martes, 23 de marzo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 72

 


Berta dejó a sus hijos en el transporte, subió y buscó su cartera para irse a la iglesia.

-Yo espero que hoy sí tengamos el almuerzo listo para cuando llegue.
-Ahí están los bistec y haces arroz en la arrocera. A lo mejor vengo a lo mejor no. Tú también eres padre de nuestros hijos y vives en esta casa, compartamos responsabilidades.
-Yo trabajo Berta, todo el día.
-Yo también.
-¿Este fin de semana quieres ir al cine y cenamos afuera? Tú y yo.
-Si, me parece bien. Esta noche tendremos relaciones sexuales.
-Dios, ahora el sexo es con horario. Hoy no me cojo a la carajita. Está bien, me parece bien.
-Berta regresó a su habitación y se quitó la ropa interior, la miró y la tiró al suelo, fue a la cocina y buscó una bolsa. Abrió la gaveta dónde guardaba su ropa interior. -Son horrorosas estas pantaletas y sostenes. -Sacó la gaveta y la vació en la bolsa.

Salió con la bolsa para botarla.
-¿Que haces con eso?
-Hice limpieza de mi ropa interior, está horrible. Tú deberías hacer una limpieza también.
José David se levantó de la mesa. -¿Vas a comprarte unas pantaleticas chiquitas, un hilo?
-No José David, esa ropa interior la usan las mujerzuelas, esas, las que te gustan a ti.
-Tú deberías ser una mujerzuela en nuestra cama. -Berta le dio una cachetada.
¡Respeta José David! Soy la madre de tus hijos.
-Coño Berta, ¿Qué tiene de malo? Eres madre pero también mujer, que te pongas perra tirando no tiene nada de malo.
-Grosero. Dame tu tarjeta de crédito.
-Si me dices que te vas a comprar unos hilos y unas pantaleticas de encaje te doy dos tarjetas.
-Voy a comprar alguna ropa interior para mí, veré si consigo interiores.
-No, no no, yo compro mi vaina. Y no te vuelvas loca comprando, mira que si aparece el carro no sé si hay que meterle plata. 
-Ay José David, no seas tacaño, tienes dinero para eso y para que yo renueve mi lencería.
-Ve y gasta mujer.

Berta se fue a la iglesia, mientras caminaba sentía que el aire corría por su entrepierna y sonreía. Ya iba tarde, estaba consciente de eso.

-Buenos días padre Ramón.
-Buenos días Berta, de nuevo tarde.
-Tengo una justificación, hoy boté toda mi ropa interior y compraré nueva. -Llegó a la cocina y buscó la harina y agua para amasar.  Comenzó la mezcla y se acercó Ramón por detrás y le tocó las nalgas.
-Estás sin pantaleta, que bien. -Berta con las manos llena de masa se volteó.
-Padre, hale esta cinta. -Ramón deshizo el lazo y el vestido se abrió de par en par dejando a Berta totalmente desnuda.
-Que rica estás. -Ramón se arrodilló y con dos dedos comenzó a rozar la vulva hasta introducir los dedos, la mujer comenzó a lubricar, metía sus dedos en la boca limpiándose la masa. Ramón se acercó y empezó a pasarle la lengua  con los dedos aún dentro de ella.
-Padre tengo ganas de orinar.
-Orina, sin pena. -Berta se relajó y comenzó a orinar mientras Ramón recibía el líquido en su boca con los dedos moviéndolos. Berta tuvo un orgasmo que la hizo gritar y lubricar más. Ramón se levantó.
-Mámame el guevo, está sucio y acabo de orinar. -Ahora Berta se agachaba y se introducía el pene en la boca, el pene olía a sudor y orina pero a ella no le importó y siguió mamando hasta sentir el tibio semen mojar su boca.
-Sigue con el desayuno mientras me ducho.
Berta terminó el desayuno y colocó las cosas en la mesa, se sentó y esperó a Ramón a que llegara. El cura se acercó, le dio un beso en la boca a Berta y se sentó.
-Señor bendice esta comida y a la persona que la preparó. Muchas gracias por la comida y la compañía, amén.
-Amén.
-¿Cómo está David?
-Ay padre, hable con él  el domingo para que lo ilumine, José David ya no le va a pagar los estudios y lo puso a trabajar en el taller.
-Bueno ese niño tiene que aprender a ganarse las cosas y saber ser responsable.
-¿Usted lo extraña padre o conmigo se siente pleno en el sexo? Si usted tiene deseos de estar con un hombre puede hacermelo a mi por detrás la veces que quiera.
-Ya veremos Berta, ya veremos, tu estás aquí y eso es importante.
-No quisiera encontrarme una mañana a un joven en su cama.
-Deberias llenar ese espacio tú, quedándote. Ya que tu marido no cumple su labor de esposo, lo hago yo.
-Le prometí que hoy lo haríamos, va a llevarme al cine y a cenar el fin de semana. -Ramón le metió la mano por el vestido y le tocó la vagina.
-¿Entonces está amiguita va a llevar doble ración? -Le metió los dedos y Berta lubricó.
-Padre no haga eso. -Ramón sacó los dedos y se lo pasó por los labios a Berta que cerró los ojos y chupó los dedos.
-Padre, ahora recojo la cocina, le plancho la sotana y voy a salir a hacer unas diligencias.
-Ok pero te quiero aquí antes de las cuatro para darte lo tuyo.
-Asi será padre.
-Ve pensando en lo de quedarte a dormir. Me voy a clases, ¿Renato te dio los documentos de los bautizos del mes pasado?
-Si padre, ya eso está archivado. Recuerde decirle a Renato que pase el sábado a acomodar las dos lámparas y lo de la poceta.
-Yo le digo. Dios te bendiga.
-Amén.

Berta se fue al centro comercial, al entrar buscó el directorio que estaba a un lado de la entrada. Un monitor táctil. Comenzó a buscar tiendas de lencería femenina. Ubicó dos y anotó.
Fue a la primera tienda, al verla desde afuera se impresionó de lo grande que era, estaba un poco nerviosa, nunca había visto tanta ropa interior femenina junta y con tantos modelos y colores. Entró.

-Buenos días señora, bienvenida.
-Buenos días, gracias.
-¿Busca a algo en especial?
-Estoy un poco abrumada con tanta ropa interior, no sé que ver.
-Bueno comencemos por el principio y así la puedo ayudar a escoger la prenda perfecta para usted.
-Bueno, está mañana boté tooooda mi ropa interior, de hecho no cargo, estaba vieja y obsoleta.
-Bien, entiendo, vamos por lo básico.
-En realidad estoy buscando prendas que sean...como le digo...de zorra, bien perra. -Hablaba en voz baja. -Cuando mi marido me vea me la quiera arrancar con los dientes.
-Ya...-La dependienta estaba un poco sorprendida. -Vamos al fondo dónde tenemos prendas un poco más sexys que estas.
-De estas también quiero, no siempre voy a salir con este tipo de ropa, al médico o algo.

La chica le sacó varios modelos de encaje rojo, negro y blanco. Le pidió la talla y fueron a tomarle las medidas de la cadera y el busto.
-Pero estos de encaje tengo que depilarme, sino se ve horrible. ¿No puedo probármelo cierto?
-No señora pero con estas medidas le voy a dar la talla perfecta para la parte de abajo y la de arriba y se sentirá muy bien.
Berta escogió dos modelos de los de encaje y de cada modelo los tres colores para luego ir a escoger los modelos clásicos. En total se llevó 15 piezas y la tienda le regaló otra prenda. -Llevese está con liguero, no la va a dejar mal.
-Gracias, tome la tarjeta. -La mujer la pasó por el punto.
-Listo, gracias por su compra.

-COÑODELAMADRE ¿Pero esta mujer que carajo compró?
-¿Qué pasó papá?
-Que entre tú y tu madre me van a matar de un infarto. Se acaba de gastar 400 dólares en pantaletas. No joda en el mercado del Centro venden 5 pantaletas por 10 dólares.
-Verga pero a mí ni me dejan comprar un coño y a mi mamá le das la tarjeta de crédito.
-Tú calladito, cuando cobres tu primer sueldo te lo gastas en lo que te de la gana.

-¿Conoce un sitio aquí adentro donde hagan depilaciones?
-Suba un nivel en el Centro de la Belleza, hay una estética pero creo que es por cita, vaya y pregunte de todas maneras.

Efectivamente había que hacer cita pero hasta al mediodía no habían clientas así que la hicieron pasar.
-Quiero que me quiten los vellos dónde no tiene que ir los vellos en una mujer moderna.
-Vamos a pasar, se quita la ropa y vemos lo que realmente necesita y quiere y aquí se lo hacemos.
Berta se soltó la cinta y se quitó el vestido, la mujer sorprendida que estaba sin ropa interior. -Suba los brazos.

-Ok serían axilas, cavado profundo y tiro de cola.
-¿Me puede explicar?
-Depilación vaginal total, incluído cerca de los labios y depilación anal.
-Perfecto. ¿Cuánto es eso? 
-180 dólares.
Berta quedó fascinada con el resultado y pagó feliz. 

-Tu mamá me va a desangrar hoy, ya lleva 600 dólares y apenas es la mañana.

Berta pidió el baño y se colocó una de las piezas que se compró, la lencería de encaje blanca. -¿Que tal se me ve?
-Muy bien señora, tiene un cuerpo hermoso y el hilo le queda bien.
-Gracias pero necesito el ojo de un hombre. Muchas gracias por todo. ¿Dónde me queda un baño?
-Sale del local y a mano izquierda camina dos locales y ahí están los baños.

Antes de ir al baño, entró a la peluquería para un cambio de look. Una hora y 50 dólares después salió con el cabello ondulado y reflejos y un poco más corto, se había quitado unos años de encima.

Caminó por el pasillo de los baños y entró al de cabelleros. En el urinario estaba un hombre de traje y cobarta orinando.
-Disculpa señor. -El hombre volteó asustado y dejó de orinar y se guardó el pene.
-Ay no se asusté señor, no vengo a robarlo ni nada, necesito que me de su opinión. -Volvió a deshacer el lazo y dejó caer el vestido. El hombre abrió los ojos, pasando su mano por la boca y barbilla.
-Bien...bien...¿pero esto...de que se trata? -Berta se dio la vuelta mostrando el hilo. -Coño ¿pero está tipa que quiere que se me pare el güevo aquí? ¿Que me la coja?
-¿Le gusta la lencería?
-Si, si...se ve muy bien, pero señorita, vístase que puede venir alguien.
-Eso es todo lo que quería saber señor gracias por su opinión, pero su cara me dijo más. -Se puso el vestido y se fue.

-¿Y esta loca? ¡Que buena estaba! ¿No me habrá echado burundanga y no me di cuenta?
Le cuento esta vaina a Rosa y no me cree, espero que ninguna de las dos esté afuera.


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