lunes, 22 de marzo de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 71


 -Estás borracho Tín.

-Aquí tengo otra botella para que nos la tomemos tú y yo. ¿Dónde tienes los shots? Aquí están. -Sirvió dos. -Toma, brindemos por los buenos tiempos.
-¿Por qué no te sientas y te tomas un café?
-¡COÑO BEBE NO JODA! Fondo blanco. -Ambos se lo bebieron de un tirón.
-Quiero hacer el amor, tirar, quiero que me cojas.
-Tín ¿Que te pasa? Tú no eres así.
-Ay yo no soy así, yo no soy así. Tú tampoco eras así mamaguevo, apenas te decía cógeme ya estaba ensartado, ahora te dio por acercarte a Dios...que pajúo eres Renato. Coño vine para acá para tirar contigo.
-Tin, tienes pareja, réspetala.
-¿Me lo vas a decir a mi? Marico te cogiste a Nacho, no me respetaste.
-Tin, era otro momento.
Agustín se le abalanzó y comenzó a desabrocharle el pantalón. 
-Tin por favor. -Con una fuerza inusitada le bajó el pantalón y empujó a Renato al sofá y comenzó a mamarle el pene. Renato no puso resistencia porque no quería agredirlo.
-Quiero que me cojas, anda méteme está verga, a ti te gusta. -Renato lo empujó y se acomodó el pantalón.
-Verga, estás gordo marico...¿dejaste el gimnasio?
-Vamos a darte una ducha. -Agustín se desnudó y abrió los brazos.
-Aquí me tienes, a tiro. Cógeme, a eso vine.
-¿Qué haces aquí y que te hicieron? -Renato cargó a Agustín hasta el baño y lo metió en la ducha, él se quitó la ropa y se metió con Agustín en el agua helada.
-¿Me vas a coger aquí?
-No Tín, eso no va a suceder. -Agustín le agarraba el pene e intentaba mamarlo pero Renato lo apartaba. Lo sacó de la ducha, lo secó y lo acostó en la cama.
-Vengo de casa de Ignacio, tiré con él, una buena tirada, no sé porque Oto lo dejó.
-Estás mal.
-Mi papá está hospitalizado con un infarto, está empatado con mi mejor amigo, sigue con mi mamá que se acuesta con el papá de mi novio y encima la preñó, para rematar Oto dejó a mi papá y es probable que haya que operar a mi papá...

Oto regresaba donde estaba Jimena y vio a Jaime.
-Me dice Jimena que es probable que lo operen.
-Si...estamos esperando.
-Debe ser incómodo estar aquí. ¿Has pensado en cambiar tu decisión?
-No Jaime, ya tomé una decisión y no voy a echarle para atrás.
-Hector te ama.
-Y ama a Jimena y nos quiere a los dos pegados como chicle a él.
-Qué pastel tienen ustedes. 
Castro decidió irse antes que llegara su papá. -Jimena yo me voy a casa si sé algo de Tín te aviso.
-Por favor. Estoy nerviosa entre Héctor, mi embarazo y Tín.
Castro se dio media vuelta y se fue.
-¿Embarazo? ¿Estás esperando un bebé de Héctor?.

-Tin vamos a rezar ven, acompáñame. -Cuando Renato se agachó a verlo se había quedado dormido. Buscó una bata  y se la puso, tapó con la sábana a Agustín. Buscó en su ropa el celular, lo encendió.
-Ojalá no tenga clave. El celular terminó de iniciarse y abrió la pantalla de inicio sin contraseña. -Menos mal. -Buscó en los contactos a Castro.

Castro manejaba su camioneta pensando dónde podría estar Agustín. -¿Estará con su ex? No, no, ni de vaina, además ese se metió a cura. ¿Coño dónde te metiste flaco? Que no te haya pasado nada malo. -Sonó su celular.
-Mierda es el flaco ¡Que no lo hayan secuestrado por favor, que no lo hayan secuestrado!.
-¡Agustín! ¿Dónde estás?
-Buenas tardes, ¿Castro? Te habla Renato, Agustín...
-¡Coño lo sabía, sabía que estaba contigo. Mira guevón si me entero que le pusiste una mano encima te reviento a coñazos desgraciado!
-Por favor Castro cálmate, Tín está bien, ahora está dormido, apareció en mi casa muy borracho y lo dejé pasar, de hecho abrió la puerta con sus llaves.
-¿Ah es que todavía tiene llaves de tu casa?
-¿Desde cuando te lo estás cogiendo? Dame la dirección de tu casa que ya voy para allá.
-Te mando la ubicación por WhatsApp y el nombre del edificio y piso. -Castro colgó la llamada, frenó el caro y esperó que Renato le escribiera.
-Te voy a entrar a coñazos, cómo te hayas cogido al flaco, te entro a coñazos.

-Si Jaime...bueno es algo complicado.
-Vaya que lo es y a estas alturas. -Decía Jaime. Oto veía venir un hombre caminando apurado hacia ellos.
-¡Jimena!
-Lo que faltaba, este aquí. Polo ¿Qué haces aquí?
-Evitando que cometas una locura. Nuestro bebé tiene que nacer. -Jimena volteó a ver a Oto que se levantó y se fue al baño.
-Jimena, voy a hablar con un médico amigo, te dejo a solas con el señor.

Polo tomó por los hombros a Jimena y con sus ojos inundados le pidió que no lo hiciera.
-Yo no he tomado una decisión aún Polo, está situación es muy difícil para mí, Héctor se enteró de la peor manera y está hospitalizado por esa noticia.
-Pues yo estaré a tu lado para que nuestro bebé nazca sano o sana, Héctor tendrá que asumir la noticia.
-Si claro, así como si nada, me calo al bebé de mi mujer. ¿Tú estás tonto? 
-No tiene que aclarar nada, lo que tiene que hacer es divorciarse y vivir con su novio.
-A la mierda todo, no lo voy a permitir. ¡A buena hora me vine acostar contigo!
-Muchas gracias por lo que me toca.
-¿No sé a qué viniste?
-Te lo dije, no voy a permitir que abortes. Yo me quedo a tu lado.
-Yo no necesito a otro hombre a mi lado. Tengo a mi marido.
-Pero en esa barriga llevas un hijo que es mío.
-No va a nacer.
-No voy a permitir que lo mates y encima mueras por una necedad.

Castro llegaba al edificio y el vigilante le abrió la puerta cuando le dijo donde iba. Subió.
Tocó el timbre del apartamento y Renato vio por el ojo mágico. Se sorprendió al ver lo grande que era. Abrió.
-¿Tú eres Castro?
-No, soy el octavo enano de blanca nieves. -Agarró a Renato por la bata y lo zarandeó. -¿Qué coño le hiciste a Tín? ¿Dónde lo tienes?
-Por el amor de Dios Castro, serénate. Agustín está bien, está dormido. No pasó nada entre los dos, él quería pero yo no lo permití. Asumí su comportamiento por el estado de embriaguez.
-¿Lo emborrachaste? -Apretó la bata y le hablaba a escasos centímetros de su cara.
-No Castro, el vino así de la calle, ¿Puedes soltarme para que te explique y vayas a verlo? -Castró lo soltó cerró y resopló.
-Ve derecho al cuarto, está acostado, está desnudo porque lo bañé con agua fría, estaba histérico y borracho.

Castro entró a la habitación y vio a Agustín dormido. Renato se acercó y se quedó en la puerta.
-No tuve sexo con él Castro, Agustín me hizo sexo oral apenas unos segundos pero lo aparté y fue cuando lo metí en la ducha y lo acosté. Te aseguro que no le he hecho nada a Tín.
-Me lo voy a llevar.
-Deja que descanse, quédate con él en la cama mientras preparo café.

Renato regresaba con dos tazas, se sentó en una butaca y le dio una taza a Castro.
-Me dijo que estuvo con Ignacio, el que era novio de su mejor amigo, de Oto, que habían tenido sexo, oye no sé si es cierto, me lo dijo y asumo que allá estuvo bebiendo. No arremetas contra Ignacio tampoco, no dejes que la ira se adueñe de ti Castro, Ignacio es otra víctima de la lujuria desatada, desde que lo dejó Oto está descarriado.
-¿Pero por qué este gran carajo hace esto?
-No lo sé me contó que Héctor está hospitalizado por un infarto y que Jimena está embarazada...no entendí bien, pero eso como que le afectó.
Castro se bebió el café, levantó a Agustín y lo cargó como si llevara un saco de harina. -Dame la ropa y sus cosas, me lo llevo de una vez.
-Ten cuidado Castro. No manejes como loco.
-Yo manejo como me da la gana. Mi flaco está mal y quiero ayudarlo. Te voy a agradecer que no te acerques a él más nunca en tu vida.
-Si él necesita de mi yo estaré para él.
-Me tiene a mi que no me necesita, me quiere a su lado. No te quiero ni a un kilómetro de él.
-¿Quieres que  lleve el carro de Tín a su casa?
-Yo lo busco luego. Y no lo llames Tín, que él no es nada tuyo, ni amigos. Tú serás muy cercano a Dios ahora, pero sigues siendo una basura.
-Que Dios te perdone por tus ofensas Castro, y que los bendiga a ambos y los lleve con bien.
-A la mierda guevón.




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