría nada que ustedes no quisieran o los moleste, lo que quiero es que se sientan cómodos conmigo y más dentro de una semana que nos quedamos nosotros tres.
-Bueno y el resto del personal.
-Claro. Por cierto, mi habitación está al lado de la de ustedes por si necesitan algo, estoy cerca.

-Hay que estar pendiente de este pana...parece bueno...parece.




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