domingo, 21 de marzo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 70

 


Los chicos ya estaban instalados en la posada donde trabajarían, Sala'o buscó el carro pero no se quedó con ellos. -Tengo resolver unas vainas allá pero pronto nos reuniremos de nuevo, estaremos en contacto.


Cinco de la mañana, la alarma del celular sonó y Lorenzo la apagó. Despertó a José pero este no despertaba y Lorenzo lo volteó boca arriba y comenzó a mamarle el pene a su chico. 
-Buenos días. -Le dijo José sonriendo, mientras Lorenzo seguía mamando, le succionaba el pene y movía la lengua. -Voy a acabar.
-Yo la espero. Lorenzo continuó hasta que sintió el tibio líquido e iba tragando. -Vamos a ducharnos para desayunar y trabajar.

Los chicos desayunaban y comían aparte del personal fijo de la posada, lo hacían con Leonardo, ahora que se quedó a cargo de la posada.
-Bueno hay cuatro habitaciones que hay que limpiar pero primero limpien los alrededores de esas habitaciones. Lorenzo tú vas a limpiar la 8 y 10 y tú José la 7 y 9. José cuando vayas a limpiar la siete me avisas para comentarte algo. Lorenzo no les dije pero luego les digo lo que hay que poner en cada habitación, cuando termines me avisas.

Los chicos ya habían acomodado y limpiado los alrededores. -Me voy a limpiar el cuarto.
-Yo también, voy a avisarle a Leonardo.

-Ya voy a la habitación.
-Dale, vamos para allá. -Cuando José abrió la puerta entraron y Leonardo cerró la puerta, pero la habitación estaba impecable.
-Pero esta está lista.
-Si, lista para desordenarla. Abrazó por detrás a José, lo volteó y lo besó en la boca. -Esto queda entre tú y yo, tú no dices nada, yo no digo nada. -Le metió en el bolsillo 30 dólares. -Después puede ser más si te portas bien. Si no me obedeces mato a Lorenzo y ahí si te va a ir muy pero muy mal.
-No me hagas daño por favor, a Lorenzo tampoco.
-Dependerá de ti. No te voy hacer daño, hoy solo quiero que me lo mames, tragues mi leche y te vas a limpiar. Oye, José, escucha, no te pongas nervioso, me gustas carajito, me gustas mucho. -Dejó caer el bermuda y le hizo un gesto a José para que le bajara el interior. Era un pene grueso y circunciso, apenas podía metérselo en la boca pero igual lo mamó, tenía la boca seca. -Toma agua nené. -Le dio el vaso, el chico bebió agua y sintió que su boca se humedecía. Siguió mamando, Leonardo le acariciaba el cabello, el chico levantaba la mirada y lo veía. -Mastúrbate. -Le dijo Leonardo mientras él hacía lo mismo pero le dijo al chico que le chupara el glande mientras él se masturbaba. José se daba con velocidad, quería terminar rápido, aunque no se sentía incómodo.
Leonardo también se masturbaba rápido, casi golpeando la cara del chico que seguía chupando y a veces mordiendo. -Ahí viene la leche nené, tómatela toda AAAAAH AAAAH que rico coño. José tragó y luego pensó si sería correcto haber tragado el semen de un desconocido.
José se puso de pie, Leonardo le dio otro beso acariciándole la mejilla. Limpia el desastre que hiciste y te vas al otro cuarto, cuando terminen me buscan.
-Leonardo ¿Tú estás sano, no tienes ninguna venérea? -Leonardo se sonrió, despeinándolo.
-Estoy sano nené, luego te muestro mis exámenes, son recientes. Si quieres ganarte 60 dólares, la próxima vez me das culito.
-Yo prefiero mamarte el guevo y ya. -Leonardo le tomó la barbilla haciendo algo de presión.
-Recuerda lo que te dije nené, te portas bien, te irá bien. En mi cuarto hay un arma que no dudaré en usarla.

José salió, cuando iba a entrar a la otra habitación con el carrito de la limpieza, vio a Lorenzo que también se iba a la otra habitación, se saludaron. Lorenzo le lanzó un beso. José se estremeció.
 
Terminaron de acomodar las habitaciones y Leonardo las revisó. Ambos lo habían hecho bien pero José aún le faltaba practicar. -Estos productos los colocan en el baño y estos en la peinadora frente a la cama. Cada vez que acomodan las habitaciones hay que reponerlos a menos que no se hayan usado. Ahora sí quieren vayan a hacer sus cosas por fuera. Antes de las seis los quiero aquí para volver a limpiar las áreas comunes y baños.

Lorenzo le dio las hojas a José para que repasara lo que tenía que decir del castillo. Lo leían una y otra vez. Lorenzo estudiaba el texto de la iglesia. El tour lo daba la posada y ellos se encargaban de la historia, aunque los guías daban una pequeña introducción, los chicos se quedaban a cargo de hacer el recorrido. Como el paseo estaba incluído en el paquete de la posada, los turistas le daban propina a los chicos.
-¿Ya lo tienes aprendido?
-Si coñoooo, ya tengo una semana leyendo y leyendo ya estoy ladillado.
-Te pones amable con los turistas, simpático. Después averiguamos anécdotas de estos sitios y los contamos así como de chiste, así la gente se va contenta y nos sueltan dólares.
-Extraño a Sala'o.
-Lo vimos ayer.
-Yo sé pero dormir con él, nos enseñaba cosas.
-Te cogía.
-Fue solo una vez Lorenzo. -Lorenzo le dio un beso. 
-Bueno ya...yo también lo extraño, pero sé que vendrá pronto.
-¿Y si el viejo nos busca y nos hace algo?
-Somos menores de edad, le digo a la policía que me violaba todas las noches. Ya nos inventamos algo, siempre podremos escapar de aquí y nos vamos a otro sitio.
-Tenemos que recargar los celulares amor, no en todos lados hay wifi.
-Ya le diremos a Leonardo que nos recargue desde su banco y le pagamos.

Lorenzo llegó con un grupo a la iglesia y José al castillo. José estaba nervioso y le costaba hablar fluido, se detenía pero logró contar la historia. Varios de los presentes le dieron propina, al recibirla se le dibujó una sonrisa. De vez en cuando le preguntaban cosas del castillo que respondía sin dar mucho detalle. Lorenzo le dijo que anotara lo que le preguntaban y no sabía para agregarlo a la lista y averiguar por internet. En uno de los descansos del recorrido, uno de los turistas que estaba solo se le acerca a José.
-Chamo, ¿si te pago 10 dólares me echas una mamada? Nos metemos en el baño del castillo no hay nadie.
-No...pero yo...tengo que seguir con la historia.
-Rapidito papá, una mamadita, vente, toma. -Le dio los 10 dólares y el hombre entró al baño y luego José.

Lorenzo estaba en el recorrido en la iglesia, hablaba y contaba la historia como si se la supiera desde hace años. La gente preguntaba y él respondía.. En un descanso, los guías entregaron los refrigerios a los turistas. Lorenzo se tomaba el refresco caminando y en eso se le acerca uno de los turistas.
-Hola.
-Hola.
-Mira, me han dicho que los chamitos así como tú son echaos pa lante. Estoy en el Hotel Marriott y somos cuatro, estamos en esta habitación y los cuatro te vamos a pagar si cooperas.
-¿Coopero como?.
-Te dejas coger. 80 dólares. Si te animas me escribes. Te vienes a las 10 de la noche. Anota mi número y me llamas o escribes.

El baño era pequeño, para una sola persona y adaptado a las condiciones del castillo sin ser invasivo. Era caluroso. El hombre se bajó el pantalón y se sentó en la poceta, el pene aún estaba flácido, José se arrodilló y lo tomó en su mano.
-Mámalo, dale que no hay mucho tiempo. -José se lo metió en la boca y el hombre resopló de placer colocando su mano sobre la cabeza del chico y empujando para que se lo metiera todo. El pene iba creciendo en su boca que comenzaba a salivar. -Coño que rico, tienes esa boquita caliente carajito. Quisiera cogerte. -José estaba concentrado, las gotas de sudor le corrían por el rostro. Levantó la cabeza sacando el pene de la boca y el hombre comenzó a mastubarse. -¿Qué? ¿Te gusta?
-Si.
-Sigue pues, todavía no acabo. -El chico se introducía todo el pene, sentía arcadas pero aguantaba. La humedad en el baño era insoportable pero José seguía moviendo su cabeza.
-¿Quieres que te acabe en la boca? -José se detuvo.
-No. -Siguió.
-Te doy cinco más si te tragas la leche. -José se movía más rápido y el hombre se puso tenso halándole el cabello al chico. -AAAAAAY COÑOOOOO UUUUUUF, WOW, chamo, que vaina más buena.
-Dame mis cinco dólares.
-Tranquilo nené, toma. Mira esta noche si quieres te vienes al hotel donde estoy hospedado y te cojo, te doy 20 si me das culo, 30 si te cojo sin condón. Anota mi número. Ve como a las 10, te busco en el lobby.
-No se si pueda ir.
-Tú avísame. Salgamos para que me sigas contando la historia del castillo y la plaza. Mamas rico cabrón.

Ambos chicos luego del recorrido, se dieron cuenta que fue un éxito. Habían reunido entre los dos 50 dólares. José no comentó sobre el pago por el sexo oral del turista. Tampoco lo que le había dicho el hombre sobre ir al hotel. Lorenzo también calló.

Hablaron con Leonardo para que les recargara los celulares y ellos le pagarían pero Leonardo se negó a cobrarles pero le guiñó el ojo a José. Cenaron, mientras lo hacían Leonardo les dijo lo que harían mañana.
-Van a limpiar otras habitaciones. Tú José vas a barrer las hojas del jardín y tú Lorenzo limpias los muebles del área de descanso.
-Perfecto, ¿Ya podemos ir a dormir?
-Si, si quieren se pueden meter en la piscina, yo lo haré. -Lorenzo vio la hora, eran las 8:30 pm.
-Yo me voy a duchar y acostarme.
-Yo igual. Mañana si me meto en la piscina.

Ambos se ducharon juntos, cada vez que lo hacían Lorenzo enjabonaba a José y le colocaba el champú, luego lo secaba.
Ya en la cama, ambos estaban acostados dándose la espalda, ambos estaban despiertos, ambos estaban pensando como irse al hotel. -Necesitamos el dinero, ¿Pero como me voy?. -Pensaba Lorenzo.

Los dos se dieron la media vuelta e iban a hablar. -¿Que me ibas a decir? -Dijo Lorenzo.
-Es que...hoy...uno de los tipos, turista que fue al paseo...-Bajó la mirada. -Me dio 10 dólares para que...se lo mamara.
-¿Quééé?
-Perdón, pero pensé en el dinero...luego me dijo que...esta noche fuera al hotel Marriott para tener sexo.
-Mierda amor....a mí me dijo también uno de los turistas que fuera al Marriott a las 10, cuatro tipos me van a coger y me pagan 80 dólares. Pero me da miedo...
-¡Vamos los dos entonces! Si estamos juntos nada saldrá mal.
-Pero nos van a coger amor.
-Lorenzo necesitamos el dinero, mucho dinero.
-No sé...es peligroso pero...
-Me dijiste que el miedo paraliza y ahora estamos viviendo una nueva vida.
Se levantaron de la cama y buscaron su mejor ropa. Tenía que ver cómo salían de la posada sin ser vistos y que Leonardo no se enterara.

Lorenzo le puso las manos en las mejillas a José. -Vamos a ver esto como un trabajo, te pasas el suiche y no lo veamos como si nos montáramos cacho, estamos trabajando. Turismo sexual. ¿Ok?  Haremos lo que queremos hacer con los turistas, pasearlos y contándole historias pero si aparece alguien que quiere una atención especial, lo hacemos. ¿Ok?
-Ok amor, si tú estás bien, yo estoy bien, si lo quieres hacer yo lo hago, contigo todo.
Se besaron y luego salieron de la habitación con cuidado.










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