miércoles, 17 de marzo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 66

 


Desde que estuvo con Héctor en la clínica y el incidente sexual, Oto no se había comunicado con él, no quería seguir viviendo en el apartamento pero no tenía dónde ir ni tampoco el dinero para pagar un alquiler. No iba a decirle a Ignacio para vivir juntos de nuevo y en casa de su amigo Agustín era impensable. A pesar de ese panorama estaba decidido a poner la renuncia en uno de los bufetes más importantes del país.


-¿Lo has pensado bien? ¿Sabes lo difícil que es conseguir un trabajo como este? -Jaime, el socio de Héctor hablaba en su despacho con Oto.
-Estoy consciente de eso Jaime, pero quiero cortar todo vnculo con Hector asi me duela y me esté muriendo de amor por él. -Jaime tomó un papel del taco que tenía frente a él y un bolígrafo. Escribió algo y deslizó el papel hacia Oto.
-Ese el monto de tu nuevo sueldo, lo acordamos entre todos. Que estuviéramos de acuerdo los cuatro fue un milagro. -Oto vio el monto y no podía creer lo que leía.
-No lo estés diciendo por ahí porque se nos viene encima el bufete. ¿Vas a renunciar después de saber esto? Retroactivo a dos meses.
Oto se quedó callado unos segundos pensando. Realmente era un monto para nada despreciable, sería un tonto si renunciaba. Cuando iba a responder, Jaime recibió una llamada.
-Pásamela...Hola, buenos días José David, que extraña tu llamada...entiendo, tranquilo, eso se resuelve hoy mismo, yo te mando un abogado, tranquilo, tranquilo, de eso hablamos luego, te pones de acuerdo con él. Va enseguida.- Colgó la llamada.

-Mientras lo piensas, que en realidad no hay nada que pensar, quiero que te encargues de un caso de robo. Está involucrado el hijo de nuestro mecánico, están detenidos en la comisaría 54, en el directorio tienes la dirección. ¿Puedes con eso? Te encargo ese caso.
-Claro no hay problema, ya salgo para allá. En cuanto a lo otro Jaime...
-Finiquita este asunto y luego con calma hablamos.
-Acéptame la renuncia, termino con este caso y el de la Universidad y entrego todo, no voy a seguir aquí, gracias por ese ofrecimiento pero creo que vale más mi estabilidad emocional.
-Eres un tonto al rechazar este trabajo Oto, pero bueno, es tu decisión, dónde vayas se que lo harás bien y te irá bien. Trata bien al señor José David Rojas, me encargaré que tu liquidación esté lista lo más pronto posible.
-Gracias Jaime y disculpa lo malo, de verdad.
-Suerte chamo, sabes que las puertas de este bufete están abiertas cuando decidas regresar.

Oto llegaba a la comisaría, habló con el jefe de la estación y lo llevó donde sus clientes.
-Buenas tardes señor Rojas, soy Oto Villarroel, su abogado.
-¿Te mandó Jaime?
-Así es, ya tengo en mi poder la declaración del taxista, la declaracion de su hijo y la denuncia que introdujo por lo del robo de su carro.
-Pero eres un niño, ¿estás recién graduado?
-No señor, tengo 30 años y seis de experiencia. Esto lo vamos a resolver hoy mismo, voy a hablar con el abogado del demandante.

Oto entró a una oficina.
-Veerga maricoooo, hasta cuándo tú jajajaja ¿que más chamo? -Oto saludaba a Esteban, abogado del taxista y compañero de la universidad de Oto.
-Bichooo, ¿Cómo estás? - Se abrazaron.
-Estás metido en todos lados vale. Vamos a resolver esta vaina tú y yo.
-De bolas, marico esta semana nos tomamos unas birras para hablar paja y contarte vainas y un negocito que tengo.
-Dale. Mira tu cliente tiene su carro en perfectas condiciones, falta la radio y su celular, quiso tener sexo con los chamos y...
-Yo quiero cogerte a ti.
-Esteban...vamos a cerrar este caso. Que retire la denuncia y yo convenzo al papá del carajito junto al otro de pagar la radio y el celular.
-Perfecto, pero hay que hacer la experticia al carro.
-Claro, hay que hacerlo.
Luego de cuadrar todo para cerrar el caso. Esteban le preguntó a Oto. -¿Sigues tirándote al viejo Vázquez?
-No me sigo tirando a Héctor, Esteban, tengo una relación con el.
-Eres el amante marico, él está casado.
-Ok, en fin, ya no estoy con él, estoy soltero. -Esteban se le lanzó y le dio un beso en la boca. 
-Mejor, así te cojo sin remordimiento, está semana nos vemos. Marico consígueme un puesto en el bufete Vázquez vale, esto de trabajar por mi cuenta me tiene seco.
-Bueno, yo voy a renunciar, de hecho hoy puse la renuncia así que el puesto está libre, lo que pasa es que tú eres muy chanchullero.
-Hay que rebuscarse pana...la vaina está jodida. Te mando mi curriculum, habla con tu ex que me meta.
-Ok, dale, salgamos.
-¿Ese culo sigue tragando güevo rico?
-Deja la vaaaaina.

Cada uno de los abogados habló con sus clientes, llegaron a un acuerdo, el pautado, hablaron con el jefe de la policía y todos salieron de la comisaría sin cargos.
Esteban le dio el número a Oto para estar en contacto.

-Bueno, ya todo quedó solucionado. En una semana tiene que pagar por los daños o reponer los equipos. -Jorge le dio la mano a Oto para agradecerle y le guiñó el ojo apretando más de la cuenta la mano. -Aaaaay estos dos tuvieron un corrientazo.-Pensaba David mientras sonreía.
-Coño carajito, me estás saliendo caro y encima sin carro quien sabe hasta cuando y si aparece.
-El doctor Jaime le va a prestar un vehículo del bufete mientras aparece el suyo, lo puede buscar mañana.
-Una buena noticia, aunque eso me va a costar que el bufete me lleve los carros gratis al taller ¿Cierto? -Oto se encogió de hombros moviendo la cabeza afirmando.
-Yo tengo el carro afuera, les doy la cola a su casa.
-Gracias Doctor.
-No me llame doctor que no lo soy, dígame Oto. -Se sonrió el muchacho.
-Berta, ponle más agua a la sopa que llevo visita y muy importante-
-José David, estoy en la iglesia, no creo que llegue.-
-Pero bueno mujer, ¿Vas a vivir con el sádico ese? Voy con tu hijo y el abogado a comer ¿Ahora que le digo?
-Abre un frasco de salsa para pasta, pones a cocinar la pasta y comen- Colgó la llamada.
-Vamos a pedir pizza para seis personas.
-¿Seis?
-Si, tu mamá, hermanos tú, yo y el abogado.
-Papá, somos siete, está Jorge.
-Que coma en su casa.
-Señor Rojas, no se preocupe, yo tengo que ir a la oficina.
-No señor, usted come con nosotros así sea pizza.
José David entró en la aplicación para pedir dos  pizzas familiar. -Jorge te quedas con nosotros a comer, era broma.
-Gracias.

Llegaron al edificio y David subió con Jorge y Oto, José David esperaba el transporte escolar.
-¿Quieren tomar algo?
-Agua por favor
-Igual. -Dijo Jorge.

-¿Me das tu número? por cualquier cosa necesito de tus servicios.
-Si claro, tengo que enviarte mis honorarios profesionales.
-Ah coño, me vas a cobrar, pensé que entraba en el combo de David.
-Pues no.
-Me tienes que decir de qué manera puedo pagarte.
-Enviame un mensaje para agregarte y te digo como me vas a pagar.
David los veía de lejos. -Estos van pendientes de algo, verga no pierde tiempo el Jorge, menos mal que es mi novio ja ja ja.

-¿Y ustedes qué? Abogado, ¿Le dije que él es mi novio?
-No, no sabía, no lo comentaste.
-Pues si...mi novio, tenemos una relación abierta.
-Que bien.
-En realidad, lo de novios lo inventó su mamá.

Subió José David con los chicos y a los 10 minutos llegaron las pizzas.
Se sentaron a comer y los 10 minutos llegó Berta.
-Buenas tardes, disculpen el retraso pero estaba ocupadísima. Buen provecho. ¡Santo Cristo! ¿Están comiendo pizza? ¿Y los niños?
-Comiendo pizza en el cuarto.
-¡Que horror José David, no se te puede dejar solo en la casa!
-Ah, si estuvieras pendiente más de tu casa que del cura pervertido otra cosa sería. -Oto abrió los ojos y se ruborizó un poco.
-¿Ustedes debe ser el abogado, cierto? -Oto se levantó para estrechar la mano pero Berta lo abrazó. -No me preguntes cómo lo sé, pero lo sé, eres guapo y serías perfecto como novio de mi hijo, un hombre serio, abogado y solvente. -Le hablaba en voz baja a Oto pero lo suficientemente alto para que Jorge la escuchara. Oto se limitó a decir -Gracias. - Se sentó.
-Ya vas a ir conociendo a esta mujer, bastante peculiar.
-Ya veo.
-Bueno, ya que estamos todos aquí con el abogado y tenemos a estos dos irresponsables, voy a decir algo. Jorge esta es la última vez que pisas esta casa, eres una mala influencia para mi hijo. Deberías ir este domingo a la iglesia a confesarte, yo hablaré con tus padres ese día.
-No señora Berta, por favor, ellos no saben nada de lo que pasó.
-Mal hecho, ¿Ves? Sigues pecando. Gay, promiscuo y mentiroso. 

Oto bajó la mirada y siguió comiendo.







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