viernes, 19 de marzo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 68

 


-Esta vez a Héctor si le dio un infarto Jimena.

-¿Pero no habías dicho que el Holter salió bien y el electro?
-Si, pero les dije que había que estar atentos y le di unas medicinas. Lo tenemos en terapia intensiva para monitorearlo, está estable, quiero esperar, a ver si hay que operar.
-Dios.
-¿Pero que le pasó a papá? Estaban juntos ¿No? -Jimena le dio una palmada en la mano de su hijo para que esperara que se fuera el doctor.
-¿Castro puedes dejarnos solos?
-Claro suegra, voy por café. -En el camino se consiguió a Oto.
-¡Castro! ¿Y Héctor? -Estaba nervioso
-Tranquilo, está en terapia intensiva pero estable. Allá están Jimena y Tín, pero están hablando, acompáñame a comprar café.
-Voy a saludar y ver qué me dicen.
-Hazme caso, vamos ahora, deja que hablen.

-¿Que pasó mamá?
-Estábamos en el médico, aquí mismo en consulta porque yo venía de tener mareos, cansancio y vómitos.
-¿Estás enferma?
-No, no, no...algo peor...no sé cómo tomarlo y menos como decirte esto.
-No me asustes.
-Estoy embarazada.
-¿¿Qué?? ¿Embarazada? Wow...que fuerte...¿pero por eso mi papá le dio
 el infarto? Verga un hermanito a estás alturas, mamá, es un notición. Es muy heavy pero...
-El hijo no es de tu padre. Es de Polo. -Agustín sintió que le caía una cascada de agua helada en todo su cuerpo y no supo que decir ni hacer. Se puso de pie y se fue a caminar.

-¿Terminaste con Héctor?
-Si, hace unos días, hoy renuncié al bufete.
-Chamo, ¿Cómo haces eso? En estos momentos, la calle está ruda.
-Yo soy bueno en mi vaina ya conseguiré algo, vamos dónde Tín.

Llegaron y Jimena estaba caminando de un lado a otro.
-Castro llama a Tín y tráelo, se fue.
-Ok, tranquila.

-¿Cómo está Héctor?
-Estable, pero hay probabilidades que lo operen.
-Mierda.
-Oto estoy embarazada de otro hombre que no es Héctor.
-¿Qué? ¿Todavía puedes quedar embarazada?
-No estoy menopáusica aún.
-¿Es por eso que Héctor está en Terapia?
-Si, quiero abortar.
-¿Por qué? ¿Y el padre de ese niño?
-Aún no lo sabe y no le quiero decir.
-¿Es el papá de Castro?
-Si..y si lo tengo, Héctor no querrá verme más nunca.
-Yo lo dejé y hoy renuncié al bufete, puedes quedarte tranquila, yo me hago a un lado.
-Oto te lo dije una vez, será el hombre más triste si te vas de su lado.
-No voy a estar con una persona que me quiere retener a cualquier precio y quiere tener el chivo y el mecate.
-Yo soy el chivo. -Dijo Jimena y ambos, a la vez, rieron.

Agustín se estacionó cerca de una licorería y compró dos botellas de ron. Manejó hasta el centro comercial.
Del sótano subió cuatro niveles y buscaba un local. Dobló la esquina y ahí estaba el servicio técnico de Ignacio.

-¿Por qué el flaco apagó el celular? ¿Dónde está metido? -Castro no sabía que hacer.

-¿Y tú qué haces aquí?
-¿Quieres caerte a palos conmigo?
-Ja ja ja, me caes a coñazos y me botas de tu bodega y ahora vienes a qué te acompañe a beber.
-A beber y a tirar.
-¿Qué te hace pensar que quiero tirar contigo?
-Te tiraste a Renato, tírate al ex ahora.
-¿Tú estás bien Agustín?
-Estoy arrecho, estoy hostinado, tengo ganas de cagarla. ¿Me vas a hacer que te jale bolas?
Ignacio se le quedó mirando.
-Déjame cuadrar con los empleados. -Se fue a la parte de atrás y a los cinco minutos salió. -¿Adonde vamos?
-A tu casa.
-Encima tenemos que tirar en mi casa.
-Vivo con Castro. -Ignacio volvió a reírse.
-Vámonos, al final ambos somos igualitos.

Se montaron en el carro. -Dos botellas de ron, la cosa promete. En casa tengo limón y refresco y más ron.
-Excelente. ¿Tienes novio?
-No, no quiero saber de novios. ¿Tienes problemas con tu novio?
-Para nada, creo que es el hombre perfecto.
-¿Pero igual quieres pórtate mal y joder la relación.?
-Estoy ladillado de la relación de mi papá, Oto y mi mamá, ella, enloquecida tirando con mi suegro, Oto con peos con mi papá, mi mamá embarazada de mi suegro, mi papá con un infarto.
-¿Y tú solución es emborracharte y acostarte con el ex de tu mejor amigo?
-Pues si...
-Espero que Castro entienda el porqué le montas cachos.
-Ignacio vine a beber, desahogarme y a tirar, yo no quiero nada contigo.
-Gracias por esa palmadita.
-¿Te gusto acaso? Lo que faltaba que estés enamorado de mi.
-Sigo pendejamente enamorado del guevón de tu amigo.
-Reconquístalo, reinventa la manera de enamorarlo.
-Ja ja ja verga Agustín me lo dices tú qué te vas a tirar al ex de tu amigo. 
-Te tiraste a Renato estando conmigo aún.
-¿Sigues enamorado de Renato? -Hubo un silencio.
-No...
-Uy, lo pensaste mucho. Mete el carro en el estacionamiento.

Entraron al apartamento. -La cocina es toda tuya, prepara los tragos. -Agustín se fue a la cocina a buscar los vasos, limón y aguakina. -Si quieres usa la botella de ron que esta ahí, esa está abierta. -Cogió la botella y vio dos vasitos pequeños y les puso Ron.
Ignacio se puso detrás de Agustín. -Todavía no puedo creer que estés en mi apartamento.
Agustín se volteó y le dio un vasito a Ignacio. -Toma un shot, de un golpe. -Se lo bebieron ambos, Ignacio dejó el vasito y le dio un beso en la boca a Agustín que soltó el vasito y abrazó a Ignacio.
-Déjame servir los tragos y seguimos.

Ignacio salió de la cocina y se quitó el pantalón y se sentó en el sofá.
-¿Y cómo está tu papá?
-Estable pero en terapia intensiva, no saben si lo van a operar.
-Marico y tú aquí bebiendo, deberías estar con tu mamá.
-No quiero saber nada de eso. Ahí debe estar Oto y Castro, salud.

Mientras bebían, seguían hablando. Ignacio se relajó y le contó sobre Oto, se puso a llorar, volviéndole a decir que seguía enamorado de Oto. Agustín sirvió dos tragos más, hablaron de Castro y de Renato. -No sabes el megaguevo de Castro, es una vaina que no te lo puedes imaginar.
-Coño...¿Tienes foto?
-Si.
-Busca la foto mientras sirvo otros tragos. -Ignacio estaba preparando los tragos y Agustín se le acercó para mostrarle la foto.
-CARAJO. ¿Y tú te metes esa vaina?
-Ja ja ja ja, si...no sabes lo que duele.
-Me imagino, solo verlo me late el culo. Pues como estés esperando que el mío sea así estás jodido, no tengo ni la mitad de ese. ¡Salud! Por la cogida que te voy a dar y no vas a sentir.
-Ja ja ja ja que gafo, tampoco es que tengo el culo distendido.
-Siguieron bebiendo y ahora Agustín servía el cuarto trago.
-Estamos bebiendo y no has puesto nada de comer, ya tengo el cerebro fundido.
-Coño, déjame sacar maní y aceitunas, marico quítate el pantalón.
Ignacio regresaba con dos cazuelas. -A ver el pipisito que tienes. Que tan pequeño es.
-Guevón. -Agustín le bajó la parte delantera del interior y le vio el pene, lo tomó con la mano y le dio un beso en el glande.
-Es chiquito pero nos interesa que se pare.
-¿Y tú me vas a coger?
-No sé, la otra vez me cogí a Castro pero yo creo que no le gustó, soy un desastre como activo. 
Se volvieron a sentar en el sofá y volvió a besar a Agustín montándose encima de él. -Te confieso que en algún momento fantaseé con cogerte a ti y a Oto juntos.
-¿A si? ¿Y Oto y yo que hacíamos mientras? -Agustín lo besó.
-Se besaban. -Ignacio se quitó el interior y se lo quitó a Agustín.
-¿Todavía piensas que es un pipisito? Se levantó sacudiendo la cadera para que el pene se moviera de un lado a otro.
-Para nada, un buen güevo. Yo nunca me imaginé tirando contigo pero ahora quiero que me cojas.
-Sube esas piernas que voy a entrarte.
-Busca un condón primero...






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