miércoles, 24 de marzo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 73

 


Castro manejaba y Agustín dormido en el asiento de atrás.

-Ahora este tirando con el ex de Oto, coño de la madre, que arrechera quiero entrarle a coñazos por bolsa, pero amo a este flaco. Reviento a coñazos al otro y me desahogo.
-Castro recibió una llamada, era Jimena.
-Buenas noches suegra, ya apareció Tín.-
-Gracias a Dios ¿Dónde estaba?-
-Lo encontré borracho en casa de Renato-
-No puede ser...¿Volvió a caer con ese hombre?- Me imagino como te sientes.
-Algo peor suegra, se acostó con el ex de Oto.-
-¿Nacho? Pero este hijo mío que tiene en la cabeza.
-Estoy que quiero matar a alguien-
-Tranquilo, respira profundo, atiende a mi hijo y si pueden vienen a la clínica, están operando a Héctor.
-Ok, coño...ok, yo le voy a dar un baño a este pendejo y lo llevó para allá.-

Jimena se levantó y fue donde estaba Oto.
-Castro encontró a Tín.
-¡Que bueno! ¿Dónde estaba?
-En la cama de tu ex. Voy al baño un momento.
A Oto le recorrió un escalofrío por la espalda, se levantó y llamó a Ignacio.
-¿Epa y ese milagro?-
-¿Te tiraste a Agustín?-
-Coño pero los chismes vuelan en esta ciudad-
-O sea que es verdad-
-¿Te dijo Agustín?-
-¿Te estás vengando?
-¿Yo? No...El vino a casa, nos pusimos a beber y tiramos, por cierto tu amigo da culo divino, provoca hasta repetir.
-Mamaguevo.
-¿Por qué te arrechas? Tú y yo no somos nada, en tal caso el que se debe arrechar es el novio de tu amiguito.- Oto colgó la llamada.

-¡Qué bolas tiene Agustín, que bolas tiene!

Castro cargó a Agustín y al llegar al apartamento lo tumbó en la cama. Él se quitó la ropa y lo vio dormido. -Provoca hacerle el amor, se ve tan lindo, pero lo que quiero es caerle a coñazos por idiota. -Se sentó al lado de él y le acarició el rostro, el pecho, jugó en su ombligo y al llegar al pene comenzó a acariciarlo junto a los testículos, se lo besó y se lo introdujo en la boca. Su pene estaba levantándose. -Ya ya Castro no te emociones que hay que irnos a la clínica. Flaco, flaco. -Le dio dos suaves cachetadas y Agustín entreabría los ojos.
-¿Qué pasó, dónde estoy? Castro...-Agustín se puso a llorar.
-Ya, tranquilo.
-¿Cómo supiste que estaba en casa de Ignacio? Amor perdóname, yo...estaba mal, bebí y...-Castró cerró los ojos y apretó el puño.
-No te preocupes flaco, ya pasó. Lo que hiciste fue terrible pero ya pasó, ya estás en casa, sano y salvo, pero no te busqué en casa de Ignacio, estabas en casa de Renato.
Agustín se sentó en la cama arrugando la cara pero un mareo lo hizo acostarse. -¿Cómo que en casa de Renato? ¿Fui para allá? No me acuerdo de eso. ¿También tiré...con él? Agustín puso su cabeza entre las piernas que las tenía flexionadas hacia su cuerpo.
-Según Renato no pasó nada...pero tú querías que pasara. COÑO FLACO ¿QUE RAZON HABIA PARA QUE TE ACOSTARAS CON EL EX DE OTO?
-No grites...me duele la cabeza.
-Vamos a ducharnos que nos tenemos que ir a la clínica, tu papá lo están operando.
-Yo no me muevo de aquí hasta que me perdones por lo que hice. -Castro no le hizo caso y lo alzó llevándolo a la ducha. Lo bañó con agua fría y caliente, lo enjabonó. Le pasaba el jabón por los brazos, piernas, entre las nalgas, limpió con esmero su pene.
-No quiero que estés molesto conmigo, estaba borracho cuando estaba con Nacho, pero lo de Renato no me acuerdo amor, te lo juro, no me acuerdo de nada. -Castro no hablaba.
-Ve secándote mientras te busco la ropa.
El celular de Agustín sonó, llamaba Ignacio.
-Este si tiene las bolas cuadradas de llamar. -Atendió.
-Aló.
-¿Tin?
-No es Tín imbécil, es el novio. ¿Para que coño llamas? 
-Quería saber si todo estaba bien, me iba a avisar cuando llegara a su casa.
-Ya está en su casa y todo está bien, el que la va a pasar mal eres tú cómo te vuelva a ver cerca de Tín. Donde te vea te parto hasta el último hueso.
-Oye Castro disculpa...yo... -Castro colgó.
-Ahí está tu ropa.
-Gracias. Amor, tengo hambre, ¿Podemos comer algo antes de irnos?
-Comenos en la clínica.

Terminaron de vestirse y se fueron a la camioneta.
-¿Y mi carro?
-AH, para que veas que sí estabas en casa de Renato, tu carro está allá. -Agustín no dijo nada.
-Este fin de semana es lo de mi hija Agustín, ¿vas a querer salir con nosotros?
-Claro amor, en eso quedamos. ¿Vas a seguir molesto conmigo?
-En la clínica está Oto y creo que mi papá...debe haber hablado con tu mamá del...embarazo...
-Esto es una locura.
-Locura es lo que tú...-No terminó la frase y apretó el volante. Agustín miraba por la ventana sin voltear.

Llegaron a la clínica y Jimena abrazó a su hijo llorando, Polo veía a su hijo.
-¿Qué hace este hombre aquí?
-Vino a hablar conmigo Tín.
-¿Del bebé que esperan?
-Convencí a tu madre que tuviera al niño, es lo mejor
-Ah, es que pensabas abortar...vaya. ¿Qué sabes de mi papá?
-Lo están operando, haciéndole un cateterismo. Pronto nos avisan.
-Tin, ¿Podemos hablar? -Agustín vio a Oto y lo abrazó pero no lo recibió de Oto.
-Vamos al cafetín porque no he comido.
-Vamos los tres.
-Castro quiero hablar a solas con Agustín.
-Tranquilo yo como en otra mesa.

-Tuviste las bolas de acostarte con Nacho.
¿Qué, sigues con arrechera por lo de tu papá y yo? 
-No ¿Quien coño te lo dijo?
-¿Qué coño importa quien me lo dijo?
-Quería hablar con alguien, alguien ajeno a todo este peo.
-¿El más ajeno que se te ocurrió fue Nacho? Porque te recuerdo que fue mi pareja.
-Hablamos, bebimos, comimos y bueno...pasó Oto, pasó. Ustedes no son novios, no sé porqué estás molesto.
-Me da arrechera, eres mi mejor amigo, mi hermano y lo que menos esperaba es que te acostaras con Nacho que encima no eran amigos y no es que te cayera muy bien.
-La cagué está bien...perdona...tenía mil vainas en la cabeza.
-Te voy a quitar una de esas vainas. Terminé con tu papá y renuncié al bufete, ya se acabó el peo. 
-¿Y mi papá lo sabe?
-Si, aunque se hizo el que no escuchó pero se lo dejé bien claro. 
-¿Y vas a dejarlo ahora que está jodido con el corazón?
-Ahí tiene a Jimena, su esposa para que lo cuide.
-O sea que en la malas tú huyes.
-Siempre he estado en las malas con tu padre.
-Vaya...casi un año con él y todo fue malo.
-Ya se acabó esa relación Tín, es lo que importa.
-Ignacio todavía te ama y que jode. -Oto se levantó mirando a Agustín que también se levantó. Oto le lanzó un golpe que hizo retroceder a Agustín, pero vino Castro y le lanzó un fuerte golpe a Oto que lo tumbó al piso inconsciente.
-¿Qué coño hiciste?
-Defenderte ¿Por qué carajo te tiene que golpear?
Llegaron dos personas de seguridad y sacaron del cafetín de Castro y a Agustín. A Oto lo trasladaron a emergencia.
Agustín y Castro entraron a emergencia por fuera de la clínica.
-¿Estás bien? -Le preguntó Agustín que se le había acentuado el dolor de cabeza.
-¿Qué me pasó?
-Coño este que te dio un carajazo. Te borró la memoria del golpe. Amor ve a la farmacia y cómprame algo para el dolor.
-Aguántese el dolor, asume tu barranco. -Castro salió de la emergencia.

-Mierda me duele todo este lado pero no me acuerdo cuando me dio el golpe, si me acuerdo que te di a ti, luego nada, borrado.
Agustín se agachó y le dio un beso en la boca a Oto.
-Lo que hice no fue para joderte, estaba borracho y aturdido con todo lo que está pasando.
-Ignacio es un idiota. ¿De verdad te dijo que sigue enamorado de mi?
-Si. Vamos a salir de aquí. Te espero arriba.

Agustín subió por el ascensor, iba con los ojos cerrados, el dolor de cabeza era intenso.
Se sentó en una silla cerca de su mamá, Polo y Jaime. Llegó Castro con una pastilla y una bebida energética. -Toma.
-Gracias amor. -Castro se acercó a Jimena y en eso llegaba el médico.
-Una cosa es ver los exámenes y el Holter, otra la operación, le hicimos un cateterismo, tenía obstruidas unas vías. Tuvo un pequeño infarto pero ya todo está bien. Héctor se quedará un par de días más. Va a tener que seguir un tratamiento, dieta y ejercicios.
-¿Cuándo podemos verlo?
-En un par de horas baja a la habitación. Si quieren vayan a casa y regresan, yo autorizo para que puedan entrar a la habitación pero solo una persona se puede quedar.
-Yo doctor, yo me quedo que soy su esposa, diga lo que diga el paciente me quedo yo.
-Como guste, pero solo una persona.

Oto llegaba dónde estaban reunidos con el médico que ya se iba. -¿Que dijo el médico? -Oto traía una compresa fría en el rostro.
-Todo salió bien y en un par de horas lo podemos ver.
-Yo quiero verlo. Yo espero.
Jimena se volteó. -Ya me tienes cansada Oto, te voy a pedir encarecidamente que te vayas de la clínica, yo me quedo aquí a pasar la noche con mi esposo. Mañana vendrás, hoy no te quiero cerca. VETE.
-Mamá...Oto, vámonos, yo voy a casa y regreso luego, ven mañana.
-Vamos a casa Agustín, papá, también vete a casa.
Jaime le recomendó a Jimena que hiciera lo mismo y regresará más tarde. Todos se fueron. Oto salió del estacionamiento pero dio una vuelta larga y regresó a la Clínica.

-¿Cómo sigues del dolor de cabeza?
-Un poco mejor, gracias amor.
-¿Sabes que yo te amo verdad? Te amo que jode coño. -Se le llenaron los ojos de lágrimas. -Me dolió verte en casa de tu ex, pero más saber que te tiraste a ese guevón, me he contenido desde entonces, por eso le di el golpe a Oto, necesitaba soltar un coñazo pero no quería golpearte a ti. Se que hablamos de una relación abierta, que yo me tiré al niño ese pero coño lo tuyo fue más allá. Y ahora...no sé...
-¿Quieres terminar conmigo?
-Quiero terminar mi vida junto a ti, yo te dije que me quiero casar contigo, que no se te olvide. Hoy estás golpeado pero tengo unas ganas enormes de hacerte el amor.

-Por favor, yo sé que no se puede, pero es mi papá y yo no vivo en el país y me voy en unos días, déjeme estar con el un momento, un ratico, por favor, por favor.
-Está bien, cuando yo le diga entre y se coloca la bata, el tapabocas y se lava las manos.

Oto entró y vio a Héctor con los ojos cerrados.
-Hola mi amor. -Le tomó la mano, Héctor apenas abría los ojos, parpadeó y lo vio, corrió una lágrima por un costado del ojo y le apretó la mano al muchacho. -Yo sé que no es el momento pero esto es una despedida, por nuestro bien salgo de tu vida, me voy del bufete y pronto te entrego las llaves del apartamento. -Hector apretó más fuerte la manos de Oto que comenzó a llorar.
-Ya tiene que salir joven, por favor, me van a regañar. -Oto se quitó el tapabocas y le dio un beso en la boca.
-Te amo pero no es nuestro momento. -Salió del pequeño cuarto.











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